Probablemente tengas una forma habitual de guardar la comida, una vez cocinada, para consumirla más tarde. Sin embargo, es posible que estés cometiendo un grave error que podría afectar tu salud y la de tu familia. Y es que, según los expertos, guardar las ollas con comida en la nevera no es tan seguro y saludable como parece.
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Cada vez que cocinamos, suele ser muy común dejar reposar la comida en la olla en el caldero, hasta que se haya enfriado del todo. Pero, una vez hecho esto, suele ser habitual otra práctica bastante extendida.
Ya sea por falta de tiempo, o por practicidad, es habitual que muchas personas tiendan a guardar la comida en la olla. Y de ahí a la nevera, pensando que se trata de una práctica segura. Sin embargo, parece que esto no sería del todo así.
¿Por qué no se debe guardar las ollas con comida en la nevera?
Hay varias razones por las que no se debe guardar las ollas con comida en la nevera, entre las que se destacan las siguientes:
Almacenar los alimentos en la misma olla en la que se han cocinado implica que no se han enfriado lo suficiente antes de refrigerarlos. Esto puede provocar que el calor residual de la olla aumente la temperatura interna de la nevera y altere el frío necesario para conservar los alimentos correctamente.
El calor residual de la olla también puede crear un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias, hongos y levaduras en los alimentos, especialmente si se trata de productos perecederos como carnes, pescados, huevos o lácteos. Estos microorganismos pueden causar intoxicaciones alimentarias, diarreas, vómitos y otros problemas digestivos.
Guardar los alimentos en la misma olla en la que se han cocinado implica que no se han tapado adecuadamente. Esto puede hacer que los alimentos se sequen, pierdan sabor y textura, y se contaminen con los olores y sabores de otros alimentos que haya en la nevera.
También implica que no se han elegido los recipientes más adecuados para su conservación. Por ejemplo, algunas ollas están hechas de materiales como el aluminio o el hierro que pueden reaccionar con los ácidos o las sales de los alimentos y alterar su composición química. Todo ello puede afectar a las propiedades nutricionales y organolépticas de los alimentos y generar sustancias tóxicas.
¿Cómo se debe guardar la comida en la nevera?
Para guardar la comida en la nevera de forma segura e higiénica, se deben seguir una serie de consejos básicos. Es importante enfriar los alimentos lo antes posible después de cocinarlos, esperando a que dejen de humear y alcanzar una temperatura ambiente antes de refrigerarlos. No se debe dejar los alimentos a temperatura ambiente más de dos horas, ya que es el tiempo máximo que tardan las bacterias en multiplicarse.
Elegir recipientes limpios, secos y herméticos para guardar los alimentos. Se pueden usar táperes, bolsas o envases de plástico o vidrio que cierren bien y eviten el contacto con el aire. Se debe evitar usar recipientes metálicos, ya que pueden oxidarse o reaccionar con los alimentos.
También debemos etiquetar los recipientes con el nombre del alimento y la fecha de elaboración. Esto ayuda a identificar los alimentos y a controlar su caducidad. Se recomienda consumir los alimentos refrigerados en un plazo máximo de tres días, salvo que se indique lo contrario.
Como señalan los expertos, es aconsejable colocar los recipientes con los alimentos en las zonas más frías de la nevera. Se debe evitar ponerlos en la puerta o cerca del congelador, ya que son las zonas más expuestas a cambios de temperatura. Se debe respetar el orden adecuado de colocación de los alimentos según su tipo y grado de cocción.
Y, por último, y no menos importante, es necesario calentar bien los alimentos antes de consumirlos. Se debe asegurar que los alimentos alcancen una temperatura superior a 65 ºC en el centro para eliminar posibles microorganismos. Se debe evitar recalentar los alimentos más de una vez, ya que puede alterar su calidad y seguridad.
Siguiendo estos consejos podrás evitar los peligros de guardar las ollas con comida en la nevera y disfrutar de una alimentación segura, saludable y sabrosa. Recuerda que la comida es un bien preciado que no se debe desperdiciar ni poner en riesgo. Cuida tu comida y cuidarás tu salud.