Todos sabemos que las hortalizas son tremendamente saludables, indispensables dentro de una dieta equilibrada y sana. Pero… ¿y si te decimos que existiría una hortaliza que sería mitad pepino, mitad melón? Si te gustan ambos alimentos, estás de enhorabuena.
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En un rincón de España, en pequeñas explotaciones y terrenos familiares, se encuentra una hortaliza singular y poco conocida: el alficoz. Se trata de un curioso vegetal se alarga y retuerce, pero no se debe juzgar por su aspecto exterior, sino por su interior lleno de sabores y propiedades refrescantes.
A pesar de sus cualidades, el alficoz está en peligro de extinción, pasando desapercibido en los mercados y olvidado en los campos españoles. Es momento de descubrir los encantos y beneficios de esta maravillosa hortaliza y ponerla de moda en nuestras mesas.
El alficoz, cucumis melo flexuosus en términos botánicos, pertenece a la familia de las cucurbitáceas, al igual que el melón, la calabaza y el pepino. Su curioso nombre se debe a su característica forma retorcida y alargada, similar a una serpiente.
Originario de Oriente Medio, este melón ha sido cultivado desde tiempos ancestrales en diversas regiones del Mediterráneo. Incluyendo el sur de Valencia y la provincia de Alicante en España.
A pesar de ser conocido en el norte de África y algunas regiones asiáticas, el alficoz ha caído en el olvido en España. Lo que ha llevado a su peligro de extinción. La falta de datos en el Censo Agrario y los Catálogos de Variedades muestra el desconocimiento y la desatención que ha sufrido esta hortaliza en el país.
Sin embargo, tanto pequeños agricultores como grandes chefs conocen y aprecian las cualidades culinarias del alficoz, lo que destaca la necesidad de preservar esta joya gastronómica.
Aunque el alficoz se clasifica botánicamente como un melón, su sabor es más similar al del pepino, pero más dulce y menos amargo. La textura crujiente y refrescante lo convierte en un ingrediente ideal para platos veraniegos, y puede consumirse con su piel, lo que lo hace aún más práctico y fácil de preparar.
Su cultivo se adapta especialmente a regiones de clima mediterráneo con temperaturas templadas y días soleados. Su temporada de siembra va desde abril hasta mayo, y su cosecha se realiza entre junio y julio. Es importante recolectar el alficoz cuando aún no ha madurado completamente, ya que después de la floración la pulpa se vuelve blanda e insípida.
A pesar de sus peculiaridades, esta hortaliza se encuentra en peligro de desaparecer en España debido a diversos factores. Su corto ciclo de cultivo y la preferencia de algunos agricultores por cultivos de mayor rendimiento comercial, como el pepino, han llevado a que su producción y demanda se reduzcan significativamente.
Para evitar su extinción, es necesario darlo a conocer en toda España y fomentar su cultivo y consumo. La preservación de las variedades tradicionales, como el alficoz, requiere del apoyo de la gastronomía, tanto a nivel doméstico como en los fogones de los grandes chefs. Incorporar esta hortaliza en platos y recetas conocidas puede ser el primer paso para apreciar su sabor y propiedades refrescantes.
En el Levante español, donde el alficoz tiene mayor presencia, algunos restaurantes ya lo incluyen en sus menús y lo trabajan en diversas preparaciones culinarias. Desde gazpachos y ensaladas hasta guisos y frituras, este versátil melón serpiente se adapta a distintos platos con un sabor único y delicioso.
El futuro de esta curiosa hortaliza está en nuestras manos. Si queremos preservar este patrimonio culinario y disfrutar de su sabor refrescante en nuestros platos estivales, es momento de darle una oportunidad y redescubrir su encanto.