Cuando se realizaron las primeras propuestas, muchas personas no salían de su asombro. Frases como "qué asco" o "yo no podría" afirmaban un rechazo bastante evidente. Sin embargo, lo que en su día parecía una idea descabellada, ahora incluso se está poniendo de moda.
Y es que tampoco se trata de que hayamos descubierto América, como aquel que dice. Ya en otros países, el consumo de insectos venía siendo una tradición y algo muy habitual entre sus ciudadanos. En cualquier caso, esta práctica parece ser que también podría encontrar su hueco en nuestro país.
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Insectos comestibles: Una nueva alternativa alimenticia
A partir de ahora ya no hará falta viajar a ningún país oriental para que podamos echarle bocado a un plato o tapa de insectos. Lo que en su momento parecía una propuesta bastante crítica, todo apunta a que ahora se terminará volviendo en una opción nutritiva más.
No es la primera vez que el ser humano recurre a los insectos para alimentarse: de hecho, esta práctica es muy habitual en determinados países del continente asiático. Pero claro, cuando extrapolábamos este escenario aquí... la cosa no estaba del todo clara.
No obstante, con el paso del tiempo la gente fue haciéndose cada vez más a la idea. Y a día de hoy, son tantos los curiosos que han dado el paso de probar uno, que la demanda de su consumo está creciendo cada vez más.
Aunque no te lo creas, se ha demostrado que las propiedades alimenticias de estos insectos pueden ser muy beneficiosas. Ya no hablamos solo a nivel nutricional para nosotros (que también), sino como una alternativa a un posible escenario catastrófico.
Y es que a pesar de haber recibido advertencias, el cambio climático está empezando a pasar factura. Son tantas las cosas que deberíamos cambiar, que en el peor de los casos, tendremos que hacernos a la idea de la extinción de determinados alimentos.
Esto, evidentemente, supondría un enorme impacto en la industria alimentaria, ya que se estima que en pocos años el planeta alcance los 10 millones de habitantes. Como es lógico, el desabastecimiento que se produciría sería de gran magnitud.
No obstante, la idea de empezar a comercializar el consumo de insectos también se está planteando como una alternativa para tal caso. En este sentido, Europa se está abriendo camino a este tipo de industria, y al parecer podría volverse en una realidad cotidiana.
Dentro de un futuro no muy lejano podremos encontrar este tipo de insectos en los supermercados. Así pues, cuando llegue el momento, no nos extrañará encontrar paquetes que contengan dichos insectos de forma entera, o simplemente productos elaborados a base de estos.
Ya podemos ir preparándonos para ver en muchos lineales gusanos de la harina, langosta migratoria, grillo doméstico y larvas de escarabajo. Aunque los nombres a priori no suenen muy apetecibles, todos y cada uno de ellos esconden sus secretos.
Los primeros pueden utilizarse tanto para aperitivos como para ingredientes alimentarios, mientras que los segundos se venderán de forma congelada, en seco y en polvo. Los terceros están llenos de proteínas y podremos encontrarlos en galletas o pastas, y los cuartos, a pesar de ser los más recientes, también se han autorizado para tal fin.
Por lo tanto, a partir de ahora cualquiera que desee comercializar estos insectos para la alimentación humana, deberá solicitarlo previamente ante la Unión Europea. En este sentido, si el organismo lo aprueba, será incluido en la lista de "nuevos alimentos".
De igual forma, existen dos vías para poder llevar a cabo dicho proceso: que el insecto forme parte de la dieta común de un país durante al menos 25 años (aportando documentación que lo avale), o que el operador sigua el procedimiento de autorización de las autoridades competentes.