Aunque los helados son uno de esos productos que se pueden consumir durante todo el año, lo cierto es que en verano su consumo y venta se disparan exponencialmente. Y es algo completamente normal, porque su sabor y frescura ayudan a paliar el bochorno provocado por las altas temperaturas.
Comer helados estando a dieta... ¿Sí o no?
La respuesta es: depende. Si nos ceñimos a los datos, los españoles pueden llegar a consumir hasta 149 millones de litros de helado, solo entre los meses de junio de 2020 y mayo de 2021. Este dato, que a priori puede pasar desapercibido, ha aumentado un 4% respecto al año anterior.
Mariona Bolfegó, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) apunta a que lo más preocupante de todo esto es el tipo de helados que suele comer la gente. Así pues, señala los helados ultraprocesados como los más consumidos por la población en general.
Y es que ya sea en tarrina, en bolas o en paquetes individuales, este tipo de helados suelen ser los preferidos en verano. Si tenemos presente la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), comprobaremos que el consumo de azúcar máximo recomendado se sitúa en los 25 gramos por día.
Pues bien, la composición de la mayoría de estos helados excede, casi de forma abismal, esta recomendación. Basta con ir a cualquier supermercado y fijarnos en la composición de una caja de helados aleatoria: veremos que la cantidad de azúcar que contiene es extremadamente perjudicial.
"Los helados de agua y los helados a base de leche o nata tienen un alto contenido de azúcares (sacarosa, glucosa, etc.), que representa como mínimo entre un 20 % y un 30% de su peso total. Dos bolas de helado pequeñas o un polo de hielo contienen unos 25 gramos de azúcar, el equivalente a cuatro cucharadas de postre de azúcar", señala Bolfegó.
Si tomamos como referencia esta información nos daremos cuenta de que ya no podríamos consumir nada más de azúcar en todo el día. Habremos sobrepasado el máximo indicado, según la OMS. Pero lejos de la realidad, existen personas que no prestan atención a estas cantidades.
La relación entre su consumo y la diabetes
Los helados, consumidos tanto por adultos como por niños, pueden representar algún que otro riesgo... sobre todo, si se padece de alguna enfermedad, como por ejemplo la diabetes. En este sentido, es muy importante saber escoger el tipo de helado que se consume y su composición.
Evidentemente, ante la duda siempre es aconsejable mirar la etiqueta nutricional. Para las personas diabéticas, los helados con azúcares, grasas y aditivos pueden ser especialmente perjudiciales. La razón se debe principalmente a los efectos que pueden enfrentarse debido a los niveles de glucosa en sangre.
Otras alternativas que deberías valorar
Si hay algo claro en todo esto es que en los helados, cuantos menos ingredientes, mejor. No se trata de privarnos de su consumo en verano, sino de conocer y buscar otras opciones mucho más saludables. Además... ¡Podemos seguir manteniendo ese rico sabor!
Una alternativa saludable podría ser que te animases a hacer tu mismo tus propios helados. Para ello puedes optar por escoger fruta de temporada (o aquella que más te apetezca), triturarla y congelarla. También puedes recurrir a realizar batidos con yogur o leche, y añadirles toppings que harán realzar su sabor, como los frutos secos, el cacao, etc.
Se trata de una forma de mantenernos hidratados sin renunciar al placer de los sabores. Es evidente que durante el verano, lo único que queremos es recurrir a alimentos fresquitos. De esta forma lo seguimos haciendo, pero con un plus... ¡Y es que tenemos en cuenta nuestra salud!