Una vez que finalizara el verano, los economistas y la clase política ya advertían que tocaría apretarse el cinturón. La situación económica generada a raíz del conflicto de Ucrania ha provocado importantes secuelas. Y la recuperación no será nada sencilla.
Hace un mes el Banco Central Europeo elevó los tipos de interés, en la que suponía la mayor subida de su historia. Con esto se pretendía básicamente contener la escalada de la inflación, que estaba repercutiendo de manera importante sobre el consumo. En la eurozona se llegó al 9,1% en agosto.
La situación parecía mala tras estallar la guerra, pero siempre se puede ir a peor. Al menos eso es lo que auguran los expertos, que aprecian un escenario de incertidumbre económica. La previsión del organismo bancario es que durante la parte final de 2022 se produzca una ralentización que permitiría evitar la recesión.
Los distintos bancos también trabajan con sus técnicos para conocer la situación que nos espera a lo largo de los próximos meses. Es el caso de Deutsche Bank, con mucha implantación en nuestro país. No son nada optimistas y prevén una recesión "más larga y profunda".
Uno de los peores años de la historia
Desde la entidad alemana consideran que 2023 puede resultar especialmente duro. Señalan que puede tratarse del tercer peor año para la economía de la eurozona tras la Segunda Guerra Mundial. Sus analistas auguran un descenso del PIB de la economía europea de 2,2%.
En sus estudios sostienen que la recesión se dejará notar en la mayoría de los territorios de la eurozona. Lo más probable es que los problemas financieros se alarguen hasta finales del próximo, explican a El Economista. Por lo tanto, las proyecciones que presentan resultan mucho más negativas de las planteadas inicialmente en julio.
Hay un país que notará mucho más la crisis
Como es lógico, no todos los países se verán golpeados por la recesión con la misma intensidad. Los peores pronósticos son para Alemania. Explican que se trata del territorio "más expuesto a la restricción del suministro de gas".
También reducen la previsión del PIB para el próximo ejercicio "desde -1% a una caída del 3-4%". En cuanto a las proyecciones del PIB en la zona euro, serán del -0,3% al -2,2%", según sus estudios.
Hay que decir que España no se vería tan afectado por la crisis. En una situación muy similar se encontrarían otros países de nuestro entorno como Francia o Portugal. Esto se explicaría debido a la menor dependencia del gas ruso y al menor peso en el PIB de la industria.
En el caso de nuestro país, los buenos datos conseguidos con el turismo en los últimos meses le dan un cierto respiro. La economía española ya no se alimenta tanto del papel de la industria como hace unas décadas.
La mayor parte de los estados de la Unión Europea tendrán que soportar esta recesión que se avecina. Pero desde la entidad bancaria auguran un 2023 más complicado, en donde se espera una importante recesión. Los analistas de Deutsche Bank estiman que el PIB español se rebaje en 2023 un 1% interanual y, por su parte, en 2024 habrá un repunte de 1,9%.
El problema al que se enfrentan las empresas
La situación económica ha frenado el consumo de los hogares, mientras las empresas también sufren la subida de los costes. Tienen que hacer frente a unos precios de energía demasiado elevados.
A ello se le unen los problemas de escasez en algunas cadenas de suministro. El resultado de todo esto es un parón en la actividad, como demuestran ya algunas estadísticas. Esta es la situación actual, que podría empeorar en cuestión de meses.