¿No sabes cómo dejar de fumar, pero quieres abandonar el consumo de tabaco? Si este es tu caso, puedes beneficiarte mucho de este artículo en el que recopilamos los métodos caseros más eficaces para dejar de fumar tabaco, una de las principales causas de muerte en todo el mundo debido a su relación con enfermedades como el cáncer de pulmón.
¿Cómo dejar de fumar tabaco? 7 métodos caseros eficaces
Como probablemente ya hayas comprobado si estás leyendo estas líneas, dejar el tabaco puede ser un proceso complejo y diferente para cada persona. Es por esto que los métodos para dejar de fumar que describiremos pueden ser más o menos útiles en función del caso particular, si bien hemos incluido una variedad amplia de técnicas que se pueden combinar para favorecer el abandono de esta adicción.
1. Planifica el abandono del consumo
A la hora de dejar de fumar tabaco es muy importante planificar adecuadamente de qué modos específicos vamos a llevar a cabo la interrupción del consumo de esta sustancia. No tomarse en serio este primer y fundamental paso es uno de los motivos más comunes del fracaso en los intentos de dejar de fumar.
Entre las medidas clave que se deben tomar al planificar el abandono del tabaco podemos destacar actos como tirar los ceniceros o los mecheros, identificar en qué situaciones o con qué personas solemos fumar, prepararnos para nuevas actividades y decidir cuáles de los métodos que describiremos a continuación vamos a aplicar durante el proceso de dejar de fumar.
En cuanto a la duda sobre si es mejor dejar de fumar de forma abrupta o hacerlo de un modo progresivo, existen estudios que indican que ninguno de los dos métodos es superior al otro de forma clara (por ejemplo Lindson et al., 2010). En consecuencia recomendamos que escojas la opción que te parezca más conveniente en tu caso en particular.
2. Busca el apoyo de tu entorno social
La ayuda de nuestros seres queridos es fundamental para dejar de fumar. No solo es importante tener a quien nos felicite por nuestro esfuerzo, nos dé ánimo y nos ayude a distraernos, sino que debemos procurar que las personas cercanas sepan que hemos decidido dejar el tabaco; de este modo será menos probable que fumen cerca o que nos ofrezcan tabaco, así como que nos regañen en caso de que intentemos consumirlo.
Por otra parte, apuntarse a grupos de apoyo para personas que están dejando el tabaco puede ser una muy buena opción tanto para potenciar el éxito del abandono como para entretenerse y para encontrar a gente con la que compartir tiempo y llevar a cabo actividades de ocio. La terapia psicológica individual también puede ser una buena opción, sobre todo en los casos más resistentes.
3. Haz ejercicios de relajación
El consumo de tabaco se asocia con frecuencia a la ansiedad y a la hiperactivación de nuestro organismo. Esto tiene que ver tanto con los efectos estimulantes que ejerce la nicotina en nuestro sistema nervioso central como con el hecho de que esta sustancia genera dependencia física y psicológica, de modo que interrumpir el consumo provoca un síndrome de abstinencia.
Las técnicas de relajación y de meditación son muy útiles para dejar de fumar; de modo particular, recomendamos aplicarlas en los momentos en que detectemos que empezamos a notar el “craving” (deseo intenso de consumir) propio de la interrupción del consumo de nicotina. Entre estos métodos destacamos la respiración lenta y profunda, el mindfulness, el yoga y la relajación muscular progresiva de Jacobson.
4. Sustituye el tabaco por otros productos
Tanto el tabaco y la nicotina en sí mismas como la propia conducta de fumar resultan adictivas para nuestro cuerpo y para nuestra mente, respectivamente. Esto significa que, al dejar de fumar, muchas personas sienten impulsos de consumir tabaco no solo por motivos fisiológicos sino también porque el hábito se encuentra muy consolidado.
Así, no solo pueden ser útiles las terapias sustitutivas como los chicles o parches de nicotina y los cigarrillos electrónicos o “vapeadores” (un invento reciente, pero que parece eficaz para este propósito, aunque se asocia a los mismos problemas de salud que el tabaco), sino también sustituir los cigarros por chicles normales e incluso hacer como si se fumara un lápiz o un bolígrafo.
5. Pastillas para dejar de fumar
Aunque los medicamentos no son la panacea correspondente a los intentos de dejar de fumar, las personas que tienen problemas serios para abandonar el hábito utilizando alternativas más naturales pueden plantearse tomar de forma temporal medicamentos como la vareniclina (Champix o Chantix) o el bupropión para controlar los síntomas de abstinencia.
6. Plantéate probar la hipnosis
A pesar de que esta práctica ha sido criticada duramente por muchos profesionales de la psicología a causa de sus métodos tradicionales (poco fiables y de base teórica débil), la hipnosis e incluso la autohipnosis se han mostrado eficaces para tratar el tabaquismo, así como otros problemas como los trastornos del sueño, el estrés en general, el sobrepeso o la adicción al juego.
7. Láser para dejar de fumar: un nuevo enfoque
Recientemente se ha desarrollado y se ha empezado a aplicar un nuevo método para dejar de fumar que combina el láser de diodo con la acupuntura.
El láser se aplica sobre los puntos acupunturales (“xue”) por los que se supone que fluye la energía vital, según quienes creen en este tipo de intervención. No obstante, y como sucede en el caso de la acupuntura, lo más probable es que los beneficios se limiten al efecto placebo.
Referencias bibliográficas:
Alladin, A. (2008). Cognitive hypnotherapy: an integrated approach to the treatment of emotional disorders. Hoboken, New Jersey: John Wiley & Sons.
Lindson, N., Aveyard, P. & Hughes, J. R. (2010). Reduction versus abrupt cessation in smokers who want to quit. Cochrane Database of Systematic Reviews, 3.