¿Quién no se ha sentido pesado después de haber comido con la familia o los amigos? Ese ardor en el estómago y esos reflujos de acidez suelen ser bastantes molestos. Aunque se trata de sensaciones que nos pueden incomodar, su presencia de vez en cuando es algo normal, sobre todo si comemos alimentos picantes o cítricos.
Ahora bien, si vemos que esas molestias suelen aparecer de forma reiterada y se prolongan más allá del tiempo... debemos prestar atención, porque quizás algo no este yendo bien.
¿Por qué aparecen el reflujo y la acidez estomacal?
La acidez estomacal es un dolor que se caracteriza por el ardor en el pecho, más o menos a la altura del esternón. Este dolor suele aparecer justo después de comer, aunque también hay personas que lo padecen por las noches cuando están acostadas en la cama.
Este síntoma en sí es más común de lo que nos pensamos, y a priori no es una causa de preocupación. Muchas personas pueden controlar estas molestias consumiendo otros alimentos que la contrarresten o adquiriendo medicamentos de venta libre.
No obstante, hay que tener en cuenta que si estos síntomas son intensos y frecuentes se debe acudir al médico. Podría tratarse de una enfermedad que la sufren millones de personas y curiosamente, muchas de ellas no lo saben.
Una enfermedad poco conocida: esófago de Barret
El esófago de Barret es una enfermedad en la que, como su propio nombre indica, se ve implicada la parte superior del aparato digestivo. La doctora Susana Jiménez Contreras, especialista en aparato digestivo, explica que el esófago se trata de un tubo que conecta con el estómago.
Esta patología está relacionada precisamente con las células de este conducto muscular, ya que las células normales de la mucosa del esófago (células escamosas) se reemplazan por otras diferentes (células intestinales).
Aunque curiosamente las células intestinales son más resistentes al ácido que las células escamosas, las primeras presentan un riesgo adicional: pueden acabar convirtiéndose en células malignas. Esta enfermedad, por lo tanto, está asociada a un mayor riesgo de desarrollar cáncer.
¿Qué síntomas presenta?
Como hemos comentado anteriormente, el principal signo de alerta es la durabilidad de estos reflujos gástricos. Cuando empezamos a padecer acidez y esta se prolonga con el tiempo, es importante que también estemos alerta a otros síntomas.
Junto con la prolongación de la acidez estomacal frecuente, también puede aparecer dificultad para tragar alimentos y dolor en el pecho, aunque esto último en menor medida. Por lo tanto, hay que estar alerta ante todos estos cambios.
¿Existen factores de riesgo?
Aunque se desconoce la causa exacta de esta enfermedad, lo cierto es que es posible que algunos factores influyan en su desarrollo. Algunos de ellos son los antecedentes familiares, el consumo de tabaco o el sobrepeso.
Un dato curioso, además, es que las personas de raza blanca tienen mayor riesgo a desarrollar esta enfermedad, así como los hombres, que también son mucho más propensos en comparación con las mujeres.
Actualmente el único medio para diagnosticar el esófago de Barret es a través de la endoscopia y la detección de modificaciones en el revestimiento del esófago. En este último caso, una muestra recogida por biopsia puede dar un diagnóstico definitivo.
En el caso de que se confirmase el diagnóstico, existen medicamentos y/o cirugías que pueden controlar y paliar los síntomas de la enfermedad. Los protectores de estómago, el seguimiento médico a través de pruebas como las endoscopias y biopsias, así como la cirugía con radiofrecuencia y mucosectomía resultan efectivas para minimizar las molestias.
Sin embargo, también hay que tener presente que los cambios en la alimentación y el estilo de vida resultan imprescindibles para reducir todavía más esta enfermedad, sobre todo abandonando el consumo de alcohol y tabaco.