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Imagen de fondo de una persona comiendo y otra de aceite de coco en un bote de cristal y de una chica sorprendida

Expertos avisan: el complemento alimenticio que no debes comer si no quieres engordar

De gran poder aromático, puede no ser una opción muy saludable cuando se consume con mucha regularidad

Los complementos alimenticios son productos que contienen nutrientes, vitaminas, minerales, plantas u otras sustancias que se toman para complementar la dieta habitual. Su objetivo es prevenir o corregir posibles deficiencias nutricionales. Pero no todas las opciones son saludables, aunque podamos pensar lo contrario.

De hecho, no son sustitutos de una alimentación equilibrada y variada, ni de un estilo de vida saludable. Tampoco tienen efectos milagrosos ni curativos, y pueden tener contraindicaciones o interacciones con otros medicamentos o alimentos.

Es aquí cuando nos encontramos con un alimento ampliamente utilizado en la cocina. Y es que, aunque se trate de una opción muy común, su consumo regular puede volverse muy negativo par la salud.

¿Cuál es el complemento alimenticio que no deberíamos comer tan a menudo?

El aceite de coco se ha convertido en uno de los productos más populares y demandados en el mundo de la nutrición y la belleza. Muchos lo consideran un superalimento por sus supuestas propiedades beneficiosas para la salud, como su capacidad para acelerar el metabolismo, quemar grasa, mejorar la piel y el cabello, o prevenir infecciones.

Sin embargo, no todo es tan bonito como parece. Un reciente estudio científico ha puesto en duda las bondades del aceite de coco y ha alertado sobre sus posibles efectos negativos, especialmente si se consume como complemento alimenticio. Según esta investigación, el aceite de coco podría favorecer el aumento de peso, la inflamación y el desequilibrio hormonal.

¿Qué dicen los estudios sobre el aceite de coco?

El estudio, publicado en el Journal of Functional Foods, fue realizado por un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Campinas (Brasil). Los expertos analizaron los efectos del aceite de coco virgen extra en ratones sanos durante ocho semanas. Los ratones recibieron una dosis diaria de aceite de coco equivalente a una cuchara sopera (13 g) para un adulto con normopeso.

Los resultados mostraron que el aceite de coco provocó alteraciones significativas en los ratones. Por ejemplo, originó un aumento del consumo de alimentos y del peso corporal.

También causó un comportamiento ansioso e hiperactivo. Además de inflamación de los tejidos del sistema nervioso central, del tejido adiposo y del hígado. Y una allteración de las hormonas leptina e insulina, que regulan la saciedad y el azúcar en sangre.

Peor aún, tal y como advirtieron los científicos, el aceite de coco también ocasionó cambios en los mecanismos bioquímicos relacionados con la síntesis de grasa.

Por todo ello, los autores del estudio concluyeron que el aceite de coco, lejos de ser un quemagrasas, podría contribuir al desarrollo de obesidad y otras enfermedades asociadas, como diabetes o problemas cardiovasculares. De ahí que hayan desaconsejado su consumo como complemento y recomendaron más estudios al respecto.

¿Qué otros riesgos tiene el aceite de coco?

El aceite de coco es un producto muy rico en grasas saturadas, que son las que elevan el nivel de colesterol LDL o “malo” en la sangre. El colesterol LDL se acumula en las paredes de las arterias y dificulta la circulación sanguínea, aumentando el riesgo de sufrir infartos o accidentes cerebrovasculares.

Según la mayoría de expertos, el consumo de grasas saturadas no debe superar el 10% del total de calorías diarias. Sin embargo, una cuchara sopera de aceite de coco contiene alrededor del 12% de este tipo de grasas. Por lo tanto, se debe moderar su consumo y preferir otras fuentes de grasas más saludables, como el aceite elaborado con olivas o los frutos secos.

¿Cómo consumir el aceite de coco con responsabilidad?

El aceite de coco no es un alimento milagroso ni un complemento alimenticio que deba tomarse a diario. Es un producto que tiene algunas propiedades y beneficios, pero también algunos riesgos y contraindicaciones. 

De ahí que se deba consumir con responsabilidad y precaución. ¿Cómo? Muy sencillo: elegir un aceite de coco de calidad: se debe optar por un aceite de coco virgen extra, que se obtiene por presión en frío de la pulpa del coco.

También moderar la cantidad respecto a lo que consumimos. Siempre debemos hacerlo con moderación y ocasionalmente. Además de usarlo con criterio, solo en platos que requieran un sabor intenso y exótico.