Las personas, al igual que la gran mayoría de los organismos vivos, generan cierta cantidad de desechos. Desechos que son excretados del organismo por toda una estructura de órganos y tejidos conocida como sistema excretor.
Este sistema, que funciona en sintonía con órganos de otros sistemas, se encarga entre otras cosas de filtrar y eliminar las sustancias innecesarias de nuestro cuerpo. En este artículo se describe qué es el aparato excretor, sus partes y funciones y qué enfermedades se le asocian.
¿Qué es el aparato excretor?
El aparato o sistema excretor es una estructura compuesta por diferentes órganos y cuya función principal es la de eliminar el exceso de materiales innecesarios procedentes de los fluidos corporales. El objetivo de este sistema es mantener la homeostasis o equilibrio químico del organismo y evitar daños en el cuerpo.
Para ello se eliminan los productos de desecho del metabolismo y se drena el cuerpo de los componentes ya utilizados y descompuestos tanto en estado líquido como gaseoso. En las personas, y en casi todos los mamíferos, estas sustancias se expulsan en forma de orina o de sudor, principalmente.
Aunque en ocasiones se confunde aparato excretor con aparato urinario, la verdad es que el segundo está incluido dentro del primero. El sistema excretor incluye todos aquellos órganos específicamente utilizados para la excreción de los fluidos corporales sobrantes.
Dado que la mayoría de los órganos de nuestro cuerpo producen desechos metabólicos, sobre todo los del aparato digestivo, estos sistemas funcionan de manera interdependiente, por lo que si uno falla o sufre algún deterioro el resto también pueden quedar afectados o sufrir alteraciones en su funcionamiento.
Partes del sistema excretor
Tal y como comentábamos, el sistema excretor está formado por todo un conjunto de órganos y tejidos que funcionan de manera conectada e interdependiente. Este sistema se puede dividir en órganos excretores primarios: riñones, vejiga urinaria, uretra, hígado y órganos secretores secundarios como el intestino grueso y la piel.
1. Riñones
Los riñones son considerados como los principales órganos excretores del cuerpo humano. Estos órganos, que se encuentran emparejados en cada persona, se ubican uno a cada lado de la espina dorsal a la altura del hígado.
La función primordial del riñón es la de filtrar los materiales y desechos del torrente sanguíneo que convierten en orina y se eliminan del organismo. No obstante, este órgano lleva a cabo otras funciones homeostáticas como:
Mantener el volumen de líquido extracelular
Mantener el equilibrio iónico en el fluido extracelular
excretar los subproductos metabólicos tóxicos como la úrea y en ácido úrico
En ocasiones, el exceso y acumulación de desechos se cristalizan y convierten en cálculos renales. Con el tiempo y si no son tratados pueden ocasionar muchas molestias y un intenso dolor que puede acabar por requerir una intervención quirúrgica o un la eliminación mediante ultrasonidos. No obstante, algunas de estas piedras son tan pequeñas que pueden ser expulsadas por la uretra.
2. Hígado
El hígadoes el órgano encargado de desintoxicar nuestro cuerpo. Gracias a las células que lo forman se llevan a cabo una serie de procesos bioquímicos que producen amoniaco a partir de los aminoácidos, este amoniaco se convierte en urea que es transportada por la sangre hasta llegar al riñón.
Este órgano es la principal línea de defensa en cuanto a grasas, alcohol, drogas o sustancias tóxicas, ya que todas ellas se metabolizan y eliminan en él.
3. Vejiga urinaria
El tercer órgano más importante del aparato excretor es la vejiga urinaria, esta estructura similar a una bolsa, está formada por paredes musculares que retienen la orina hasta que esta es expulsada por el cuerpo durante la micción.
La vejiga recibe la orina de los riñones a través de los uréteres y sale de la vejiga al exterior a través de la uretra.
La musculatura lisa que conforma las paredes de la vejiga urinaria permiten que estas cambien de forma en función de si la vejiga está llena o no, permitiendo cierto punto de elasticidad y albergando cómodamente hasta medio litro de orina.
4. Uretra
Como decíamos anteriormente, la uretra es un conducto de forma tubular que sale de la vejiga urinaria y cuya principal función es la de expulsar la orina al exterior. La abertura de la uretra está protegida por un esfínter autónomo cuya musculatura, en condiciones normales, puede ser controlada por la persona.
5. Intestino grueso
Como decíamos, aunque el intestino grueso no es uno de los órganos principales del sistema excretor tiene un papel muy importante en parte de su funcionamiento.
Antes de llegar al intestino delgado, el hígado elimina la hemoglobina descompuesta, metaboliza los activos de los medicamentos y elimina el exceso de vitaminas, esteroles y otras sustancias lipofílicas. A continuación, se envían al intestino, lugar en el que se eliminan a través de las heces.
6. Piel
Finalmente, la piel es otro de los órganos excretores secundarios. Aunque sus funciones principales consisten en proteger los órganos, controlar la temperatura corporal y liberar feromonas, las glándulas sudoríparas de la piel eliminan el exceso de agua, de sales y de lípidos cerosos en forma de sudor.
¿Qué enfermedades o condiciones se le asocian?
Al igual que es resto de sistemas, el aparato excretor puede dañarse o sufrir problemas en su funcionamiento, especialmente los riñones. Las principales afecciones del sistema excretor son el fallo renal y las piedras en el riñón.
Fallo renal
El fallo o la insuficiencia renal ocurre cuando los riñones son incapaces de filtrar los desechos de la sangre y, como consecuencia, mantener el equilibrio químico del cuerpo (homeostasis química).
Esta condición puede estar causada por otras enfermedades como la diabetes mellitus, las infecciones del cuerpo, los cálculos renales o como efecto secundario de algunos fármacos.
Cálculos renales
Conocidos popularmente como “piedras en el riñón”, los cálculos renales o nefrolitos son unas masas sólidas compuestas por desechos cristalizados y que se pueden formar en uno o en los riñones.
Cuando las sustancias no se disuelven correctamente, los desechos se acumulan y cristalizan. Si no son muy grandes quedan alojadas en el tracto urinario y pueden pasar a través de él junto con la orina.
Sin embargo, en casos más graves, estos cálculos pueden quedar alojados en el uréter, un tubo que conecta el riñón y la vejiga. En este momento se corre el riesgo de que aumenten de tamaño y provoquen síntomas dolor agudo, hemorragias y un bloqueo en el flujo de orina.