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Vaporizador de color negro rodeado de humo

Cigarrillos electrónicos: ¿qué son? ¿Son malos para la salud?

A pesar de lo que se dice, los cigarrillos electrónicos no parecen ser mucho mejores que el tabaco.

El Ministerio de Sanidad de España ha advertido de forma oficial sobre los potenciales peligros de fumar cigarrillos electrónicos (vaporizadores). En este sentido, las instituciones españoles ponen en duda las propiedades que se han atribuido a estos productos, supuestamente menos dañinos para el organismo humano que el tabaco.

Sin embargo, el Estado Español no está solo en esta cruzada contra los cigarros electrónicos sino que numerosas investigaciones realizadas en los últimos años sugieren que, en efecto, podrían ser casi tan perjudiciales como el tabaco clásico, sobre todo si contienen nicotina. A continuación explicaremos de forma detallada qué son los cigarros electrónicos y por qué pueden ser malos para la salud.

¿Qué es el cigarrillo electrónico?

Los cigarrillos electrónicos también son llamados “vaporizador” y “vapeador”. Se trata de un tipo de dispositivo electrónico que contiene un líquido, en ocasiones compuesto en parte por nicotina (pero no siempre), que al ser calentado y convertirse en vapor sustituye al humo de los cigarros tradicionales, y que se puede inhalar de un modo similar.

Este líquido, al que se suele hacer referencia como “e-Liquid” o “líquido de vapeo”, contiene dos sustancias llamadas propilenglicol y glicerina, además de la nicotina. Estos compuestos químicos suelen estar mezclados con otras que tienen propiedades saborizantes, encargadas de otorgar a los cigarrillos electrónicos sus gustos y aromas característicos.

Desde que fueron creados los cigarros electrónicos  han sido promocionados como sustitutos del tabaco clásico con menos efectos perjudiciales para la salud, además de como un método eficaz para tratar la adicción al tabaco. Sin embargo, y como veremos de forma detallada más adelante, estos supuestos beneficios han sido puestos en cuestión por la evidencia científica.

¿Es malo para la salud? ¿Hace daño al organismo?

Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud en el año 2014,  los cigarrillos electrónicos que contienen nicotina pueden ser igual de adictivos que el tabaco. El potencial de dependencia varía en función de la cantidad de nicotina que haya en el cigarro electrónico, dado que esta sustancia constituye el componente adictivo fundamental del hábito de fumar (al menos desde un punto de vista fisiológico).

Por otra parte,  la exposición al propilenglicol aumenta irrita los ojos y el sistema respiratorio  a corto plazo, es decir, tras el consumo, si bien no parece probable que dicho compuesto pueda causar daños severos a largo plazo.

Asimismo el contacto con el aerosol de los cigarrillos electrónicos podría causar cáncer  ya que el líquido de vapeo suele contener sustancias tóxicas similares a las del tabaco tradicional, como pueden ser el formaldehído y la acroleína, aunque en menor medida que éste. En consecuencia, el vapor también puede ser cancerígeno para los fumadores pasivos de cigarrillos de este tipo.

La OMS también alerta del riesgo de que los cigarros electrónicos puedan servir como puerta de entrada al consumo de otras sustancias más dañinas, en particular en el caso de personas jóvenes. Así, estos expertos consideran que es posible que la existencia de estos dispositivos aumente el número de jóvenes que empiezan a fumar y promueva el consumo posterior de tabaco a causa de la adicción a la nicotina.

Investigaciones sobre los cigarros electrónicos

Un estudio de Breland y colaboradores que se llevó a cabo en 2014 encontró que las personas que consumían cigarrillos electrónicos eran más susceptibles que los no fumadores de desarrollar  problemas médicos relacionados con la presión sanguínea y la circulación en general, así como desorientación e incluso convulsiones epilépticas.

Fumar este tipo de cigarro también puede provocar irritación de las vías respiratorias, tos intensa, náuseas y vómitos, dolor abdominal y de cabeza, visión borrosa y desorientación, entre otros síntomas (Grana et al., 2014).

En otro sentido distinto, también se han realizado investigaciones que indican que los cigarrillos electrónicos pueden ser peligrosos para los bebés si se consumen durante el embarazo. Además los niños pequeños corren riesgo de ingerir el líquido de vapear por accidente, y por tanto la nicotina y los posibles tóxicos que contenga (Brandon y otros, 2015).

Por lo general podemos decir que  los cigarros electrónicos parecen menos peligrosos para la salud que el tabaco, si bien esto depende en parte de la cantidad de nicotina y de tóxicos que contenga el líquido de vapeo que se utilice. En cualquier caso, la supuesta seguridad de consumir este tipo de cigarrillos se está revelando como un mito gracias a la investigación científica.