Los precios de la luz y de los carburantes habían sufrido un importante repunte en este comienzo de año. Pero tras estallar la guerra en Ucrania, ya se han descontrolado por completo. Y los alimentos de la cesta de la compra tampoco han conseguido librarse de estos incrementos.
La economía de los hogares empieza a notar mucho esta escalada de precios. Ucrania es el principal proveedor extranjero de maíz y de aceite de girasol. Casi el 42% del trigo que importa España procede de este país, como recoge el informe del Instituto de Comercio Exterior en 2020.
"Los precios del gas y de la electricidad se trasladan también a los alimentos", advierte el portavoz de la OCU, Enrique García. Y todo ello pese a que nuestro país "tiene garantizado el suministro de gas". En cualquier caso, "no vamos a ser indemnes a las subidas", que llegarán también a la "cesta de la compra".
La lista de productos que se verán perjudicados por esta escalada de precios es muy amplia. Principalmente por el desabastecimiento de cereales, que afecta a la elaboración de pan, productos de bollería y cerveza. Pero también a la alimentación de los animales y al mercado cárnico y sus derivados como leche o huevos.
De momento no se aprecia escasez, aunque el coste de las materias primas está subiendo. Por lo tanto, a la hora de pasar por caja notaremos ese incremento en la harina, panadería, pastelería, bollería, pastas, cerveza y bebidas espirituosas.
Las fábricas de dulces industriales aseguran que es posible que su producción se vea afectada por esta crisis. Únicamente disponen de reservas de aceite para un máximo de 15 a 30 días. En el caso de que no mejore la situación en Ucrania, se verían obligados a elevar los costes y, por lo tanto, los precios.
Otro de los alimentos afectados por el conflicto es el aceite de girasol. El país del este es uno de los principales suministradores de la materia prima. En los últimos días los españoles han arrasado con las garrafas y botellas de este producto.
La situación ha llegado a tal punto que incluso los supermercados se han visto en la obligación de limitar su venta. El máximo eran cinco litros por persona y día. A esto se le une, además, los precios desproporcionados.
El litro del aceite de girasol ha llegado a alcanzar los 2,98 euros. Las organizaciones de consumidores recomiendan no hacer una "compra compulsiva", ya que este comportamiento repercute en el aumento de los precios.
Alarma en España: En peligro el abastecimiento de productos en los supermercados
Esta materia prima también es empleada por las conserveras para sus productos. Creen que puede haber un desajuste entre la oferta y la demanda en un periodo breve de tiempo. "El sector teme quedarse sin aceite de girasol para envasar sus productos en un plazo de entre tres semanas y un mes", apuntan.
Los alimentos más castigados por el incremento de precios
Uno de los alimentos que no puede faltar en nuestra cesta de la compra es el pan. En algunos establecimientos, la barra de cuarto ya cuesta 20 céntimos más. La harina de maíz ha experimentado una subida de 1,7 a 2 euros.
Derivados lácteos también se resienten. En algunas tiendas, la docena de huevos elevó su coste 0,40 euros, mientras que en los quesos también ocurre algo similar.
Los productos de la huerta tampoco se libran de estos cambios. Los pimientos pasaron de 2 a 2,5 euros. Y esto puede hacerse extensible a otros muchos artículos procedentes del campo.
Otros alimentos, como las carnes y los embutidos, notan también el alza de los costes. El gran perjudicado, como suele ocurrir siempre, es el consumidor final.