Los tatuajes han venido para quedarse. Cada vez hay más gente que decide hacerse alguno, y están más que normalizados. Hay miles de lugares donde tatuarse, tatuadores famosos e incluso cuentas de Instagram de inspiración.
Pero, igual que aumenta la gente que se quiere tatuar, también lo hace la que quiere borrárselos. En ese punto empiezan las dudas porque, aunque hay opciones, lo cierto es que a veces es difícil encontrar información para poder comparar las opciones.
Lo primero que se tiene que tener en cuenta es que hay ciertos factores que pueden influir en la elección de la técnica, entre los que destacan el lugar en el que está el tatuaje, las dimensiones, los colores, el tipo de tinta, la profundidad de la tinta y cuánto hace que te lo hiciste.
A partir de ahí, puedes informarte en centros especializados sobre las distintas técnicas. Si tienes un tatuaje del que te arrepientes y te estás preguntando como podrías borrarlo, te explicamos cuáles son los métodos más populares para hacerlo.
Los métodos para eliminar un tatuaje
Entre los diferentes métodos para quitar un tatuaje, hemos decidido presentar los 4 más utilizados. Te lo explicamos todo sobre ellos a continuación.
Láser
El láser permite la eliminación del tatuaje porque fragmenta los pigmentos que luego serán eliminados por los macrófagos, las células de la sangre que metabolizan estas partículas.
Se trata de la técnica más utilizada y se necesitan varias sesiones para conseguir buenos resultados, en especial cuando son en color, ya que son más costosos de eliminar, sobre todo colores claros como amarillo o verde.
El número de sesiones también depende de la zona donde esté hecho el tatuaje. En sitios donde la piel es más fina, como el cuello o la muñeca, se necesitan menos sesiones.
Por lo contrario, en zonas donde la piel es más gruesa, como las piernas, se precisarán más. Existen multitud de lugares donde puedes quitar un tatuaje con láser.
Según se puede leer en 'multiestetica', el precio de eliminar un tatuaje con láser varía en función al tatuaje, sus colores y su tamaño. Por ejemplo, la primera visita suele costar entre 20 y 50 euros. Las sesiones, por su parte, tienen precios de entre 70 y 100 euros.
Tratamiento de luz pulsada intensa
La luz pulsada intensa (IPL por sus siglas en inglés) es un tratamiento que se emplea sobre las capas superiores de la piel con el objetivo de quemar el tatuaje.
En general, se trata de una técnica menos dolorosa que el láser, además, requiere de menos sesiones. Eso sí, la piel necesitará varios meses hasta curarse del todo, alrededor de doce meses hasta ver los resultados finales.
Los aparatos de IPL realizan disparos de luz, a modo de flash, con una lámpara de xenón. Pero, a diferencia del láser, tiene una longitud de onda variable que permite la configuración del aparato para ajustarse a las características de la piel de cada paciente, tal como indican desde Sanitas.
Escisión quirúrgica
Tal como explican expertos de Clinicas Massana, la eliminación quirúrgica de tatuajes consiste en hacer desaparecer la piel tatuada para conseguir quitar el dibujo de la piel y devolverla su aspecto natural.
No obstante, «aunque un porcentaje muy alto del tatuaje es eliminado, cabe alguna posibilidad de que queden restos del dibujo, sobre todo en tatuajes hechos de forma no profesional o en tatuajes de gran tamaño».
Podría incluso utilizarse para tatuajes de gran tamaño, pero requiere del injerto de piel de otra zona del cuerpo, hecho por el que muchos no recomiendan esta opción, en especial cuando no son pequeños.
Dermoabrasión
La dermoabrasión consiste en la eliminación de las capas superficiales de la piel mediante la aplicación de un instrumento abrasivo que poco a poco va eliminado el tatuaje. También se la conoce como técnica de raspado o de raspar.
«Durante el procedimiento de dermoabrasión, el área tatuada, generalmente, se enfría hasta que queda insensibilizada.
Luego, la piel tatuada se 'lija' hasta llegar a niveles más profundos con un dispositivo rotatorio de alta velocidad que cuenta con una rueda o un cepillo abrasivo. Esto permite que la tinta del tatuaje drene por la piel», explican desde Mayo Clinic.
«Se sentirá dolor e irritación en el área afectada por varios días después del procedimiento. La recuperación puede tardar de dos a tres semanas como máximo. Debido a que los resultados son poco predecibles y menos eficaces que con láser o con una combinación de láser y escisión, la dermoabrasión no es una opción frecuente», añaden.
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El método más popular para borrar un tatuaje es, sin duda, el láser. No obstante, te recomendamos que analices bien los pros y los contras de todas las técnicas, y que visites a expertos para que estudien tu caso.