El apio es un vegetal que podemos consumir de varias maneras. La mejor forma de hacerlo es en crudo, que es cuando conserva todas las propiedades y los beneficios que se le asocian. También podemos cocinarlo y hacer sopas, cremas y zumos, muy de moda últimamente. En este artículo os hablamos de las propiedades del apio y algunas de las recetas más populares para que puedas introducirlo en tu dieta de manera habitual.
¿Qué es el apio y cuál es su origen?
El apio es una planta de la familia de las apiáceas, como la zanahoria y el perejil, y se consume como vegetal. Actualmente se puede encontrar en muchas partes del mundo y se ha integrado en muchas dietas de diferentes cocinas.
Su origen se remonta a las áreas del Mediterráneo y del norte de África, ya que en la tumba del rey Tut se encuentra lo que se cree que es una variedad de especie de apio. Además, una planta muy parecida a esta se menciona varias veces en la historia y los mitos del Mediterráneo.
A día de hoy, el apio se cultiva a nivel mundial y forma parte de todas las cocinas del mundo, desde Estados Unidos e Irlanda hasta Japón y Australia.
Para uso culinario, son populares las recetas de apio en sopas y ensaladas, o como guarnición de ciertos platos. Además, se ha popularizado su consumo en bocadillos, ya que es bastante saciante y su aporte calórico es mínimo.
Beneficios y propiedades del apio
El apio posee ciertas propiedades que se han asociado a diferentes beneficios para nuestra salud. La mejor manera de adquirir todos sus nutrientes y vitaminas es consumirlo crudo. A continuación os las contamos todas con más detalle:
1. Gran fuente de importantes antioxidantes
El apio contiene al menos 12 tipos diferentes de nutrientes antioxidantes que se encuentran en un solo tallo. Además posee vitamina C, betacaroteno y flavonoides.
2. Puede reducir la inflamación
Las semillas de apio y los tallos contienen unos 25 compuestos antiinflamatorios que pueden ofrecer protección contra la inflamación en nuestro organismos.
3. Mejora la digestión
Si bien sus nutrientes antioxidantes y antiinflamatorios ofrecen protección a todo el tracto digestivo, el apio también puede ofrecer beneficios especiales para el estómago.
Se ha demostrado que los polisacáridos a base de pectina que se encuentran en el apio, incluido un compuesto conocido como apiuman, disminuyen los casos de úlceras estomacales, mejoran el revestimiento del estómago y regulan sus secreciones. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos estudios solo se han realizado en animales no humanos.
Además, el 95% del apio es agua y contiene cantidades generosas de fibra soluble e insoluble. Unos 225 gramos de este vegetal contiene 5 gramos de fibra dietética. Todos estos elementos ayudan a tener el tracto digestivo saludable y contribuyen a la regulación del tránsito intestinal.
4. Es rico en vitaminas y minerales
El apio nos aporta vitaminas A, K y C, además de minerales como el potasio y el folato. También es bajo en sodio. Además, tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que tiene un efecto lento y constante del azúcar en la sangre.
5. Tiene efecto alcalinizante
Con minerales como el magnesio, el hierro y el sodio, el apio puede tener un efecto neutralizante en los alimentos ácidos. Además, estos minerales son necesarios para las funciones vitales de nuestro cuerpo.
Recetas con apio
Como hemos comentado anteriormente, este alimento admite diferentes formas de consumirlo y podemos elaborar diversas recetas con apio. Gracias a ellas podremos disfrutar de su alta proporción de nutrientes y su bajo contenido en calorías.
A continuación te contamos cómo hacer crema y sopa de apio para que puedas disfrutar de este vegetal en tus comidas e introducirlo en tu dieta.
1. Crema de apio
Esta receta es muy sencilla y rápida de preparar. Podemos añadirle unos tacos de jamón y pan frito para poder disfrutar de un primer plato con intensidad de sabores y saludable. La podemos tomar caliente o fría, así que es ideal tanto para los meses más fríos como para el verano.
Para prepararla necesitamos los siguientes ingredientes:
- 250 gr de apio
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 1 patata
- Pimienta blanca
- Mantequilla
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra.
Primero debemos preparar el fondo. Para ello debemos coger una sartén y añadirle un poco de aceite de oliva. Mientras se calienta, aprovechamos para laminar y picar muy fino el ajo. Una vez el aceite esté caliente, doramos el ajo con un poco de mantequilla para darle más sabor. Esta es opcional, si no queremos no es necesario añadirla.
Lavamos y cortamos a trozos pequeños el apio. Cuando lo limpiemos debemos eliminar las fibras más duras para que así la crema quede mucho más fina. Una vez lo tengamos listo, lo añadimos a la sartén.
Después, picamos y pelamos la cebolla y la ponemos a pochar junto con el ajo y el apio hasta que esté transparente. Para acelerar este proceso, podemos añadir un poco de sal. Es importante que la cebolla se integre perfectamente con el resto de sabores.
Mientras se pocha la cebolla, podemos aprovechar para pelar y cortar la patata a dados, para que así se haga más rápidamente. Gracias a la patata, la crema nos quedará mucho más suave y le quitará un poco de intensidad al apio.
Una vez tengamos lista la patata, la añadimos a la sartén junto con el resto de ingredientes. Removemos y damos unas vueltas para que se ablande un poco. Seguidamente, añadimos el caldo de verdura o un poco de agua. Rectificamos de sal y añadimos pimienta al gusto. Tapamos la sartén.
Dejamos que todos los ingredientes se cuezan durante al menos unos 15 minutos o hasta que la patata esté perfectamente cocida. Transcurrido este tiempo, retiramos del fuego y empezamos a preparar la crema.
Para ello, colamos el caldo y lo reservamos. Trituramos todos los ingredientes y vamos añadiendo el caldo hasta conseguir la textura deseada. Es recomendable que quede ligera, pero sin ser excesivamente líquida.
La crema ya estará lista. La servimos con algunas hojas de apio por encima y, si queremos, con un poco de pan. Se recomienda consumirla fresca de la nevera, pues sus sabores se intensifican y se marcan mucho más.
2. Sopa de apio
Otra de las recetas más populares con apio es cocinar una sopa con este vegetal. El resultado es un plato ligero y cremoso, muy fácil de preparar, y que es una excelente alternativa para introducir esta verdura en nuestra dieta.
Para prepararla necesitamos estos ingredientes:
- 6 tallos de apio
- 80 g de guisantes congelados
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 800 ml de caldo de pollo
- 100 ml de leche evaporada
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta
- Perejil picado
Primero de todo, ponemos a cocer agua. Cuando esté hirviendo, añadimos el apio y lo dejamos cocer durante 10 minutos. Cuando hayan transcurrido 5 minutos del tiempo total, añadimos los guisantes congelados.
Mientras, picamos la cebolla y los ajos. En una sartén calentamos un poco de aceite de oliva y sofreímos estos dos ingredientes durante dos minutos aproximadamente.
Una vez las verduras estén cocidas, las escurrimos y las cortamos en trozos pequeños. Las añadimos a la sartén con los ajos y la cebolla y lo rehogamos todo durante un par de minutos.
En un recipiente apto para batidora, añadimos los ingredientes de la sartén y la mitad del caldo de cocción de las verduras. Lo trituramos todo hasta conseguir la textura de crema. Después añadimos la otra mitad del caldo y la leche. Trituramos de nuevo y sazonamos con sal y pimienta al gusto.