Un total de 4.400 millones de usuarios en el mundo utilizan Internet a diario, bien por motivos laborales o de ocio. Una de las acciones más empleadas por buena parte de los clientes es realizar sus compras por Internet de forma segura. No en vano, las estafas están a la orden del día y son el 80% de los delitos que se cometen en este entorno virtual.
Por ello, es de vital importancia que sigamos unas reglas o unos consejos que no pongan en riesgo nuestra seguridad, ya que los ciberdelincuentes están al acecho.
En primer lugar, debemos evitar las redes wifi públicas ya que son más vulnerables a los ataques cibernéticos y son mucho más accesibles que las privadas, cuyo acceso requiere necesariamente una contraseña. Esto significa que si planeamos realizar un pago que requiera conexión a Internet, es preferible que no utilicemos una red abierta.
El segundo consejo para realizar una conexión segura en el entorno 2.0 es verificar la web de la tienda online. La página que hayamos escrito en el buscador debe corresponder con la URL. La tienda virtual debe disponer de un certificado de seguridad que los internautas pueden ver fácilmente porque la dirección de la web empieza por https y por el candado que se encuentra justo a la izquierda del menú de navegación.
Por otro lado, estamos obligados a desconfiar de las ofertas atractivas. Internet está lleno de ofertas, por esta razón tenemos que desconfiar si una promoción es demasiado llamativa o hay una gigantesca diferencia de precio entre los resultados de una página web y otra.
Comparar precios para saber si estamos comprando bien es fundamental. Asimismo, si recibimos alguna oferta sospechosa a nuestro correo electrónico, debemos de dirigirnos a la web oficial de la tienda online para comprobar su veracidad en lugar de hacer click en el enlace que nos envían por e-mail.
Antes de hacer una compra online también hay que buscar información sobre ella, tanto en buscadores como en redes sociales: métodos de pago, condiciones o la información legal de la marca que aparecerá en apartados como 'Política de privacidad'. Incluso es básico que nos fijemos en qué datos nos pide o cuáles son las cookies.
Medios de pago disponibles
Durante la compra, la tienda online debe ofrecer varias opciones de pago. Si solo se puede por transferencia, busca más información y pregúntate por qué. En caso de que haya varias posibilidades de pago, apostar por PayPal es una de las mejores opciones. Esta empresa estadounidense nos permitirá solicitar un reembolso en caso de que nunca llegue el producto al domicilio o que la web sea una estafa.
También podemos elegir la opción de pago contra reembolso, siempre que sea viable. En este caso, pagaremos por el producto cuando llegue a casa. Este reintegro es una opción en tiendas online, pero cuando lo es, puede suponer un coste extra.
Desconfía de aquellos comercios electrónicos que finalmente te registren a una sola forma de abonar el precio de tu compra.
Las tarjetas de crédito o débito son otros de los sistemas de pago más recomendables y utilizadas por los usuarios. Es aconsejable hacerse con una tarjeta monedero destinada exclusivamente a compras por Internet o elegir la opción de eliminar, activar o desactivar la que utilices, según las alternativas que nuestro banco ofrezca.
Por último, hemos de valorar si realmente queremos que la página web en la que estamos realizando la compra guarde los datos de la tarjeta. La mayor parte de navegadores suelen preguntar si queremos guardar el método de pago para futuras compras. No lo hagas. En términos generales es mejor que la propia tienda online no guarde tus datos porque así evitarás que alguien pueda robar tu cuenta y pagar por ti.