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Una pareja en la consulta de un psicólogo

Discusiones de pareja: consejos sobre cómo solucionar peleas de pareja

Aprendemos cómo manejar, controlar y solucionar las discusiones de pareja mediante estos 13 consejos.

Las discusiones de pareja no tienen por qué significar que una relación vaya mal, que no sea exitosa o que está siendo perjudicial para los dos. Simplemente es importante identificar el problema, la frecuencia de las discusiones, la intensidad y los motivos por los cuales comienzan las peleas en la pareja.

A lo largo de este artículo descubriremos porqué se producen las discusiones de pareja y aprenderemos cómo manejarlas  de manera efectiva mediante estos 13 consejos. Asimismo, analizaremos cómo se puede llevar a cabo una comunicación eficaz y cómo podemos expresar nuestras ideas de forma constructiva.

Discusiones de pareja: ¿por qué se producen?

Las peleas de pareja normalmente suelen empezar a darse después de la etapa más intensa del enamoramiento, es decir a partir de los 8 o 9 meses.

Es en este momento cuando la relación empieza a poner los pies en la tierra y, si son constructivas y se dan desde un inicio, las discusiones pueden resultar muy sanas para el ajuste de la pareja.

Esta etapa es necesaria porque ambas partes deben aceptar sus defectos propios y los de la otra persona, así como mantener y defender la identidad e ideas propias en relación al otro miembro.

Cuando la etapa de reajuste se cronifica y entran en juego otros factores como discusiones muy intensas, por cualquier motivo o con descalificaciones, todo empieza a desdibujarse y saltan las primeras alarmas de que esa relación puede no estar siendo la opción más sana para ambos.

Los motivos más frecuentes por los que las parejas suelen discutir suelen ser inseguridades, problemas de familia, faltas de comunicación, idealizaciones excesivas, ausencias de proyectos en común o inconsistencia de éstos, así como sensación de monotonía y desinterés por alguno de los dos.

¿Son buenas las discusiones?

Según un estudio en 2015, se estableció que aquellas relaciones que discuten se muestran más fuertes y sanas. Se debe definir qué tipo de discusiones y cómo se producen.

Hay 2 factores claves para que las discusiones sean más bien constructivas que destructivas y son: la voluntad de los dos para llegar a un acuerdo y el hecho de hablar en relación a un argumento respecto al tema a discutir.

El problema de las discusiones de pareja es cuando se vuelven peleas y  las dos partes no buscan llegar a un acuerdo en común sino llevar la razón. Asimismo, cuando se faltan al respeto, buscan dominar, se gritan o se desprestigian, esto puede estar matando la relación poco a poco o peor aún, volviéndola una relación tóxica.

¿Qué hacer cuando una pareja discute mucho?

Cuando las discusiones toman un tono de pelea muy frecuente lo primero de todo es ser consciente de lo que está pasando en la relación y sobre todo por las dos partes, ya que no vale con que uno solo se dé cuenta.

Existen ciertos consejos claves como los que hablaremos más adelante que pueden ayudar a saber gestionar un poco mejor las discusiones de pareja o, si la cosa va a más y es muy difícil gestionarlo, acudir a un profesional para hacer terapia de pareja.

13 consejos para manejar o solucionar discusiones de pareja

Tal y como ya hemos visto, las discusiones de pareja no tienen porqué resultar siempre una experiencia negativa. Cada uno de los miembros de la pareja tiene sus propias ideas y pensamientos que no debe acallar.

El secreto está en  saber cómo comunicarse eficazmente con el otro y, sobre todo, aprender siempre de cada experiencia. A continuación, presentamos 13 consejos sobre cómo manejar peleas dentro de la pareja:

1. Controlar el tono

Tenemos que aprender a saber cómo discutir y qué discutir. Para ello entran en juego muchos factores diferentes a tener en cuenta. En primer lugar  el tono debe ser asertivo.

Cuando subimos el tono o mantenemos una voz irónica, estamos indirectamente siendo agresivos con la otra persona y el mensaje que llega es totalmente distinto.

2. Buscar un acuerdo común

También es importante pensar que para llegar a un acuerdo, las dos partes tienen que verse beneficiadas  y obviamente hay que tener en cuenta a la otra persona sin dejar de lado nuestras necesidades.

3. Tener claro el motivo

Tenemos que tener claro lo que estamos discutiendo  y no irnos a otros temas porque entonces buscamos más conflictos sin motivo.

De la misma manera, tenemos que recordar que con quien estamos discutiendo es con alguien a quien amamos y estamos compartiendo nuestra vida. Puede que no valga la pena enfadarse o tener la razón esa vez.

4. Ser asertivos

Para ser asertivos con la otra persona debemos exponer nuestras ideas  sin tener que juzgar a nuestra pareja  en sí, sino la conducta, el comportamiento o el tema en cuestión por el cual se esté debatiendo.

5. Controlar las condiciones

Para procurar todo este ambiente es clave mantener unas condiciones adecuadas siempre:  no discutir cuando se está cansado, sin comer, justo cuando la situación está muy tensa, delante de otras personas o utilizando a terceros para remarcar nuestros argumentos, etc.

6. Identificar las propias emociones

Hemos de saber que todo lo que decimos en una discusión suele estar movido normalmente por otras emociones que pueden hacernos decir cosas que luego podamos arrepentirnos.

Por eso es clave  identificar cuáles son nuestros sentimientos  y cómo nos estamos sintiendo en ese momento, a la par que saber expresarlo para que la otra persona también lo entienda.

La frustración, el enfado o la tristeza son emociones comunes que al identificarlas, nos pueden ayudar a manejarlas mucho mejor y a intentar gestionarlas.

7. No evitar discutir

Como hemos hablado antes, discutir no tiene por qué ser algo negativo en la pareja y es necesario cuando tenemos una opinión o algún pensamiento diferente a nuestra pareja o algo que nos esté haciendo sentir mal.

Tenemos que expresar nuestras emociones e ideas al otro ya que evitar el diálogo puede conllevar a generar una bola de conflictos  acumulada que en cualquier momento puede estallar.

Eso genera cada vez más frustración y acumulación de pensamientos negativos. Discutir no tiene por qué implicar pelar, y una conversación a tiempo puede evitar un conflicto futuro.

8. No faltar al respeto

Cuando las peleas de pareja empiezan a subir la intensidad, la emocionalidad sube cada vez más y el límite que podemos llegar a cruzar es muy fino.

Si en ese momento nos dejamos llevar por emociones fuertes podemos llegar a decir comentarios hirientes y que falten el respeto de nuestra pareja.

Aunque sea por ese motivo, eso ya ha causado un daño y en muchas ocasiones irreparable. Es por eso que debemos de tener muy claro los límites en una discusión  y que faltar al respeto nunca soluciona nada, solo lo empeora.

9. Controlar los tiempos

Las emociones pueden jugarnos malas pasadas de forma muy rápida y por eso es esencial saber tomar decisiones en frío y con la mente despejada.

Es mejor respirar y dejar que la discusión termine antes de decidir algo para no entrar en bucles negativos.

Si vemos que la pelea está siendo demasiado acalorada y no se llega a ningún acuerdo constructivo entre los dos, también se tiene que saber cuándo parar para respirar, dejar que todo se calme y evitar que la cosa vaya a más.

10. Gestionar los problemas

Está muy bien discutir, intercambiar ideas y opiniones diferentes pero al fin y al cabo, el objetivo principal de las discusiones deben ser llegar a un acuerdo común y reajustarse como pareja.

Ese debe ser el objetivo principal de los conflictos importantes y para ello se debe conseguir llegar a un acuerdo con soluciones para la situación que genera desacuerdo.

11. Dejar a un lado el orgullo

Dominar la discusión o querer siempre tener la razón es algo muy inmaduro  y que no va ayudar nada a resolver los conflictos.

Es esencial identificar cuando son estos pensamientos quien nos mueven en una discusión de pareja y analizar las cosas de una forma más objetiva, como si lo viéramos desde una perspectiva más alejada.

Si somos nosotros quien nos hemos equivocado, pedir perdón también es necesario y representa un acto de madurez, necesario para poder convivir en una relación.

12. Evitar los reproches

Sacar temas pasados y olvidados a una discusión para poder ganar y tener razón no es algo bueno para solucionar nada.

Aprovechar un momento de debilidad para hacer esto es algo poco honesto y que no ayudará para nada a resolver o gestionar una situación problemática.

Es por eso que es importante no guardarse nada si aún duele y saber expresar las emociones de una forma asertiva.

13. Identificar y gestionar las expectativas

Las personas no están hechas a medida de nuestras expectativas y tienen sus propias emociones y pensamientos, así como también pueden equivocarse como nosotros.

Para tener una relación sana y evitar tener peleas innecesarias a la par que absurdas, primero  identifica si tienes expectativas muy grandes en cómo debería ser tu pareja.

Una vez identificadas, puedes gestionarlas y a tener en cuenta que nadie es perfecto y que tampoco se puede conseguir una relación ideal.

Referencias bibliográficas:

  • Gottman, J. M., & Silver, N. (2015). The seven principles for making marriage work: A practical guide from the country's foremost relationship expert. Harmony.