Llega el verano, las altas temperaturas y como no... ¡Las deseadas vacaciones! Cualquier plan es bueno para esta época del año, pero si existe uno más apetecible que nunca es ir a la playa. Aunque la arena y el mar pueden ser nuestros mejores aliados en verano, debemos andar con ojo... porque no está exento de 'visitantes'.
Las medusas, el animal más 'temido' del verano
Cuando escuchamos que el cambio climático está afectando a todos los niveles, también nos referimos a la fauna marina. En este sentido, los desajustes medioambientales y las altas temperaturas empiezan a empujar cada vez con más fuerza las medusas hacia las playas.
No es de extrañar que cada año las encontremos antes y durante más tiempo en la mayoría de orillas. Y es que este animal marino, con cierta mala fama, nos empieza a hacer cada vez más compañía. Su aspecto y textura gelatinosa hacen que cualquiera quiera huir de él.
Y no es para menos, pues si hay algo que atrae a las medusas es el agua caliente. Este factor, unido junto al descenso de lluvias y de otro tipo de especies marinas, son el caldo de cultivo perfecto para que su presencia se empiece a notar más que nunca.
Es muy probable que en algún momento tengamos un encuentro 'fortuito' con esta especie, si es que no lo hemos tenido ya. Las picaduras de medusa son, sin lugar a dudas, una de las cosas más dolorosas e incómodas que nos podrían ocurrir. Por esa misma razón, a continuación vamos a analizar cómo deberíamos actuar ante este hecho.
Los errores que NO debes cometer si te pica una medusa
Lo primero que deberías hacer si alguna vez te encuentras con una medusa y esta te pica, es mantener la calma. Sí, suena muy fácil decirlo y muy difícil hacerlo, pero una actitud tranquila nos ayudará a manejar la situación con mucha más eficacia.
No obstante, ante una picadura de este tipo es muy probable que la calma sea complicada de mantener, y es por eso que muchas veces nos dejamos llevar por la desesperación del momento y actuamos casi de forma impulsiva.
Por lo tanto, debemos tener presente que existen ciertas acciones que, lejos de ayudarnos, empeorarían todavía más nuestro malestar. Un mito muy extendido es que tras una picadura de medusa acudas inmediatamente a ponerte agua dulce.
Pues bien, la realidad es que esto no deberías hacerlo nunca. Cuando nos pica una medusa, las células urticantes de esta contienen en su interior agua salada. Si nosotros añadimos agua dulce, lo que estaremos haciendo es generar una diferencia de presión. Algo que se traduce en una expansión del veneno por culpa de la "explosión" causada en las células urticantes
Si esto ocurre lo que pasará es que el veneno se empezará a extender todavía más sobre nuestra piel, y por lo tanto el efecto que nos producirá será mucho peor. Sin duda, este es el mito más extendido (y menos recomendable también) que corre entre la población.
De la misma forma que ocurre con el agua salada, la orina tampoco es el mejor remedio. Esta solución puede acarrearnos más problemas además de la picadura que ya tenemos, como algunas infecciones. Debemos pensar que tras la irritación provocada por la picadura, si añadimos orina (que contiene pH ácido), el resultado y la combinación puede ser bastante molesto.
Evidentemente, aplicarnos yodo o amoníaco o incluso frotarnos con arena tampoco es la mejor solución. Este tipo de líquidos agresivos pueden acentuar todavía más nuestro picor e irritación. Y la arena, por otra parte, lo único que haría sería aumentar más todavía el riesgo de infecciones.
Lo que SÍ deberías hacer tras una picadura
Ante una picada de medusa, deberíamos hacer y tener en cuenta una serie de indicaciones. Primero, deberíamos permanecer en el mar durante un rato, ya que el agua salada ayudaría a que el veneno se diluyese.
Después de esto, podríamos comprobar si quedan restos (como células o tentáculos), y si es así retirarlos cuidadosamente. Tras realizar este paso podríamos optar por aplicarnos una pomada antihistamínica y, ante un dolor agudo y persistente, acudir inmediatamente al médico.