Su consumo se ha duplicado desde la década de 1950, a razón de 160 gramos por día y por persona. A pesar de eso, en los últimos años ha ganado mucha mala fama, y ha sido substituido por otros productos. Un auténtico error, según advierten los expertos, ya que la ausencia de este alimento contribuye al desequilibrio en nuestra dieta.
Estamos hablando, naturalmente, del pan, un producto saciante y rico en fibra, presente casi siempre en nuestras cocinas. Hoy en día, cuanta con múltiples sabores y formas de seducirnos, pero sin duda lo más importante es su valor nutricional. Recientemente, un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Girona ha encontrado un nuevo 'superpoder' del pan, que demuestra la importancia de consumir este alimento.
El nuevo superpoder del pan que acaban de descubrir
Según esta nueva investigación, publicada en la revista Frontiers, el pan elaborado en función de determinados procesos proporcionaría un efecto prebiótico. Esto resulta especialmente importante sobre todo para aquellas personas con alguna enfermedad inflamatoria intestinal. Es el caso, por ejemplo, de la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Esto ocurre porque determinados panes aumentarían la producción de ácidos grasos de cadena corta, lo que brindaría un efecto antiinflamatorio. Se sabe que las dietas muy ricas en grasas saturadas, y en productos ultraprocesados, actúan sobre la microbiota de forma negativa. Más que nada porque reducen la proporción de las poblaciones microbianas presentes en ella, potenciando el crecimiento de patógenos.
Si no se le pone remedio a este problema, acaba desembocando en disbiosis. Consiste en un desequilibrio microbiano que contribuye al desarrollo de condiciones inflamatorias crónicas intestinales, además de determinadas enfermedades metabólicas.
Por suerte, los investigadores han descubierto que el consumo de pan aumenta la presencia de determinados tipos de bacterias beneficiosas. Se trata, precisamente, del tipo de microorganismos que se ven perjudicadas cuando existe alguna enfermedad inflamatoria intestinal. Es decir, comer pan resulta tremendamente beneficios para restaurar el equilibrio interior.
Los desconocidos beneficios del pan que demuestran su importancia
En un estudio publicado ya en el año 2014 en Journal of Agricultural and Food Chemistry ya se mencionaban los efectos benéficos de este alimento. Sus autores insistieron en que el pan blanco también tiene efectos positivos sobre la salud de nuestro intestino.
Los investigadores confirmaron que el consumo de pan estaba asociado con la presencia de microorganismos con efectos probióticos, como Lactobacillus y Bifidobacteria. Hasta ese estudio, sí que se conocían los beneficios del pan, pero se creía que estos quedaban limitados a los integrales, muy ricos en fibra.
Ahora ya sabemos que esto no es así, y que el pan blanco también es tremendamente beneficioso. Esto se debe a la gran cantidad de hemicelulosa y almidón resistente, además de otros nutrientes, que favorecen a nuestros microorganismos.
¿Qué pan es el más beneficioso?
Si alguna vez te has preguntado cuál es el pan más beneficioso desde el punto de vista nutricional, no hay dudas al respecto. Los panes más saludables son los que se elaboran con harina integral, porque conservan tanto la cáscara del grano como su salvado. Esto se traduce en un mayor aporte de fibra y, por tanto, en una mejor digestión y absorción de nutrientes.
El principal problema del proceso de refinado, a partir del cual se obtiene la harina del pan blanco común, es que la fibra alimentaria tiende a perderse. Por eso, los expertos recomiendan apostar por los panes integrales siempre que sea posible. Sus beneficios no se limitan a la fibra, ya que también nos aportan fósforo, magnesio, hierro vegetal, zinc, vitaminas B1, B3, B5 y B6, entre otros.
Incluso, según un estudio de 2011, el pan integral podría estar ayudando a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 30 por ciento. Se trata del tipo de diabetes más común hoy en día a nivel mundial.
Otros beneficios nutritivos del pan
A pesar de la mala fama que ha adquirido en los últimos años, lo cierto es que el pan sigue siendo un alimento muy necesario. Los expertos aseguran que no tendríamos por qué asustarnos con sus 250 kcal por cada 100 gramos. No deja de ser un producto muy rico en hidratos de carbono complejos, lo que significa que proporciona la energía necesaria tanto para los músculos como para el cerebro.
Su aporte proteico es también muy interesante, al tratarse de proteína vegetal, la cual es ideal a la hora de reequilibrar nuestra ingesta, muchas veces, excesiva de proteína vegetal. Así, por ejemplo, medio pan aporta el 25 por ciento de las proteínas vegetales del día.
En cuanto a las fibras, el contenido varía en función del pan que hayamos escogido, aunque suele oscilar entre los 3,5 a los 7 gramos por cada 100 gramos. Esto significa que cuanto más integral sea el pan, evidentemente más fibra contendrá.
Y lo mismo ocurrirá con los minerales, ya que los panes elaborados con harina integral proporcionan de 2 a 3 veces más magnesio. No solo eso, también aportan una mayor cantidad de vitaminas del complejo B.