Sabemos que el consumo regular de cereales integrales como el trigo, el arroz o la cebada ayudan a reducir la mortalidad. Sus propiedades son especialmente beneficiosas para aquellos que padecen enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, esto no ocurre con un tipo de cereal que, además, es el más popular y consumido en el mundo: los cereales refinados.
Así lo refleja un estudio publicado en 2021 en el British Medical Journal, y llevado a cabo por investigadores de la Universidad Simon Fraser, de Canadá. Según los científicos, consumir una gran cantidad de cereales refinados (pan blanco, pasta, bollería) supone un peligro significativamente mayor de enfermar gravemente.
Su ingesta, de hecho, está incluso vinculada a los accidentes cerebrovasculares y, en el peor de los casos, a la muerte. Y es aquí cuando nos encontramos, posiblemente, con uno de los alimentos más consumidos a lo largo de toda la vida: el pan blanco.
¿Sabes qué es exactamente el pan blanco?
El pan blanco se prepara con harina de trigo refinada (el salvado y los gérmenes se eliminan durante el refinado), mientras que el pan integral se prepara con harina integral. De esta manera, el pan elaborado con harina integral suele ser más valorado, puesto que conserva el salvado y los gérmenes de trigo.
De hecho, aunque 100 gramos de pan blanco o integral equivalen a la misma cantidad de calorías (alrededor de 260 calorías), solo el pan blanco es más rico en vitaminas, minerales, proteínas y fibra. Desde un punto de vista nutritivo, el pan blanco es 60-80% de carbohidratos (almidón de trigo).
Con un índice glucémico alto, el azúcar pasa rápidamente a la sangre y la sobrecarga de carbohidratos se almacenará rápidamente como grasa. En resumidas cuentas, carente de fibra, el pan blanco es pobre en nutrientes y no aporta nada bueno.
Por contra, el pan integral es una buena fuente de carbohidratos complejos, o de absorción lenta, gracias a las fibras que contiene. De ahí que el pan integral se convierta siempre en la mejor opción, puesto que facilita el tránsito intestinal y la energía absorbida se difunde más lentamente en la sangre. Y durante más tiempo.
¿Por qué el pan blanco puede ser tan malo para la salud?
De acuerdo al estudio mencionado anteriormente, los científicos examinaron las dietas de diversas poblaciones en países de ingresos bajos, medios y altos de todo el mundo.
Así, luego de 16 años de análisis con 137.130 participantes en 21 países, encontraron que el consumo de granos refinados y azúcares añadidos aumentó significativamente con los años. Y los resultados fueron claros. Comer más de 7 porciones de cereales refinados al día se asoció con:
- Un riesgo 27% mayor de muerte prematura
- Un riesgo 33% mayor de enfermedad cardíaca
- Un riesgo 47% mayor de accidente cerebrovascular
Por el contrario, no se encontraron efectos adversos significativos para la salud con el consumo de granos integrales o arroz blanco.
Los riesgos de comer pan blanco y cereales refinados en exceso
Comer mucho pan blanco puede ser muy malo para la salud. Y es que un consumo muy elevado se asocia con distintos problemas que, a la larga, pueden afectarnos seriamente. Por ejemplo, como hemos mencionado anteriormente, se ha encontrado que aumenta el riesgo de muerte prematura.
Además de asociarse con un aumento de la presión arterial, una medida de la presión o fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos llamados arterias. En este sentido, debemos recordar que se trata del factor de riesgo más importante para el accidente cerebrovascular.
Y uno de los principales factores de riesgo para la enfermedad cardíaca. Por tanto, sustituir el pan blanco por pan integral (y los cereales refinados por integrales), se convierte sin duda alguna en la mejor opción.