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Montaje de un teléfono móvil y una chica diciendo que no con el dedo

Los abogados desvelan cuándo la empresa debe darle un móvil a sus trabajadores

Hay ciertos casos será preciso que se le facilite un dispositivo para que pueda realizar sus tareas

Hoy en día casi todo el mundo dispone de un móvil, del que solemos hacer uso a diario para cuestiones personales. Pero las empresas, al contrario de lo que se piensan, también deberían facilitarle un dispositivo a sus trabajadores ante ciertas situaciones. De lo contrario podrían enfrentarse a un contratiempo, como desvelan los abogados.

La implantación del teletrabajo y las nuevas tecnologías han contribuido a que los profesionales permanezcan permanentemente conectados a su trabajo. Tanto el propio aparato en sí, como las distintas plataformas de comunicación como WhatsApp o los correos electrónicos impiden la desconexión digital. Se  montan espacios de trabajo que de alguna manera nos obligan a permanecer atentos a todo lo que ocurre.

En vista de esto, muchos empleados demandan que se les facilite un teléfono de empresa. La ley no contempla esto de forma explícita, pero sí que existen varias sentencias que lo defienden. Muchos de estos profesionales han tenido que hacer uso de su móvil privado o de sus equipos de trabajo para realizar sus tareas.

En las citadas sentencias, la justicia indica que las compañías no pueden obligar a los empleados a utilizar materiales propios, publica Noticias Trabajo. Serán ellos los que deban suministrarles los medios necesarios para que lleven a cabo sus responsabilidades de forma eficiente. Tampoco pueden obligar a nadie a que se compre un teléfono para trabajar. Se entiende que se estaría  produciendo un abuso del derecho empresarial.

Una persona con su móvil blanco en la mano y un símbolo de llamada rojo
El uso constante del móvil impide la desconexión digital | Getty Images

Cómo protege la ley al empleado

El artículo 2 del Real Decreto Ley 1215/1997 aclara lo que se considera como equipo de trabajo. Contempla como tal "cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación utilizado en el trabajo".

Además, también incorpora las obligaciones que debe asumir el empresario. "Adoptará las medidas necesarias para que los equipos de trabajo" que se faciliten "sean adecuados al trabajo que deba realizarse". De la misma manera será preciso que "garanticen la seguridad y la salud" de los profesionales.

Con todo esto, el empleado podrá negarse a usar su móvil particular sin que ello acarree ningún tipo de sanción por parte de la compañía. En este sentido se encuentra amparado por la normativa.

Cuándo podrá utilizar el teléfono el trabajador

Por lo tanto, nadie tiene la obligación de hacer uso de su dispositivo móvil privado para cuestiones laborales. Eso sí, existe la posibilidad de que lo utilice siempre y cuando el trabajador esté de acuerdo con ello. Pero también puede acarrear un cierto problema esto.

Y es que si nos comprometemos a emplear el móvil personal para el trabajo la desconexión digital resultaría más complicada. Se esfumaría el derecho que tenemos a la intimidad o al descanso. Es probable que más de un trabajador ya lo haya sufrido en primera persona.

Seguro que en alguna jornada de descanso o incluso durante las vacaciones haya recibido algún mensaje o llamada de los jefes. Todos, en alguna medida, lo hemos padecido, y a nadie le resulta agradable.

La opción que se nos plantea pasa por apagar el móvil o quitarle los datos al aparato para no recibir ningún tipo de comunicación. Pero tampoco es cuestión de quedarnos incomunicados.

Montaje de un fondo con una chica usando un teléfono y delante un hombre enfadado mostrando los puños
Recibir llamadas del trabajo durante las vacaciones no es de agrado para nadie | Minerva Studio

Un móvil cuando el trabajo lo exija

Los abogados expertos en la materia recomiendan que las empresas faciliten un teléfono al profesional cuando el puesto así lo requiera. Eso sí, esto no implica que se tengan que respetar unos horarios.

No se podrá molestar al trabajador fuera de la jornada laboral ni tampoco durante los descansos. Esto es algo intocable que puede ser castigado por los tribunales. Y más con todas las pruebas que suelen dejar los teléfonos con los registros de llamadas y de mensajes.