Cuando pensamos en alimentos ricos en proteínas, lo primero que nos viene a la mente son la carne, el pescado, los huevos o los lácteos. Sin embargo, hay otros alimentos de origen vegetal que también pueden aportarnos una buena cantidad de este nutriente esencial para el organismo. Uno de ellos es un alimento poco consumido pero muy popular en dietas de adelgazamiento.
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La espirulina es un tipo de alga microscópica que crece en aguas dulces o salobres. Tiene un color verde azulado debido a la presencia de clorofila y ficocianina, dos pigmentos que le dan propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Se consume desde hace siglos por algunas culturas, como los aztecas o los africanos, y hoy en día se ha popularizado como un superalimento por sus múltiples beneficios para la salud.
¿Qué tiene de especial la espirulina?
Lo cierto es que es uno de los alimentos más completos y nutritivos que existen. Contiene todos los aminoácidos esenciales, lo que significa que es una fuente de proteína completa y de alta calidad. De hecho, tiene más proteínas que la carne: 100 gramos de espirulina contienen unos 60 gramos de proteínas.
Mientras que 100 gramos de carne contienen unos 20 gramos. Además, tiene menos grasas saturadas y más ácidos grasos omega 3, que son beneficiosos para el corazón y el cerebro.
Pero eso no es todo. También es rica en vitaminas, minerales, antioxidantes y otros compuestos bioactivos que le confieren propiedades saludables. Por ejemplo, contiene vitamina A, B, C, E y K, hierro, calcio, magnesio, zinc, selenio y yodo.
También contiene ficocianina, un pigmento que le da su color azulado y que tiene efectos antiinflamatorios, inmunomoduladores y anticancerígenos. Asimismo, contiene clorofila, un pigmento que le da su color verde y que tiene efectos desintoxicantes, alcalinizantes y antibacterianos.
¿Qué beneficios tiene la espirulina para la salud?
Pues muchos y variados. Por ejemplo, mejora el rendimiento físico y mental, aportando energía, oxígeno y nutrientes a las células, lo que favorece el funcionamiento de los músculos y el cerebro. Además, ayuda a prevenir la fatiga, el estrés y la depresión.
Estimula la producción de anticuerpos y células defensivas, lo que aumenta la resistencia a las infecciones y las enfermedades. También tiene efectos antivirales, antibacterianos y antifúngicos.
Reduce los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenta los de colesterol bueno (HDL), lo que previene las enfermedades cardiovasculares. También ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, lo que beneficia a las personas con diabetes o prediabetes.
Favorece la eliminación de toxinas y metales pesados del organismo, lo que alivia la carga de trabajo del hígado y los riñones. También previene el daño hepático causado por el alcohol o algunos medicamentos.
Y nutre e hidrata la piel y el cabello desde dentro, lo que mejora su aspecto y salud. También previene el envejecimiento prematuro, las arrugas, el acné y la caída del cabello.
¿Cómo se consume?
La forma más común es en polvo o en comprimidos, que se pueden añadir a batidos, zumos, yogures o ensaladas. También se puede encontrar en forma de cápsulas, perlas o barritas energéticas. La dosis recomendada es de unos 3 a 5 gramos al día, aunque se puede aumentar o disminuir según las necesidades de cada persona.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la espirulina tiene un sabor intenso y algo amargo, que puede no gustar a todo el mundo. Por eso, se recomienda combinarla con otros alimentos dulces o ácidos que la disimulen.
Como vemos, nos encontramos ante un maravilloso alimento de color verde que te aportará muchos beneficios para tu salud y tu bienestar. Además, es una forma de consumir proteínas vegetales, que son más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente que las animales. ¿A qué esperas para incluirla en tu dieta?