La Dirección General de Tráfico se encarga de garantizar la seguridad vial. Para ello, desde la DGT tiene establecidos unos límites claros de velocidad según el tipo de vía. Sin embargo, estos no siempre se respetan.
Para poder controlar este ámbito, la instalación de radares se ha convertido en un factor fundamental. Tanto regular el tráfico de la forma adecuada como asegurar el cumplimiento de la normativa es primordial para prevenir accidentes.
En este punto, no obstante, es importante tener en cuenta algunos aspectos. Por ejemplo, uno de ellos es que existen casos en los que el radar no te puede multar, uno de los grandes miedos de los conductores.
Cómo se controla el exceso de velocidad
Con el objetivo de cumplir los límites de velocidad establecidos, desde la DGT emplean varios métodos. Uno de los más comunes es el uso de radares, grandes conocidos por parte de los usuarios de la vía.
Los radares son dispositivos electrónicos que están diseñados para medir y registrar la velocidad de los vehículos que pasan por delante. En este punto, es importante conocer su funcionamiento y las sanciones que se imponen.
Funcionamiento de los radares
Cuando el radar detecta un exceso de velocidad, registra la información para generar una multa. Esta información está formada por datos como la velocidad del vehículo, la hora, así como la ubicación. Después, la sanción llega al propietario del mismo.
Las multas pueden variar
En el caso de las multas, es necesario tener en cuenta que pueden ser distintas según las leyes y regulaciones. También se incluyen sanciones económicas, pérdida de puntos del carné, así como medidas adicionales, como son los cursos de educación vial.
Estos son los casos en los que los radares no multan
A pesar de que los radares son temidos por los conductores, hay ciertos casos en los que no pueden multar, incluso si se ha superado el límite de velocidad.
Son situaciones excepcionales que generan confusión entre los usuarios de la vía. Sin embargo, hay algunas comunes que debes tener en cuenta.
Si el radar contradice la señalización
Uno de estos casos es cuando el radar contradice la señalización previa que indicaba el fin de un tramo con una velocidad máxima. En esta situación, no se puede imponer una sanción por exceso de velocidad.
La razón es que el conductor actúa dentro de los límites legales que están establecidos. Es decir, no infringe ninguna norma de seguridad vial.
Si el radar no está en buen estado
Por otro lado, otra situación es cuando el radar no está en buen estado para cumplir su función de forma precisa. En estos casos, puede haber momentos en los que emita una multa que no sea efectiva.
Según la ley, los radares se deben someter a una calibración de forma periódica para que funcionen de manera correcta, así como para evitar errores en la detección de cualquier infracción.
La importancia de las fotografías
También hay casos en los que las fotografías que toma el radar se convierten en un factor determinante para que la sanción por exceso de velocidad sea efectiva.
De acuerdo con la normativa, el radar debe capturar un mínimo de dos fotografías diferentes del vehículo para que se puedan presentar como prueba en el proceso de sanción.
El margen de error
Otro aspecto a tener en cuenta para que el radar imponga una multa efectiva es el margen de error. Los radares tienen un margen de error que permite circular algunos kilómetros por hora más rápido sin que se pueda considerar como infracción. En el caso de que la diferencia no se aplique de la forma correcta, no se podrá imponer la sanción.
Errores en los datos
Por último, es posible que se dé el caso de que la persona que se encargue de redactar la multa cometa algún error con respecto a los datos del vehículo (nombre, dirección, matrícula, etc.). Si esto sucede, la sanción tampoco será efectiva.