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Amianto (asbesto): qué es y por qué es peligroso para la salud

Durante años el amianto se ha utilizado para fabricar materiales como uralitas, mallas o rejillas, hasta guantes de trabajo o filtros de cigarrillos.

Durante muchos años, el amianto se fabricaba y utilizaba de manera industrial y en grandes cantidades debido a sus propiedades resistentes, muy deseables en la construcción. Edificios, casas, trenes e incluso secadores de pelo o filtro de cigarrillo era habitualmente fabricados integrando este mineral.

Sin embargo, con el paso del tiempo las investigaciones revelaron que el asbesto era altamente peligroso para la salud. En este artículo, revisamos qué es el amianto, dónde se encontraba y cuáles son las enfermedades relacionadas con él, sobre todo el cáncer.

¿Qué es el amianto o asbesto?

El amianto, conocido también como asbesto, es un conjunto de minerales de silicato que se encuentra en la naturaleza de forma natural. Existen seis tipos diferentes de este mineral que se distinguen según sus colores y sus usos en la industria. Estos son: crisotilo, crocidolita, amosita, antofilita, tremolita y actinolita.

La extracción de este mineral existe desde hace miles de años, pero su utilización a gran escala no comenzó hasta el s. XIX, momento en el que los fabricantes y constructores descubrieron sus propiedades físicas muy útiles en la construcción tanto de edificios y casas, como de transporte (trenes o aviones) y de materiales varios.

Estas propiedades incluyen la absorción del sonido, la resistencia a la tracción, la asequibilidad y la resistencia al fuego, al calor y a la electricidad. Por ese motivo este mineral fue ampliamente utilizado para la fabricación de uralitas, telas, rejillas, mallas e incluso guantes de asbesto.

Su uso continuó creciendo durante la mayor parte del siglo siguiente, hasta que algunas investigaciones pusieron en conocimiento público los peligros para la salud del polvo de amianto, concretamente su relación con algunos tipos de cáncer, lo que condujo a la prohibición de su utilización y a la retirada urgente de este en todos los lugares.

La forma más habitual en la que el polvo de asbesto entra en el cuerpo es a través de la respiración. De hecho, aquellos materiales que contienen este mineral no suelen considerarse dañinos a menos que liberen polvo o fibras en el aire.

¿Por qué es peligroso? Riesgos para la salud

Tal y como se menciona en el punto anterior, el polvo y las microfibras de amianto no se puede ver ni oler. Además, la exposición a este no causa ningún síntoma inmediato, por lo que es fácil que las personas puedan pasar mucho tiempo inhalando sin que nada les advierta de ello.

Cuando son inhaladas, muchas de estas fibras quedan atrapadas en las membranas mucosas de la nariz y la garganta y, aunque algunas se pueden extraer, otras muchas penetran en los pulmones o se ingieren en el tracto digestivo.

Imagen de una persona ingresada en un hospital.
Inhalar las fibras o partículas de amianto es perjudicial para nuestra salud | Canva

Una vez este polvo entra en el organismo las fibras nunca se disuelven y nuestro cuerpo tiene una dificultad extrema para expulsarlas. Con el paso del tiempo, este polvo puede causar inflamación, cicatrización y hasta daño genético a las células, así como cierto número de enfermedades graves.

Estas enfermedades relacionadas suelen tardar entre 20 y 50 años en aparecer, por lo que muchos de los casos diagnosticados en la actualidad fueron causados por una exposición que posiblemente se produjo antes de que entraran en vigor las normas de seguridad modernas.

No existe una cantidad mínima de exposición al amianto que resulte segura. Sin embargo, este tiene peores efectos cuando la persona está expuesta a una concentración intensa o de forma regular durante un largo período de tiempo.

Amianto, cáncer y otras enfermedades relacionadas

Según los estudios, puede haber hasta más de una docena de enfermedades diferentes relacionadas con la exposición al asbesto. Estas pueden ir desde enfermedades leves y benignas, hasta afecciones muy graves y potencialmente mortales, aunque estas últimas suelen ser mucho menos comunes.

No todas las personas que se encuentran en exposición con este mineral desarrollan alguna de estas enfermedades. Sin embargo, la exposición aumenta el riesgo de por vida.

Entre las principales enfermedades y cánceres relacionados con el amianto se encuentran:

1. Asbestosis

La asbestosis es una enfermedad respiratoria crónica y no cancerosa. En esta afección, las fibras se adhieren a los tejidos pulmonares haciendo que estos cicatricen. Los síntomas asociados incluyen: problemas para respirar y un sonido traqueteante al respirar.

No existe un tratamiento para la asbestosis, por lo que cuando la enfermedad avanza puede derivar en una insuficiencia cardiaca, siendo primero incapacitante y después fatal.

2. Mesotelioma

El mesotelioma es un tipo de cáncer y una de las enfermedades más mortales relacionadas con el amianto.

El mesotelio es un revestimiento protector en el que se desarrollan los tumores. Este puede aparecer en el revestimiento de los pulmones, el estómago, el corazón o los testículos. Cada tipo de mesotelioma específico posee unos síntomas diferentes, pero en casi todos los casos se experimenta dolor torácico o abdominal y falta de aliento.

3. Cáncer de pulmón

En este caso, el cáncer de pulmón es una de las enfermedades más comunes entre las personas que estuvieron expuestas a grandes cantidades de amianto durante largos periodos de tiempo.

Además, durante muchos años, los filtros de los cigarrillos estaban fabricados con él, por lo que los fumadores expuestos a él tenían todavía más probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón.

4. Cáncer de laringe

Otra de las enfermedades malignas asociadas a este mineral es el cáncer de laringe. Se ha demostrado que existe un vínculo real entre su inhalación y esta enfermedad. Asimismo, existen otros factores como fumar o el alcoholismo que hacen a la persona más propensa a este cáncer.

5. Cáncer de ovarios

En el año 2009, algunas investigaciones descubrieron una relación entre la exposición al asbesto y el cáncer de ovario. En el caso de mujeres expuestas a este mineral, este alcanzaba los órganos a través del tracto reproductivo, el sistema linfático o el torrente sanguíneo.

Referencias bibliográficas:

Alleman, J. E. & Mossman, B. T. (1997). Asbestos Revisited. Scientific American, 277:54–57.