El aceite de girasol ha pasado de estar eclipsado por el aceite de oliva a agotarse en casi todos los supermercados. Los clientes se han lanzado a comprarlo en grandes cantidades, lo que ha empeorado el problema. Muchos supermercados se han visto obligados a limitar el aceite por persona, pero ni siquiera esto ha evitado el desabastecimiento.
Muchos clientes se han visto obligados a buscar alternativas al aceite de girasol. Alternativas, claro está, que no supongan un incremento insostenible del precio de la cesta de la compra. Afortunadamente, existen otros aceites capaces de substituir al de girasol por un precio razonable.
Las 6 mejores alternativas sanas al aceite de girasol
Estos son las 6 alternativas al aceite de girasol que pueden salvar tus comidas.
1. Aceite de colza
En España el aceite de colza sigue arrastrando la sombra de las intoxicaciones mortales que tuvieron lugar en los años 80. Sin embargo, se trata de una alternativa muy segura hoy en día, y además muy usado en muchos países europeos. A diferencia de la del aceite de girasol, no enfrenta ningún problema de producción, y se encuentra entre los más consumidos en Europa.
Según explican desde HUFFPOST, el aceite de colza es tremendamente popular en países como Francia o Alemania. En España, aun a día de hoy tiene mala fama, pero solo es cuestión de acostumbrarnos. De hecho la canola, planta de cuyas semillas se extrae el aceite, se cultiva con relativa frecuencia, destacando por características flores amarillas.
2. Aceite de semillas
El aceite de semillas ha ido ganando cada vez más protagonismo en la cocina en los últimos años. Se trata de un producto extraído de legumbres y frutos secos, entre los cuales el mismo girasol. Cumple con muchas de las características del aceite de girasol, como el sabor neutro, y además suele estar a la venta a un precio relativamente bajo.
Eso sí, los expertos recuerdan que no es bueno abusar de estos productos, por su alto contenido en grasas saturadas. El aceite de semillas, además, es un producto que se oxida con facilidad y con menos resistencia a las altas temperaturas.
3. Aceite de oliva
El aceite más fácil de encontrar en España, y al mismo tiempo el más consumido, es el aceite de oliva. Si bien resulta un poco más caro que el de girasol, el aceite de oliva es la alternativa más fácil de conseguir en los supermercados.
Además, cuenta con opciones asequibles, que destacan también por un sabor menos intenso y más neutro. Existe, por ejemplo, el aceite de oliva para torrijas o repostería, ideal si se quiere evitar el marcado sabor del aceite de oliva común.
4. Aceite de orujo de oliva
Una alternativa barata al aceite de oliva es el aceite de orujo de oliva. Se trata de un aceite vegetal comestible, procedente del mismo árbol: el olivo. La principal diferencia es que para su elaboración se usa una parte de la aceituna bastante ignorada.
Para el aceite de oliva se emplea el zumo de la aceituna, que representa alrededor del 20% de la misma. En el caso del aceite de orujo de oliva, este se obtiene del alperujo, es decir, de las partes restantes (un 80%): piel, hueso, agua, etc. Su consumo es totalmente seguro, y muchos expertos lo consideran idóneo para freír, porque consigue un efecto crujiente y dorado.
5. Aceite de coco
El aceite de coco no está entre los más populares para freír alimento en nuestro país, pero sí que contiene múltiples propiedades. Se obtiene a partir del prensado de la pulpa de coco y es rico en ácidos grasos y sustancias antioxidantes. En países como la India, el aceite de coco se utiliza con muchísima frecuencia en la cocina.
Destaca por su delicioso sabor, que confiere a las comidas un toque muy especial y exótico. Además, se trata de un aceite muy resistente a las altas temperaturas, por lo que es muy raro que se queme. En definitiva, una opción a tener en cuenta si lo que queremos es freír alimentos sin perder propiedades.
6. Aceite de soja
El aceite de soja, también llamado aceite de soya, es un aceite vegetal, obtenido tras el prensado de la soja. Aunque en España su uso sigue siendo bastante limitado, lo cierto es que se trata del aceite más producido a nivel mundial.
Usado sobre todo en la cocina asiática, el aceite de soja es ideal tanto para salsas como para freír alimentos. Tienen una resistencia a las altas temperaturas muy similar a la del aceite de girasol, pero se oxida con relativa facilidad. Por ello, los expertos recomiendan desecharlo tras algunos usos.