Las personas de más edad llevan denunciando desde hace tiempo las prácticas de los bancos. En un intento por digitalizar sus servicios han desplazado a los mayores del sistema bancario. Hasta el punto de que algunas entidades han suprimido el uso de las libretas de ahorro.
Pero el colectivo de más de 65 años respira algo más aliviado tras conocer las últimas decisiones del sector financiero. Han conseguido arrancarle a las patronales bancarias AEB, CECA y Unacc su compromiso de conservar las cartillas.
Fue una de las grandes conclusiones que se pudo extraer del encuentro mantenido entre consumidores, Banco de España y Ministerio de Asuntos Económicos. Sobre la mesa se pusieron varios temas sobre la situación de inclusión financiera en nuestro país.
El director general de CECA, José María Méndez, confirmaba la "inquietud" que existía entre este colectivo. Temían que se suprimiera las libretas de ahorro de manera general. Unas cuantas entidades ya habían decidido eliminarlas y todo hacía indicar que el resto seguiría el mismo camino.
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Pero, de momento, el sector bancario confirmaba que han decidido mantener las cartillas para los mayores. Consideran que es un colectivo muy vulnerable, con menor destreza para desenvolverse con los medios digitales. Están habituados a trabajar con un formato físico para gestionar sus cuentas y les resulta prácticamente imposible adaptarse a las exigencias de los bancos.
En muchos casos no cuentan con las habilidades necesarias para manejarse con las nuevas tecnologías. Pero otros carecen de los medios necesarios para ello, sobre todo por las dificultades para acceder a internet o a dispositivos móviles de última generación.
Una vieja reivindicación de los jubilados
Queda por comprobar si esta medida se recoge por escrito en el protocolo de inclusión financiera de los mayores. Se gestó hace ya un año y surgió con el objetivo de ofrecerle a este colectivo una mejor atención. El jubilado Carlos San Juan fue el encargado de iniciar esa campaña después de las limitaciones en cuanto a servicio presencial.
Era otra de las grandes quejas de los mayores de 65 años. La mayoría de entidades han optado por reducir el horario para ser atendidos por un gestor comercial. Además, para efectuar cualquier trámite también exigen el abono de una comisión, como puede ser efectuar una transferencia o el pago de un recibo.
La situación se ha endurecido para ellos y cada vez cuentan con más trabas para realizar sus gestiones. La apuesta por la digitalización les ha ido relegando prácticamente a un segundo plano.
Los consumidores denunciaron lo ocurrido con las libretas de ahorro
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) desvelaba en abril del año pasado un informe denunciando la situación respecto a las cartillas de ahorro. Confirmaban que "entre las principales 18 entidades bancarias con una red de oficinas físicas, algunas ya no emiten libretas".
Exponían los casos concretos de Bankinter, BBVA, Abanca o Caja Rural de Jaén. Esto suponía todo un incordio para los jubilados, que perdían la manera de controlar sus movimientos y saldos bancarios. No eran conscientes de que muchos de ellos carecen de los conocimientos precisos para desenvolverse con la banca online.
Había otros casos que también resultaban llamativos. En Kutxabank cobran una comisión de 3 euros a cualquier cliente por trabajar con la libreta de ahorro. Por su parte, el Sabadell eleva esta cifra hasta los 10 euros para los menores de 65.
Ibercaja cargaba dos euros a los que tuvieran menos de 70 años, mientras que el BBVA llegaba a los 10 euros. En su caso, era a los titulares con libreta activa, exceptuando a los que tuvieran una pensión contributiva de como mínimo 300 euros.