La burundanga, escopolamina o hioscina es una droga que ha sido asociada con la violación y otros crímenes, principalmente a causa de informaciones transmitidas por medios de comunicación. Sin embargo, en realidad es un medicamento potencialmente muy tóxico que provoca alteraciones graves en el organismo si se toma más que una dosis mínima.
En este artículo vamos a hablar sobre qué es la burundanga, cuáles son sus efectos y para qué sirve, desde el punto de vista de la medicina. Nos focalizaremos tanto en la vertiente terapéutica de esta droga como en las posibles consecuencias de su uso por parte de personas que no conocen sus efectos.
La hioscina o escopolamina es una sustancia que proviene de plantas de la familia de las solanáceas; entre las principales encontramos el estramonio, la escopolia y la mandrágora. En España, donde el conocimiento sobre este compuesto ha aumentado en gran medida en los últimos años, la escopolamina también es conocida popularmente como “burundanga”.
Al entrar en contacto con el organismo humano, la burundanga actúa como una droga que puede tener efectos tóxicos de gran severidad en quienes consumen incluso dosis muy pequeñas de esta sustancia. Las sobredosis de hioscina causan síntomas de tipo psicótico, como los delirios, parálisis de gravedad variable y, en casos extremos, la muerte por insuficiencia respiratoria o cardiaca.
A pesar de que muchas personas relacionan la escopolamina con crímenes como la violación o el robo, lo cierto es que se emplea sobre todo con fines terapéuticos, principalmente a causa de sus efectos sedantes sobre el sistema nervioso central. No obstante, la acción de la burundanga puede diferir notablemente en función de la dosis, y la intoxicación ejerce efectos opuestos a los terapéuticos.
Los primeros registros escritos sobre la escopolamina datan del año 1881. Empezó a ser utilizada como medicamento en 1947, y en la actualidad forma parte de la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud, que recoge los fármacos más eficaces y seguros de consumir.
La hioscina, el principal principio activo de la burundanga, pertenece a una clase de medicamentos llamados anticolinérgicos, por lo que los efectos principales de la escopolamina tienen que ver con la depresión del sistema nervioso central y del periférico, si bien dependen en gran medida de la dosis y quienes usan esta droga sin conocimiento no suelen obtener los efectos deseados.
Los efectos de esta droga funcionan bloqueando la actividad del neurotransmisor acetilcolina, que estimula la parte del cerebro que provoca las náuseas y los vómitos, así como el movimiento muscular involuntario en los pulmones y el tracto gastrointestinal y urinario.
Esta depresión del funcionamiento del sistema nervioso puede provocar que la persona que la consuma pierda la capacidad de actuar conforme su propia voluntad. Esta “sumisión química” o anulación de la capacidad de decisión y actuación ha convertido a la burundanga en una droga muy utilizada con fines delictivos.
Por otra parte, los efectos secundarios más comunes de la administración de dosis bajas de escopolamina incluyen la somnolencia, la visión borrosa, la dilatación de las pupilas, el enrojecimiento de la piel, la retención urinaria, la disminución de la sudoración, el aumento de la temperatura corporal, la amnesia transitoria, la sequedad bucal y la sed.
Las sobredosis de hioscina provocan alteraciones cardiacas (principalmente taquicardia y arritmia) y respiratorias que pueden llegar a ser mortales, además de los efectos secundarios que hemos mencionado anteriormente y que se vuelven más potentes al aumentar la dosis.
Los efectos de la burundanga tardan unos 20 minutos en aparecer cuando se aplica mediante una inyección, como es habitual en ámbitos médicos, y por lo general no duran más de 8 horas. Otros métodos de administración incluyen la vía oral y la aplicación de parches en la piel.
Como ya hemos visto anteriormente, desde un punto de vista médico, la hioscina se usa para prevenir las náuseas y los vómitos -principalmente los que se asocian a periodos postoperatorios y al mareo por movimiento, típico de los trayectos en medios de transporte-, así como para reducir la cantidad de saliva que se produce en el contexto de ciertas intervenciones quirúrgicas.
El resto de usos terapéuticos principales de la burundanga son el tratamiento de la colitis, del síndrome del intestino irritable y de otras alteraciones del sistema digestivo, la sedación del sistema nervioso central en general (que tiene efectos contra el dolor, los espasmos y los síntomas parkinsonianos como los temblores y la rigidez muscular) y la dilatación pupilar en exámenes oculares.
En cuanto a las contraindicaciones de la escopolamina como medicamento, los estudios sugieren que en dosis bajas es seguro utilizarlo durante la lactancia, si bien no está claro que lo sea en el embarazo.
Por último, en cuanto al uso de burundanga como “droga del violador” o con otros fines delictivos, de forma similar al Rohypnol, en general quienes la emplean no suelen obtener los resultados esperados porque es muy probable que aparezcan efectos secundarios y que no se produzca una verdadera sedación.
Además de los ya mencionados efectos secundarios de la burundanga, la escopolamina presenta algunas otras advertencias incluso cuando se toma en dosis terapéuticas. Este fármaco puede producir reacciones alérgicas que se manifiestan mediante dificultad para respirar, constricción de la garganta, hinchazón de los labios, la lengua o la cara y sarpullidos.
Por otra parte, también puede provocar reacciones adversas en pacientes con glaucoma, enfermedad renal, enfermedad hepática, enfermedad cardíaca o insuficiencia cardiaca progresiva.
Asimismo, conviene ejercer precaución al consumir hioscina con medicamentos como los anticolinérgicos, los analgésicos o ciertos fármacos para tratar el insomnio, entre otros.
Muñoz, O. & Casale, J. F. (2003). Tropane alkaloids from Latua pubiflora. Naturforsch, 58c: 626-628.
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