La borrachera de fin de semana puede salir cara, sobre todo, si hablamos en cuestiones de salud. Esto se debe al consumo en exceso de alcohol, cosa que sucede tanto con bebidas como la cerveza como con otras de mayor gradación.
La mayoría de los estudios relacionados con el tema se centran en analizar el consumo fijándose en la media semanal. No obstante, esto puede no estar reflejando la realidad, pues el consumo se suele concentrar en los últimos días de la semana.
¿Qué es un atracón de alcohol?
El consumo excesivo durante los últimos días de la semana se conoce como atracón de alcohol. Y, uno de sus grandes problemas, es que no solo sucede en personas adultas, sino también en adolescentes.
El atracón de alcohol viene dado en hombres cuando se consumen cinco o más copas de alcohol en un transcurso de dos horas. En las mujeres, este número es de cuatro o más. Se trata de una ingesta rápida y en exceso, sin permitir la recuperación del organismo.
Además, se asocia con diversos problemas de salud en el caso de los adultos. Entre ellos, destacan algunos como los accidentes, la violencia o el deterioro de la memoria. También, se relaciona con un mayor riesgo de padecer algunas afecciones como el cáncer o enfermedades cardiovasculares.
Consecuencias de consumir alcohol en exceso
A pesar de que los estudios suelen hablar de los adultos, los adolescentes también pueden sufrir las consecuencias de estos atracones. En rasgos generales, destacan algunas como la adicción, la depresión o el traumatismo cerebral. Estos suelen darse en mayor cantidad cuando alcanzan la edad adulta.
Ahora, un estudio liderado por Panayotis K. Thanos, autor e investigador, no deja lugar a dudas. Se basa en concretar qué efectos puede tener el consumo excesivo de alcohol en la conectividad y función cerebral.
La glucosa, parte principal del problema
Para llevar a cabo la investigación se analizó, sobre todo, el empleo de la glucosa en el cerebro. El objetivo era determinar la buena o mala función del cerebro después de los atracones de alcohol. Cabe destacar que, a pesar de que el cerebro solo supone un 2% del peso de todo el cuerpo, es el órgano que consume el 20% de la glucosa total.
Esto hace que el metabolismo de dicha glucosa cerebral sea primordial para poder desarrollar los procesos fisiológicos de forma normal. En caso de un mal funcionamiento, las consecuencias pueden ser nefastas.
Los resultados del estudio concluyen que el consumo de alcohol disminuye el metabolismo de la glucosa en el cerebro. Sobre todo, en la corteza somatosensorial primaria y la visual. Debido a ello, se producen consecuencias conductuales estrechamente relacionadas con la ingesta excesiva de alcohol.
Algunas de ellas son la disminución de la coordinación y habilidades motoras o los problemas de visión. También la confusión y otras consecuencias que pueden ser peores dependiendo del individuo afectado.
El consumo moderado tampoco tiene beneficios
Además, lejos de pensar que el consumo excesivo es el único problema, tampoco debemos fiarnos del moderado o leve. Sobre todo, en los adolescentes. Sin importar la dosis de alcohol consumida, el metabolismo de la glucosa se altera. Es decir, sucede lo mismo con cantidades excesivas que con otras menores. Las consecuencias son muy similares.
Por tanto, no existe ningún beneficio asociado a la ingesta de alcohol, ni siquiera si esta es controlada. Este es un dato fundamental a tener en cuenta la próxima vez que salgas de copas, incluso si tan solo vas a tomar una cerveza.
En definitiva, el atracón que se produce durante los fines de semana puede tener consecuencias fatales para la salud. Esto también puede suceder incluso controlando la ingesta, por lo que lo ideal es reducir su consumo al mínimo y huir de las borracheras.