Conducir un vehículo requiere de un alto grado de concentración, pero también de un adecuado estado físico. De ahí que si no se reúnen las suficientes condiciones de salud es probable que se nos retire el permiso de circulación. La lista de enfermedades que pueden impedirte circular por las carreteras es muy amplia.
Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) hacen todo lo posible con el propósito de reducir los alarmantes datos de siniestralidad. Una de las principales causas de los accidentes suele ser el deterioro o el mal estado del conductor. Esto puede estar provocado debido a alguna patología que no nos deje realizar esta función en plenitud de condiciones.
En ocasiones, estas enfermedades incluso llegan a derivar en la retirada del carnet. La entidad que dirige Pere Navarro ha publicado la lista de dolencias por las que se impide la circulación por las carreteras. Se entiende que aquellos que las sufran no podrán ni sacarse el permiso, pero tampoco renovarlo.
Lo único que les puede salvar es que cuenten con un informe realizado por un facultativo. En dicho documento debe aparecer si el paciente en cuestión se encuentra apto o no para ponerse al volante.
Como es lógico, la última palabra la tendrán en los centros de reconocimiento. Ellos deben valorar si realmente la persona está capacitada para conducir con total garantías. Sin poner en peligro su vida y la de los demás.
¿Por qué no se puede conducir teniendo estas enfermedades?
Muchas de las enfermedades que nos impedirán conducir no tienen que ser precisamente graves. Aunque llegado el caso sí que podrían mermar de forma considerable nuestro rendimiento o las facultades. Ponerse al volante supone una cierta responsabilidad, por lo que habrá que estar 100% concentrado y en las mejores condiciones.
Varios estudios corroboran que estas patologías incrementan las posibilidades de padecer un percance en la carretera, publica el portal Noticias Trabajo. Desde la revista de la DGT explican los peligros reales que hay.
"El riesgo de cometer una infracción o sufrir un accidente de una persona anciana con demencia es de 2,5 a 8 veces mayor que en las personas sin deterioro", apuntan.
Estas son las enfermedades por las que no podrás conducir
Las enfermedades incluidas en esta clasificación se estructuran en nueva categorías. Son dolencias vasculares, cardiacas, psiquiátricas, endocrinas, neurológicas, respiratorias, digestivas, crónicas, oncológicas y degenerativas.
Enfermedades digestivas
- Trasplante renal
- Nefropatía con diálisis
Enfermedades respiratorias
- Apnea del sueño
- Disnea permanente en reposo o de esfuerzo leve
Enfermedades vasculares
- Aneurisma de grandes vasos
- Disección
Enfermedades neurológicas
- Epilepsia
- Crisis o pérdida de conciencia
- Accidente isquémico transitorio
Enfermedades oncológicas
- Dolencias oncológicas
- Trastornos oncohemáticos
Enfermedades psiquiátricas
- Trastorno de personalidad
- Demencia y trastorno de personalidad
- Trastorno del sueño
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Depresión
- TDH
- Trastorno del desarrollo intelectual
- Dependencia del alcohol y drogas
Enfermedades cardiacas
- Infarto agudo de miocardio
- Portadores de prótesis valvulares
- Arritmias
- Portadores de desfibrilador automático
- Portadores de marcapasos
Enfermedades crónicas y degenerativas
- Temblor esencial
- Alzheimer
- Esclerosis lateral amiotrófica
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
- Osteoporosis
- Distrofia muscular
- Parkinson
- Artritis reumatoide
Enfermedades endocrinas
- Diabetes
- Hipotiroidismo y paratiroides
Una cuestión de responsabilidad
En ocasiones, aquellos enfermos que arrastren algún tipo de dolencia deberían ser los primeros en tomar medidas. Aunque resulte muy duro dejar de conducir, sobre todo por la pérdida de independencia, sería una decisión muy inteligente por su parte. Sobre todo si no se encuentran en buen estado.
Siempre existe la posibilidad de que no nos encontremos en las mejores condiciones o que las facultades estén mermadas. En caso de ser así, no lo dudes y aparca la conducción durante un tiempo.