Si tienes alergia a algún alimento o animal concreto, sufres problemas respiratorios en primavera a causa del polen de las gramíneas, reaccionas de forma negativa a los ácaros del polvo o simplemente quieres saber más sobre qué es la alergia, cuáles son sus síntomas y qué tipos hay, este artículo puede resultarte muy interesante.
La alergia y sus síntomas
Las alergias son alteraciones debidas a la hipersensibilidad del sistema inmunitario a ciertas sustancias, como pueden ser las células de la piel de algunos animales o los compuestos químicos que forman parte de alimentos específicos, y que causan síntomas en el sistema respiratorio, en la piel, en las mucosas o en el tracto digestivo cuando la persona afectada entra en contacto con el compuesto alérgeno.
Entre los síntomas de la alergia destacan el enrojecimiento de la piel y de los ojos, la congestión nasal, el picor y la hinchazón cutáneas, los problemas para respirar y las alteraciones en este proceso, similares a las que se dan en casos de asma; de hecho, con frecuencia esta enfermedad es un tipo de alergia.
Este tipo de problema se desarrolla cuando el sistema inmunitario reacciona a una sustancia determinada como si se tratara de una amenaza para el organismo aunque en realidad resulte inofensiva. En consecuencia se desarrollan anticuerpos que hacen que nuestro cuerpo libere histamina y otros compuestos químicos que provocan los síntomas de la alergia.
Los 8 tipos de alergia más comunes
A continuación describiremos cuáles son los tipos de alergia más comunes que existen tanto en niños como en la población adulta.
Como veremos, incluyen problemas tan distintos como la alergia al polen, a alimentos específicos de cualquier tipo, la alergia a los perros, los gatos u otros animales o las reacciones que se producen al entrar en contacto con objetos hechos de látex.
1. Polen
Las personas con alergia al polen sufren síntomas como estornudos, dificultades para respirar, congestión nasal, irritación ocular y sensaciones de picor cuando entran en contacto con los granos de polen de determinados tipos de plantas.
Las gramíneas, una familia de plantas herbáceas cuyas hojas tienden a ser largas y finas, se asocian a las reacciones alérgicas con una frecuencia mayor que otros tipos de planta.
Aunque la aparición de síntomas de la alergia al polen depende de la estación en que polinicen las plantas que provocan tales reacciones, la primavera es un periodo del año particularmente alarmante para las personas con este problema.
2. Ácaros del polvo
Los ácaros son un tipo de arácnido que mide menos de medio milímetro de longitud. Los que encontramos en nuestros hogares se alimentan de células de la piel, de manera que tienden a acumularse en objetos como alfombras, muebles tapizados o en la ropa de cama, entre otros.
Los síntomas que presentan las personas con alergia a los ácaros son muy similares a los de otras clases de alergia; así, el contacto con estos pequeños artrópodos puede causar mucosidad, estornudos, problemas para respirar o silbidos al inspirar aire.
3. Animales
Muchas personas tienen alergia a los animales domésticos, principalmente los perros y los gatos, pero un gran número de especies son susceptibles de causar reacciones similares; el desarrollo de los síntomas depende de la exposición al animal, motivo que explica por qué las alergias a estas dos especies son tan habituales.
En concreto, sabemos que las alergias a los animales se relacionan con las secreciones de su cuerpo -tanto la saliva como el sebo o los excrementos. Curiosamente el pelo de los animales no tiene un gran potencial de causar alergias, pero sí la piel muerta que queda adherida a este.
4. Alergias alimentarias
Las alergias alimentarias son uno de los tipos más comunes en la población general, y sobre todo en los niños. Entre los síntomas que causan estas alergias podemos destacar las reacciones dermatológicas, como picores, enrojecimiento o hinchazón, pero también trastornos de carácter digestivo y respiratorio.
Algunos de los alimentos que provocan alergia de forma más habitual son la leche y otros productos lácteos, los huevos, los frutos secos (particularmente los cacahuetes, las avellanas y las nueces), las legumbres, los pescados, los mariscos, los cereales e incluso las frutas y las verduras.
5. Moho
El moho es un tipo de hongo que se desarrolla preferiblemente en lugares con un grado de humedad elevada, con una temperatura alta, con poca iluminación y con disponibilidad de aire.
La reproducción de estos organismos se lleva a cabo a través de esporas; son estas las que producen reacciones respiratorias en las personas con alergia al moho cuando las inhalan. Entre los mohos comunes más asociados a la alergia cabe destacar los hongos Alternaria, Penicillium o Aspergillus, entre otros.
6. Látex
El látex es un material elástico de origen vegetal que se utiliza para fabricar objetos tan variados como globos, ropa impermeable (por ejemplo chubasqueros o bañadores), guantes quirúrgicos y otros materiales empleados en el ámbito sanitario, neumáticos, elementos de maquillaje o preservativos.
Las personas con alergia al látex deben tener presente qué objetos contienen este material para así poder evitar que su piel entre en contacto con él. Los síntomas más comunes de este tipo de alergia incluyen dificultades respiratorias, alteraciones dermatológicas e incluso mareos, náuseas y vómitos, entre otros.
7. Perfumes
En la actualidad muchos perfumes contienen compuestos químicos que pueden provocar síntomas de alergia (principalmente estornudos, congestión y otros problemas asociados al sistema respiratorio, así como reacciones cutáneas).
Se han identificado múltiples sustancias que se emplean con gran frecuencia en la fabricación de perfumes y que tienen un alto potencial de causar síntomas de alergia; por ejemplo, la Comisión Europea tiene una lista con 26 compuestos que deben ser evitados por las personas con este problema.
8. Alergias a medicamentos
El consumo de medicamentos también puede provocar reacciones alérgicas a ciertas personas, siendo síntomas típicos de este tipo de alergia las erupciones en la piel, su enrojecimiento o la aparición de urticaria, así como los problemas respiratorios habituales.
Si bien cualquier fármaco es susceptible de causar alergia, los que lo hacen con mayor frecuencia son los antibióticos (incluyendo la penicilina), los antiinflamatorios no esteroideos o AINEs (como el Ibuprofeno), los corticoesteroides, los antirretrovirales usados en casos de VIH/SIDA y los medicamentos que se emplean en la quimioterapia, entre otros.