Los órganos y estructuras de nuestro cuerpo necesitan tanto oxígeno como nutrientes para sobrevivir, y el sistema o aparato circulatorio es el encargado de que estos lleguen a cada rincón de nuestro organismo.
Esta amplia red de órganos y vasos es la responsable de hacer llegar estos “alimentos”. Sin este aparato, nuestro cuerpo no podría combatir las enfermedades ni mantener un medio interno estable, conocido como homeostasis.
A lo largo de este artículo describiremos qué es el aparato circulatorio, sus diferentes partes y funciones, así como las diferentes enfermedades que se le asocian.
¿Qué es el aparato circulatorio?
El sistema circulatorio, también conocido como sistema cardiovascular, es una amplia red de órganos y estructuras que permiten que la sangre circule a través de todo el cuerpo, transportando oxígeno, dióxido de carbono, nutrientes o otras células sanguíneas.
Dentro del sistema circulatorio podemos encontrar también el sistema linfático, el cual se encarga de transportar una sustancia conocida como linfa.
Mientras que la sangre es un fluido que contiene plasma, glóbulos rojos y blancos y plaquetas; la linfa es, esencialmente, un exceso de plasma sanguíneo reciclado que sirve para eliminar del cuerpo el material no deseado. Este reciclaje ocurre después de haber sido filtrado del líquido intersticial y devuelto al sistema.
El oxígeno ingresa al torrente sanguíneo atravesando unas pequeñas membranas pulmonares que lo absorben a medida que es inhalado. Conforme nuestro cuerpo va utilizando el oxígeno y procesando los nutrientes se crea el dióxido de carbono, expulsado al exhalar.
El correcto funcionamiento del sistema circulatorio es posible gracias a la presión ejercida de manera constante por el corazón y las válvulas de todo el cuerpo. Esta presión arterial garantiza que las venas lleven la sangre hasta el corazón y que las arterias la transportan lejos de este.
En un ser humano adulto promedio, se transportan diariamente unos 7,5 litros de sangre a lo largo de más de 96 kilómetro de vasos sanguíneos. Según los estudios, una persona tiene alrededor de 4-5,5 litros de sangre en su organismo.
Las 4 partes del sistema circulatorio
Todos los sistemas que conforman nuestro cuerpo se componen de distintos órganos y tejidos, que en conjunto cumplen una función vital. El sistema circulatorio consta de cuatro partes o componentes principales: el corazón, las arterias, las venas y la sangre. Veamos las principales características de cada uno.
1. Corazón
El corazón es el órgano principal, ya que es necesario para el mantenimiento de la vida de la persona. Un corazón que deja de funcionar implica por necesidad la muerte del organismo (y por lo tanto de la persona).
La función del corazón es bombear sangre oxigenada al cuerpo, y sangre sin oxígeno a los pulmones. En términos generales, un corazón humano se compone de los siguientes elementos: un atrio, dos ventrículos (izquierdo y derecho), y dos aurículas (izquierda y derecha).
La sangre que llega a la aurícula derecha está ya libre de oxígeno, y pasa al ventrículo derecho para bombearse a través de la arteria pulmonar hasta los pulmones. En este lugar es donde vuelve a oxigenarse para eliminar el dióxido de carbono.
Por su parte, la aurícula izquierda recibe la sangre recién oxigenada desde los pulmones, así como también la vena pulmonar que pasa al ventrículo izquierdo para ser bombeada a través de la aorta hacia las diferentes estructuras y órganos de nuestro cuerpo.
2. Arterias
Las arterias transportan la sangre rica en oxígeno lejos del corazón. La sangre oxigenada ingresa en el aparato circulatorio al salir del ventrículo izquierdo, a través de una válvula llamada válvula semilunar aórtica.
La primera parte de la circulación sistémica se lleva a cabo por la aorta, una arteria de gran tamaño y de paredes gruesas.
La arteria aorta se arquea y ramifica para irrigar la zona superior del cuerpo humano. A continuación, desciende y sus ramas proporcionan suministro al abdomen y extremidades inferiores.
3. Venas
Las venas se encargan de llevar la sangre desoxigenada a los pulmones para que allí se recarguen de oxígeno. Después de pasar por varios tejidos del cuerpo, el sistema venoso (que alcanza toda la superficie del organismo entre venas y capilares), se fusiona en dos venas principales: vena cava superior y vena cava inferior.
A grandes rasgos, estas venas drenan las áreas que se encuentran por encima y por debajo del corazón, respectivamente, y desembocan en la aurícula derecha del corazón.
4. Sangre
La sangre es el medio de transporte de casi todo lo que se encuentra dentro de nuestro organismo. Es considerada un tejido conectivo que viaja a lo largo de todo el sistema circulatorio, transportando oxígeno, hormonas, nutrientes, anticuerpos y todo tipo de elementos necesarios para mantener la salud del organismo.
Funciones del sistema circulatorio
Tal y como se menciona en varias ocasiones, el sistema circulatorio posee varias funciones además de la de transportar los nutrientes. Las principales funciones de este aparato incluyen el transporte de elementos, la protección contra agentes patógenos y el mantenimiento de la homeostasis corporal,
Transporte de la sangre
La principal función del aparato circulatorio es la de transportar la sangre, con sus nutrientes y su oxígeno, a todos los tejidos del cuerpo. Gracias a esto es posible el suministro del flujo sanguíneo a todo el cuerpo, así como la eliminación del dióxido de carbono y los desechos.
Protección contra agentes patógenos
La sangre que circula por el sistema transporta glóbulos blancos, rojos y plaquetas que limpian las células, luchan contra los agentes patógenos, cicatrizan las heridas y evitan que las infecciones, las bacterias o los virus ingresen en el organismo.
Además, la sangre también posee anticuerpos que favorecen la inmunidad y resistencia a dichos agentes patógenos.
Mantenimiento de la homeostasis
La homeostasis corporal hace referencia al equilibrio relativamente estable entre los elementos interdependientes que posibilitan los procesos fisiológicos. Para ello, el sistema circulatorio posee un papel fundamental, ya que, entre muchas otras cosas, ayuda a mantener una temperatura corporal estable.
Otra de las funciones homeostáticas de la sangre es la de mantener el equilibrio del pH corporal. El plasma sanguíneo contiene iones de bicarbonato y albúminas que posibilitan el mantenimiento de un ambiente isotónico.
Tipos de circuitos de circulación
Existen tres tipos de circulación que se dan de manera constante en nuestro cuerpo: circulación pulmonar, circulación sistémica y circulación coronaria. Veamos las principales características de cada tipo:
Pulmonar: se transporta la sangre desoxigenada del corazón a los pulmones y de vuelta al corazón.
Sistémica: en la circulación sistémica se transporta la sangre con oxígeno desde el corazón hasta el resto de cuerpo.
Coronaria: proporciona al corazón sangre oxigenada para que este funcione con normalidad.
Enfermedades del sistema circulatorio
Al igual que ocurre con el resto de los sistemas del organismo, existen una serie de enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio. Son conocidas como enfermedades cardiovasculares.
Aunque existen diferentes causas que las provocan, la mayoría de enfermedades cardiovasculares tienen su origen en malos hábitos relacionados con el estilo de vida: poco ejercicio, vida sedentaria, errores de la dieta, exceso de consumo de alimentos o sustancias, enfermedades como el tabaquismo, entre muchos otros.
Entre las principales afecciones o enfermedades del sistema circulatorio se incluyen:
Presión arterial alta
Aterosclerosis
Aneurisma aórtico abdominal
Arteriopatía periférica
Ataques cardíacos
Insuficiencia cardíaca
Accidente cerebrovascular
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