Cuando nos proponemos perder peso, hay una lista, algo larga ciertamente, de alimentos que debemos eliminar de nuestras dietas. Se trata de alimentos que debemos sacrificar, muchas veces completamente, por su alto contenido en grasas, sobre todo saturadas, y azúcares. Los fritos industriales, el pan blanco o la bollería son solo algunos ejemplos de este tipo de alimentos.
Otro gran ejemplo de productos que entran en este listado de alimentos prohibidos son los lácteos, o mejor dicho los derivados. La mantequilla, la nata o el queso son alimentos que a priori deberíamos evitar, por su gran concentración de grasas saturadas. Sin embargo, los últimos estudios arrojan datos sorprendentes sobre uno de estos productos.
El producto con mala fama que realmente ayuda a adelgazar
El producto que tiene muy mala fama, pero que en realidad es bueno e incluso ayuda a adelgazar es el queso. Este alimento junto con la leche entera podría estar relacionado con la formación de lipoproteínas de alta densidad (HDL), más conocido como el colesterol bueno. Se trata de un compuesto muy necesario, ya que ayuda a desbloquear las arterias.
Esto convierte al queso en un alimento necesario pare prevenir enfermedades cardiovasculares. En lugar de eliminar por completo su consumo, lo que deberíamos hacer es restringirlo a las raciones necesarias. De esta forma, no solo conseguiremos adelgazar, sino que también nos beneficiaremos de sus propiedades.
Claro está que todo depende también del tipo de queso que se consuma. Existen algunos quesos con un valor calórico muy elevado y en estos casos está más que justificado eliminarlos de nuestras comidas. Pero también hay muchas opciones bastante más saludables, que resultan muy beneficiosas para nuestro organismo.
No podemos olvidar que el queso es un alimento característico de la dieta mediterránea, una de las más sanas que existen. Es más, si los nutricionistas recomiendan consumir hasta tres raciones de todo tipo de lácteos, una de estas raciones debería ser en forma de queso. No hace falta obsesionarse siempre con los lácteos desnatados.
¿Cuánto queso se puede comer?
Los nutricionistas recuerdan que la clave para perder peso no es un alimento u otro, sino la suma de las calorías de todos los que comemos. Es por eso que, con el queso, debemos cuidar las raciones que ingerimos. Una ración corresponde a entre 200 y 250 mililitros de leche o 250 gramos de yogur.
En el caso del queso, la ración recomendada ronda los 30 gramos de semicurado o curado. Sin embargo, sale mucho más a cuenta consumir queso fresco, ya que la cantidad que se puede ingerir sube hasta los 60 gramos diarios, según El Español.
La Organización Interprofesional Láctea (INLAC) insiste en que el queso "puede y debe" formar parte de las tres raciones de lácteos recomendados al día. "Aportan proteínas e hidratos de carbono, fundamentalmente en forma de lactosa", explica. En este sentido, destaca también que el queso y otros lácteos contienen "calcio, potasio, zinc, fósforo y otros minerales", además de "vitamina B12 y A".
Otros cuatro alimentos que adelgazan y te van a sorprender
1. Huevos
De la misma forma que el queso, lo cierto es que los huevos tiene un poco de mala fama cuando se trata de su ingesta. Los últimos estudios han demostrado que los huevos no contribuyen a aumentar los niveles de colesterol malo. Tampoco aumentan el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, sino todo lo contrario.
Es más, el consumo de huevos ayuda a quemar grasa y perder peso, gracias a su alto contenido en proteínas y grasas saludables.
2. Salmón
El salmón es uno de esos pescados que, junto al atún y a la merluza, gustan a casi todo el mundo. Ahora bien, cuando se trata de perder peso suele asustar un poco, porque se trata de un pescado con gran cantidad de grasa.
Sin embargo, los expertos aseguran que sus grasas son saludables, y que contiene además muchas proteínas, además de nutrientes como el yodo. Finalmente, el salmón suele saciar mucho el apetito, así que cumple con la fórmula mágica: llenar mucho sin engordar.
3. Legumbres
No cometas el error de confundir a las legumbres con los cereales, y mucho menos con el trigo. Las legumbres son vegetales ricos en proteína y fibra, que van muy bien para matar el hambre porque llenan mucho, pero sin engordar. Si tenemos que escoger a las más sanas, podemos decantarnos por las lentejas, los garbanzos o las judías pintas.
Eso sí, ni se te ocurra cocinarlas con mucha grasa, como suele ser habitual en España. Si les añades un poquito de picante, conseguirás un sabor más intenso y aumentarás la quema de calorías de tu cuerpo.
4. Frutos secos
Los frutos secos suelen ser de las primeras cosas que evitamos a la hora de empezar una dieta. Y sí, aunque suelen contener unas cuantas calorías de más, su nivel calórico se ve compensado con una gran presencia de proteína, fibras y grasas saludables.
Varios estudios han puesto de relieve que las personas que consumen regularmente frutos secos gozan de mejor salud y no sufren sobrepeso. Claro está que hay que consumir los frutos secos con moderación, y no caer en la tentación de acabártelos todos.