Es normal que no sepamos qué cenar durante el confinamiento. Y es que, si antes de la cuarentena era difícil tener un ‘planning’ de platos ideales para cenar, todo se ha vuelto más difícil. Muchos de nosotros recurrimos a cenar poco y no debería ser así: la cena es igual de importante que el resto de comidas que hacemos.
«Entre el ritmo de vida, el cansancio, la pereza, la falta de tiempo o de ganas, acaba convirtiéndose en un picoteo o 'snack'. Otro motivo por el cual se tiende a cenar poco es por miedo a engordar. Pensamos que como nos vamos a dormir, ya no lo vamos a quemar, cuando esto no es así» explica Miriam Ruiz, médico especialista en Medicina Interna, dietista, nutricionista y directora del centro médico Edyal en Murcia, en su libro ‘Alimenta tu salud con comida real’.
La dietista-nutricionista ha explicado para el medio Infosalus que «es importante concentrar las principales calorías del dia hasta antes de las comidas y mantener cenas ligeras, que éstas sean menos calóricas».
También ha destacado que es importante tener en cuenta que no es saludable cenar tarde, ya que este hábito «se relaciona con mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas» como la obesidad, la diabetes o el síndrome metabólico. No obstante, cenar ‘ligero’ no es cenar poco, y es ahí donde existe una percepción errónea del término ‘ligero’.
Y es que lo que hay que hacer es cenar platos poco calóricos, pero esto no quiere decir que nos ciñamos a cenar cada día un yogur con una pieza de fruta. Podemos hacer cenas como, según la cuenta de Instagram de Miriam, guisantes salteados con jamón y setas variadas, arroz a la cubana, hervido de pollo…
Entonces, ¿cuál es la cena ideal?
Lo perfecto, según la dietista-nutricionista, sería cenar lo más pronto mejor, para así ayudar a que el cuerpo digiera mejor la cena: «no hay que dejar la cena como la última actividad del día, un aspecto cultural que tenemos inculcado y que podemos cambiar».
El plato perfecto para tener una cena ideal sería uno que tenga la verdura como producto principal, acompañada de proteína de calidad e hidratos de carbono como el arroz. La clave, según Ruiz, es adaptar la cantidad de hidratos de carbono a la cuantía de actividad y de ejercicio que hagamos durante el día.
¿Qué pasa con los hidratos de carbono?
Son muchos los expertos que han desmentido el mito de que no se debe cenarhidratos de carbono. Y es que, según ha indicado Miriam Ruiz para Infosalus, «no es que el cuerpo deje de funcionar por la noche y entonces como ya no nos vamos a mover o salir a correr no lo vayamos a quemar».
«Hay que tener en cuenta que por la noche se ponen en marcha procesos de reparación celular, y esa energía la tomarán de la cena o de lo que hayamos terminado de consumir el resto del día», ha resaltado. Y es que, según la experta, «no es que los hidratos de carbono engorden. En la cabeza hay que tener el cómputo global de lo que se ha consumido durante todo el día, no sólo la cena».