La tarjeta de crédito ha experimentado una constante evolución en los últimos años. Durante este tiempo ha ido incorporando una serie de novedades tecnológicas pensadas para facilitarnos las cosas. Dichas variaciones ya se dejan notar en todos los comercios y restaurantes de España.
El sector financiero y bancario no ha sido ajeno a ese desarrollo motivado por la tecnología. De hecho, ha sido capaz de incorporarlo con gran solvencia para prestar un servicio lo más seguro y competitivo para el cliente.
Hoy en día, las transacciones han mejorado tanto que ya no se requiere de una tarjeta de crédito o de dinero en efectivo. Pero también nos hemos despedido de hábitos que hasta hace bien poco resultaban muy comunes. Era el caso, por ejemplo, de firmar en los establecimientos comerciales después de pagar cada compra.
También era muy frecuente que nos obligarán a firmar en las propias tarjetas de crédito o de débito en la parte trasera. Pero eso ya ha quedado para el recuerdo, incluso alguno ni se acordará de ello.
En estos instantes, el sistema de pago con la tarjeta de crédito resulta mucho más seguro que antes. La verificación por medio de la firma ha quedado totalmente obsoleto, sin ningún tipo de validez. Sobre todo por la irrupción de nuevos métodos de comprobación.
La importancia de las nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías han conseguido agilizar de forma considerable tanto las transacciones como los pagos. Todo ello sin que en ningún momento se pusiera en riesgo la robustez del sistema. Más bien, todo lo contrario, ya que se ha ganado mucho en seguridad.
Una de las claves de todo esto reside en la integración de chips EMV (Europay, Mastercard y Visa) a las tarjetas, recoge el diario Ideal. La incorporación de estos dispositivos facilita que cada operación resulte más sencilla de verificar. Principalmente debido a que incluye en ella información personal y bancaria del usuario.
Puede darse que en ciertas situaciones, cuando se trate de importes algo más elevados, nos requieran algún tipo de PIN. Se trata del número de identificación personal que se compone de cuatro dígitos. También puede consistir en una firma electrónica para validar el pago, aunque esto ha caído bastante en desuso.
El gerente de comunicaciones de fraude de PNC Bank, Trevor Buxton, desvela la importancia que tienen las tarjetas con chips. Indica que mejoran de forma considerable la seguridad de las transacciones. Esto es posible debido a que consiguen generar un código de transacción único para el comerciante.
Por lo tanto, resultará más complicado que la tarjeta pueda clonarse, disminuyendo los intentos de fraude. Además, también destacan las dos maneras de pagar que permiten las tarjetas con chip. Ayudan a que las operaciones sean más rápidas y sin necesidad de contacto.
Los métodos son el contactless, que ya incluyen la mayor parte de ellas, así como las billeteras móviles o wallets. Esta última puede utilizarse desde los teléfonos inteligentes, proporcionando a los usuarios un nuevo sistema.
Apuesta por la seguridad
Estas dos propuestas se encuentran blindadas en términos de seguridad, apuntan. Entre otras cosas esto nos evitará la firma para confirmar el pago o incluso en la misma tarjeta en el reverso.
Las compañías financieras y bancarias adquieren con los clientes el compromiso de brindar un servicio de garantías. Y eso afecta también a todo lo referente a la seguridad en cuanto a operaciones.
La inclusión de las nuevas tecnologías implica que el usuario cuente con una mayor garantía a la hora de emplear este sistema de pago. También se ha ganado mucho en agilidad y en tiempo, ya que a veces con pasar la tarjeta por encima del lector será suficiente. No habrá que hacer firmas ni tampoco marcar el PIN, lo que ayuda mucho.