Cada euro, libra, corona, rublo, dólar o yen es, por supuesto, la riqueza de alguien, pero al mismo tiempo también es la deuda de alguien. Un consumidor que lleva un billete en su billetera difícilmente se siente un deudor, pero el banco central le debe el billete al tenedor del billete.
Un depósito bancario, por otro lado, es la deuda del banco con el cliente. El dinero se crea especialmente cuando alguien saca un préstamo. La mayor parte del dinero son deudas de los bancos con el público.
Cuando un banco otorga un préstamo, tanto sus pasivos como sus cuentas por cobrar crecen. El banco que otorga el préstamo toma la firma del cliente en el pagaré y registra este recibo en sus fondos.
¿Cómo funcionan los bancos?
Pero el préstamo solo se ha tomado cuando se ha registrado el depósito correspondiente en la cuenta del cliente, por lo que las deudas del banco también aumentan. Un aumento en estas deudas es un aumento en la cantidad de dinero. El cliente nota que el saldo de su cuenta bancaria ha aumentado y tiene más dinero que un momento antes.
Cuando el cliente paga su préstamo, tiene que arreglar la cantidad necesaria para su cuenta en alguna parte. En el momento del reembolso, tanto las deudas como las cuentas por cobrar se borran de los libros del banco.
En la práctica, se cancela un poco más de las deudas del banco de la cuenta de depósito del cliente que el monto original del préstamo. ¿Por qué? Porque el banco cobra intereses y, a menudo, algunas tarifas sobre los préstamos que otorga. Pero, ¿qué ocurre con nuestra cuenta bancaria? ¿Y, más concretamente, cuando retiramos dinero en otros bancos?
Todos tenemos al menos una cuenta bancaria
Hoy en día, si nos encontramos en un país plenamente desarrollado, el hecho de tener una cuenta bancaria se ha convertido casi en una obligación. Por ejemplo, es fundamental disponer de una cuenta bancaria para recibir una transferencia, cobrar la nómina...
También para recibir la pensión o el paro… e incluso para pagar los recibos de los suministros más básicos. De acuerdo a las estadísticas, en los países más desarrollados (lo que incluye, por ejemplo, Europa o Norteamérica), se estima que el 90% de la población dispone de una cuenta bancaria.
En otros países, incluso, el cien por ciento de la población dispone al menos de una cuenta corriente a su nombre. Es lo que, sorprendentemente, ocurre en Alemania o Reino Unido. En Francia, por ejemplo, se alcanza el 99%. Y en Italia esa cifra supera el 97%.
¿Qué comisiones cobran los bancos cuando sacamos dinero?
Es muy común que la mayoría de los bancos no nos cobren comisiones por sacar dinero a través de sus cajeros automáticos. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando esa retirada de dinero la realizamos a partir de un cajero externo. Es decir, a partir de un cajero de otra entidad bancaria distinta.
La pregunta es, ¿de qué cantidades estamos hablando concretamente? En realidad, todo dependerá del banco. De hecho, lo más habitual es que el cargo varíe entre los 75 céntimos hasta los 2 euros como máximo.
Incluso aunque se cobre una determinada comisión, algunas entidades disponen de acuerdos entre ellos con la finalidad de reducir al máximo esta cantidad. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el acuerdo entre Euro 6000, Sabadell e ING, que tienen una comisión de solo 65 céntimos.
Mientras que, en el caso de los bancos digitales, también tiende a ser habitual que no cobren ningún tipo de comisión. Como vemos, es preferible consultar antes de cuánto sería la comisión para asegurarnos si la cantidad es o no muy elevada. Y es que, en caso de ser elevada, es preferible esperar un poco y acudir directamente al banco de nuestra entidad para hacer esa retirada de dinero.