En cuanto a la alimentación, existe una gran controversia sobre un producto muy consumido. Hablamos de los huevos, ese ingrediente tan presente en la gastronomía española.
Y es que desde siempre hemos podido encontrar en las grandes superficies huevos de color marrón y huevos de color blanco. No obstante, en los establecimientos siempre han predominado los de color marrón, provocando así una posible desaparición de los de color blanco.
Las elecciones a la hora de hacer la compra
¿Cuántas veces acudes al supermercado a comprar? ¿Sueles comprar los mismos productos o te gusta innovar? ¿Eres de los que prefiere comprar productos por su calidad o te guías más por el precio?
Independientemente de las veces que acudas al supermercado al mes, la frecuencia suele estar en una compra semanal de productos frescos y otras dos quincenales con productos de menor consumo.
En cuanto a la variedad de los productos, muchas personas siempre consumen el mismo tipo de productos para no llevarse sorpresas. Otros, en cambio, suelen comprar productos variados porque acuden a grandes superficies diferentes.
Si eres de los que les gusta comprar basándose en la calidad de los productos, la cesta de la compra suele ser más cara. Sin embargo, cuando prima el precio por encima de la calidad, la cesta de la compra resultará ser más barata.
¿Por qué ya casi no encontramos huevos blancos?
Antiguamente, se vendían más huevos de color blanco, pero hasta la fecha es casi inviable encontrar huevos de este color en los supermercados. ¿Sueles comprar huevos blancos o de color marrón? ¿Los huevos blancos son de mejor calidad?
La directora de Inprovo (Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos) ha concluido en una entrevista en As, que la existencia de que haya huevos blancos o no en los lineales de los supermercados, es un tema más bien cultural
Cuando las granjas avícolas empezaron a comercializar los huevos, las gallinas eran de color blanco. Por lo que se asociaba que el huevo de color blanco proveniente de estas granjas era de "menor calidad. Los consumidores preferían optar por los marrones al parecer camperos y más naturales.
Además, todos sabemos que las gallinas pueden ser de diferentes colores, su plumaje puede variar entre blanco, marrón o negro y esto da como resultado el color de sus huevos. Sin embargo, es también su tamaño lo que implica que el huevo sea más grande o más pequeño y de ahí su calidad.
Otra de las grandes características del huevo es la dureza de la cáscara. Cuando la gallina es más vieja, el huevo también es más grande y su cáscara es más débil. Por contra, las gallinas más jóvenes ponen huevos más pequeños pero con la cáscara más fuerte.
Todas estas características no influyen en la calidad del huevo. Ni en su consistencia ni en el color de la yema, y menos aún en el color de la cáscara. Más bien, lo que sí influye en la calidad a la hora de consumir huevos es la alimentación que se les proporciona a las gallinas.
¿Por qué influye la alimentación de las gallinas en el huevo?
La alimentación que se proporciona a las gallinas provoca que la yema del huevo tenga un color más anaranjado o amarillento. Pues esta alimentación, puede estar basada en cereales como el trigo o la cebada o en resto de comidas.
Otra de las características que ayudan a favorecer la calidad del huevo es la raza del animal en cuestión. Existen gallinas que ponen huevos blancos y como resultado ponen muchos huevos, dicha raza denominada la Leghorn poseen un plumaje blanco.
Sin embargo, también existen gallinas con un plumaje marrón, que son grandes ponedoras y pastan en pastos donde pueden permanecer libremente y con una buena vida, lo que conlleva unos huevos de muy buena calidad.