La situación económica actual está poniendo en entredicho la situación de muchas familias. A la hora de pagar su propia casa al banco, pueden surgir dificultades debido al incremento del precio de la hipoteca.
Esto puede llevar a muchas personas a no poder hacerse cargo de la casa y a plantearse una venta del inmueble. Entre otras causas, por el enorme crecimiento del euríbor, que en verano de 2023 ha bordeado el 4 %, lo que representa unos intereses altísimos.
Un ejemplo: Una persona que haya pedido un préstamo hipotecario de 150.000 euros a 25 años, con un interés de euríbor más 1 %, pagará este año 260 euros más al mes. O lo que es lo mismo, 3.100 euros a lo largo de todo el año.
Para lidiar con esta subida de precios, muchos se preguntan si es el momento adecuado para vender la casa. Al fin y al cabo, si no puedes pagar las cuotas no queda otro remedio que venderla. ¿O sí?
La alternativa a vender tu hogar si las cuotas son inaccesibles para ti
Pase lo que pase, no se deben dejar de abonar cuotas al banco. Esto te sumergirá en una situación de impagos que puede acabar muy mal, incluso en desahucio. Sin embargo, una alternativa a tener en cuenta es intentar negociar con la entidad financiera.
Una opción complicada de conseguir, pero posible, es solicitar una moratoria. Se trata de un acuerdo temporal entre un prestatario y el prestamista (generalmente un banco o entidad financiera). Este permite al prestatario aplazar o suspender temporalmente los pagos de su hipoteca.
Esta medida se toma en situaciones de dificultad financiera extrema, como una pérdida de empleo o enfermedad grave. También por otras circunstancias imprevistas que hacen que el prestatario no pueda cumplir con sus obligaciones de pago hipotecario.
Sin embargo, esto podría no ser suficiente, ya que el banco tiene que aceptar la proposición del cliente. No tiene la obligación de hacerlo, aunque quizás quiera colaborar con el propietario para evitar impagos.
Además, el cliente puede acogerse al código de buenas prácticas bancarias para que este tipo de casos. Pero para ello, la casa debe ser la habitual y los ingresos brutos anuales no ser superiores a una cantidad: 25.200 euros para las llamadas familias vulnerables y 29.400 para el resto.
¿Y si esta posibilidad no me funciona?
Si el banco no acepta tu propuesta ni cumples los requisitos del código de buenas prácticas bancarias, debes vender. Lo más común es liquidar la hipoteca con los fondos obtenidos de la venta. Es aconsejable contactar anticipadamente a un agente inmobiliario para comercializar la propiedad como un inmueble desprovisto de cargas.
Es importante informar al agente inmobiliario acerca de los plazos de revisión de la hipoteca. Imagina, por ejemplo, que se efectúa la revisión en seis meses y el propietario conoce que no podrá sufragar la nueva cuota. Entonces, se sugiere establecer un límite de dos o tres meses para encontrar un comprador.
Una vez se consiga un comprador, varias semanas antes de formalizar la escritura, el propietario debe comunicarse con su entidad financiera. La intención es notificar la intención de vender la vivienda y solicitar un certificado de deuda pendiente hasta la fecha programada para la firma.
Luego, el comprador entregará dos cheques el día de la firma: uno irá para el banco con el saldo restante de la hipoteca y otro para el vendedor con el excedente.
Acto seguido, el propietario tiene que levantar la carga que pesa sobre la vivienda en el Registro de la Propiedad mediante una cancelación registral de la hipoteca. Es recomendable iniciar este trámite con un gestor independiente y unas semanas antes de la firma.