Ya sea en nuestra mente, nuestro metabolismo y nuestra forma física, el sueño tiene un impacto esencial en la salud. Y cada vez más personas son conscientes de ello. Pasamos casi un tercio de nuestra vida durmiendo, tiempo necesario para recuperar nuestras necesidades físicas y psíquicas. Entonces, ¿por qué dormir bien es tan importante para una buena salud?
Lo cierto es que dormir adecuadamente y en cantidad suficiente es fundamental para el cuerpo y la mente. El sueño es también una de las únicas funciones reparadoras que permiten a nuestro cuerpo recuperar su energía.
El sueño ayuda a nuestro cuerpo a regenerarse
Gracias al sueño, el sistema inmunológico se regenera. Este descanso le permite construir las defensas necesarias para luchar contra ataques externos. En otras palabras, es el combustible que el cuerpo necesita para crear la energía y las células necesarias para su defensa.
Además, el sueño permite que el sistema cardiovascular descanse. De hecho, mientras dormimos, nuestro corazón ralentiza su ritmo entre un 15 y un 20% de media para ahorrar energía.
Esta relajación es una oportunidad para “reparar” nuestro cuerpo, incluyendo la regeneración de células en diferentes órganos. Algo que también se observa en los músculos que se relajan. Esta inactividad muscular ayuda a reponer un stock de energía para asegurar una buena condición física.
Pero debemos tener en cuenta que nuestro metabolismo no permanece inactivo mientras dormimos. Aprovecha este tiempo de relajación para producir hormonas, en particular hormonas de crecimiento. Estos son esenciales en el desarrollo de los niños. También ayudan a desarrollar los músculos, huesos y cartílagos de los adultos.
¿Cuáles son las consecuencias de dormir menos de 7 horas cada noche?
Según un estudio publicado en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, las personas que duermen menos de 7 horas al día tendrían mayor dificultad si su intención es perder peso. Además, quienes comen más alimentos ricos en azúcares, grasas y carbohidratos presentan un riesgo mayor de dormir mal, no dormir lo suficiente o padecer insomnio.
Y es que la privación del sueño promueve el aumento de peso al modular las hormonas que regulan el apetito. De hecho, la carencia altera el equilibrio natural de tres hormonas involucradas en el aumento de peso: la leptina, la grelina y la orexina.
Siguiendo en la misma línea, los investigadores concluyeron que, además, quien menos duerme tiene mayor espacio temporal para picotear entre horas. Un hecho que se traduce en un hábito poco saludable.
Por otro lado, numerosos estudios demuestran ahora la importancia del sueño para prevenir la aparición de diabetes tipo 2 o su empeoramiento. No en vano, muchos de estos estudios muestran que la reducción del sueño provoca una desregulación del metabolismo de los carbohidratos, incluida una disminución de la producción de insulina de hasta un 30%.
También se produce un aumento de la resistencia a la insulina de hasta un 50%, lo que promueve la aparición de diabetes y la progresión a diabetes tipo 2. Por consiguiente, dormir pocas horas tiene mucho más impacto sobre nuestra salud del que creemos.
¿Cómo dormir más tiempo?
Es fundamental encontrar nuestro propio ritmo e imponernos una rutina. Dado que el sueño es un mecanismo frágil, es fundamental apegarse a un horario regular. Eso sí, dependiendo de cada persona, la necesidad no sería la misma. Pero, como hemos visto, se recomienda dormir entre 7 y 8 horas por la noche. Lo que nos ayudará a evitar y reducir muchos de los efectos relacionados con la falta de sueño.
También debemos centrarnos en un entorno de vida saludable, lo que significa hacer ejercicio físico de manera regular y optar por cenas ligeras. Por último, es esencial crear un ambiente propicio que nos ayude a conciliar mucho mejor el sueño, como, por ejemplo, el uso de distintas luces o sonidos.