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dulce típico día d elos muertos

¿Cómo hacer pan de muerto? Receta tradicional y relación con el Día de Muertos

El pan de muerto es un dulce tradicional mexicano que suele elaborarse y consumirse durante las festividades del Día de Muertos.

En México desde aproximadamente septiembre se empieza a vender el pan de muerto, un delicioso dulce disponible en distintas variantes tales como azucarado, relleno, con diferentes formas y sabores. El significado y la historia de este pan que forma parte de las típicas ofrendas mexicanas lo convierten en una comida esencial para la cultura mexicana.

Si quieres saber más sobre la historia y las leyendas sobre el día de muertos, en este post revisaremos la información más importante. También conoceremos el significado y los tipos de pan de muerto y finalmente, explicaremos cómo elaborar la receta tradicional de este plato en 7 sencillos pasos.

¿Qué es el pan de muerto? Significado y tipos

El pan de muerto corresponde a un dulce especial mexicano que se consume tradicionalmente en el Día de de Muertos, un tipo de festividad que empieza el 31 de octubre y que suele durar hasta una semana, dependiendo de la región de México en la que nos encontremos.

Tal y como indica su nombre, la forma del pan de difuntos simula a una calavera: el cráneo es representado por una esfera en el centro y las 4 canillas restantes son los huesos. El pan de muerto tiene un significado, el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos. Esta forma también simboliza los 4 rumbos del universo.

Diferentes tipos

Este dulce ha tenido y tiene diferentes formas de preparación. En concreto los más conocidos y consumidos en todo Méxicos se incluyen en la siguiente lista:

  • Azucarado (el más común y comercial en el centro del país, pan sencillo espolvoreado de azúcar)

  • Pan de ofrenda marrón de Michoacán

  • Con ajonjolí de Puebla (pan sencillo con semillas de ajonjolí)

  • Azucarado de la Mixteca (azúcar roja para las ofrendas)

  • Pan de yema de Oaxaca

  • Con pan de chocolate (cubierto de azúcar)

  • Con cubierta de chocolate (pan de chocolate y cubierta de chocolate)

  • Figuras de muertos con adornos de vacas con leche de chocolate

De la misma manera, los nombres de esta comida también varían en función de la zona. En Ciudad de México por ejemplo se conocen como despeinadas, en Texcoco pan de conejo, en Tixtla almas con azúcar, en Oaxaca pan de yuca y en Puebla los golletes.

En el caso de Oaxaca, el pan de muerto es el mismo que suele consumirse normalmente pero la diferencia reside en que se le añade una figura en el centro del pan para que represente a la persona que se fue.

En la Mixteca Poblana a este dulce se le da una forma humana y se le espolvorea con azúcar blanca o roja en función de si simboliza la muerte de un niño o un adulto, respectivamente.

En general, todos suelen tener de 4 a 6 canillas que hacen de hueso y pueden tener o no craneo representado. Suele venderse de agosto a finales de noviembre o también diariamente en función de la parte del país.

Historia y relación con el Día de Muertos

El pan de muerto y el Día de Muertos tienen su origen en la época de la Conquista. Este dulce está inspirado en ciertos rituales y actualmente se considera una de las ofrendas más importantes dedicadas a los difuntos.

Tal y como indica la tradición del Día de Muertos, los familiares y amigos difuntos regresan durante los días del 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre para reencontrarse con sus respectivas familias y seres queridos.

Según la tradición, los huesos corresponden a las cuatro extremidades brazos y piernas, las lágrimas de los laterales recuerdos por los que ya se fueron y su forma redondeada representa el ciclo de la vida y la muerte. Según la zona de México puede darse forma de esqueleto a este pan, o rebozarlo en azúcar rojo, como símbolo de la sangre, todo un ritual antropofágico de pan y azúcar.  

En la actualidad existen muchos tipos y variedades de pan de muerto en México pero en todos los casos la base es siempre la de una masa tipo brioche que hace de este dulce un bollo suave, esponjoso y muy sabroso. Se trata de un dulce que nos llevará cierto tiempo prepararlo, por los tiempos de fermentación y reposo, pero que vale la pena probar. Es perfecto para desayunos y meriendas.  

La celebración de los difuntos se convierte así en un banquete mortuorio dominado por alimentos y flores de color amarillo (el color de la muerte para las culturas prehispánicas), como el cempasúchil, los clemoles, las naranjas, las guayabas, los plátanos, la calabaza y el pan característico de la ocasión.

No obstante, el hecho de elaborar este pan se remonta al año 1519 cuando los españoles llegaron a México. Se habla de que existía un ritual en el cual se ofrecía una princesa a los dioses y viva le extraía el corazón para luego morderlo en señal de agradecimiento divino. En contra de esta práctica, se creó un pan de trigo en forma de corazón y bañado en azúcar rojo que simulaba la sangre.

chica del día de los muertos
Es tradicional que, durante el Día de Muertos, se ofrezca este pan dulce a los familiares ya fallecidos | Getty Images

Receta casera en 7 pasos

A continuación, mostraremos cómo se hace el pan de muerto conocido mundialmente, el pan de ofrenda azucarado propio de la Ciudad de México. Aunque la receta pueda parecer larga y difícil, si se siguen todos los 7 pasos correctamente es realmente sencillo de elaborar.

1. Ingredientes

Para la elaboración del pan de muerto tradicional necesitaremos los siguientes ingredientes:

  • 600 g de harina

  • 200 g de azúcar

  • 100 g de mantequilla

  • 1 cucharada de esencia de vainilla

  • 25 g de levadura

  • 2 huevos

  • 200 ml de leche entera

  • Ralladura de naranja

  • 1 cucharada de sal fina

2. Elaboramos el prefermento

Lo primero que debemos empezar a hacer es mezclar en un bol 50 ml de leche tibia y la levadura. Añadimos también 2 cucharadas de harina y 2 de azúcar y removemos. Seguidamente tenemos que dejar reposar a temperatura ambiente esta mezcla conocida como prefermento y retiramos durante aproximadamente media hora.

3. Hacemos la masa

A continuación, lo que hacemos es espolvorear harina en la encimera, hacemos un hueco en el centro y cascamos los huevos colocándolos en ese lugar. Poco a poco vamos integrando ambos ingredientes y añadimos el agua de azahar, la sal, la ralladura de naranja y lo que nos quedaba de azúcar.

Amasamos todo hasta conseguir una bola con una textura homogénea -aproximadamente durante unos 3-4 minutos.

4. Añadimos leche de coco

El cuarto paso en la elaboración del pan de muertos es añadir, poco a poco, la leche de coco y seguiremos amasando hasta que notemos que la masa no se pega a la superficie y quede una bola lisa.

Seguidamente añadimos la mezcla que teníamos reposando en el bol y volvemos a amasar todo. En este punto se recomienda ir alternando el amasado con minutos de reposo.

5. Dejamos reposar

Una vez llegado a este paso, empezamos el proceso de ir haciendo una bola con la masa y la ponemos en un bol previamente aceitado. Lo tapamos y lo dejamos que fermente durante 1 hora y media, aproximadamente.

Una vez haya pasado este tiempo y veamos que la masa tiene más volumen la colocamos sobre una encimera previamente enharinada y empezamos a hacer los panes.

6. Decoramos el pan

Se reservan 200 g de la masa para hacer la decoración y lo que sobra lo dividimos en 2 bolas que las colocamos con bastante distancia entre ellos sobre una bandeja para el horno.

Para decorar el pan de muerto tradicional es necesario que amasemos 2 tiras de unos 30 g cada una para hacer los huesos. Hacemos también unas lágrimas que añadimos en los laterales del pan y ponemos una bola pequeña en en la parte de encima de éste.

7. Horneamos y servimos

Finalmente precalentamos el horno a unos 180-190º y una vez esté caliente horneamos los panes durante unos 25 minutos y/o hasta que veamos que los panecillos estén dorados.

Para acabar derretimos unos 90 g de mantequilla y cuando retiremos a los panes del horno los pintamos con un pincel mojado en mantequilla derretida y finalmente espolvoreamos azúcar por encima.