Se estima que, cada día, los seres humanos tendemos a producir entre uno a dos litros de orina. Y lo cierto es que juega un papel esencial en nuestro cuerpo. De hecho, la orina no es más que un líquido biológico totalmente neutro, que se forma en nuestros riñones.
Básicamente ayuda a adaptar el medio interno del organismo conservando lo que necesita, y eliminando el resto. Por su parte, el riñón es un órgano muy complejo, que combina células con diferentes funciones y las hace trabajar al mismo tiempo. De todas formas, es importante tener claro cuáles son los colores normales de la orina y cuáles indican un posible problema de salud...
Las funciones y la composición de la orina
Entre otras importantes funciones, la orina regula la composición de nuestra sangre: calcio, fósforo, potasio, magnesio. Además, restablece el equilibrio ácido-base del organismo, urea, creatinina y gestiona la depuración de los desechos.
Por ejemplo, si practicamos deporte o cualquier tipo de actividad física, tenderemos a sudar mucho. Y la cantidad de agua que emitirán los riñones será más débil, la orina estará presente en menor cantidad, pero será más oscura porque está más concentrada.
Por el contrario, si bebemos una cantidad increíble de agua, orinaremos con poliuria, lo que mantendrá estable la composición del medio interno. La orina normal se compone principalmente de agua.
También existen sales minerales como magnesio, calcio, cloro , potasio, sodio, sulfatos y fosfatos. La composición de la orina también incluye urea, aminoácidos, vitaminas y ácido úrico. Asimismo, no es posible encontrar glucosa o proteína en la orina normal.
¿Qué ocurre cuando se acumulan sustancias tóxicas en la orina?
Finalmente, en la orina solo queda la urea, un compuesto químico. La medición de la urea proporciona información sobre la cantidad de sustancias tóxicas que se acumularán en la orina. En este sentido, la enfermedad renal crónica (cuando el riñón se destruye gradualmente), conduce a alteraciones.
Estas alteraciones pueden ser la hipocalcemia (calcio demasiado bajo) o la hiperfosfatemia (demasiado alto nivel de fósforo en sangre porque ya no es eliminado por los riñones). También puede ocurrir la acidificación de la sangre, anemia, hipertensión arterial y mala regulación hídrica, lo que lleva a una tendencia a la retención de líquidos.
¿Cuál es el color normal de la orina?
La orina es normalmente de color amarillo claro. La orina demasiado clara, casi transparente, indica que la orina está diluida debido al consumo excesivo de agua. Por el contrario, la orina demasiado oscura es demasiado concentrada, es un signo de falta de hidratación y acumulación de toxinas.
También variará en función de su color. Por ejemplo, la orina anaranjada suele deberse a comer remolacha o zanahoria. Sin embargo, si no hemos comido nada de esto, podría ser debido a un problema de hígado o de las vías biliares.
Si la orina tiene color café, suele ser debido a algunos medicamentos, o tras haber consumido habas o alubias. En algunos casos, puede deberse a un problema de hígado, o a la deshidratación.
Si la orina es verdosa o azul, puede ser debido a espárragos o a haber consumido algún alimento con colorantes azules o verdosos, sobre todo en grandes cantidades. No obstante, una infección bacteriana puede causar orina verde.
¿Y si es rojiza o rosada? En estos casos podría ser una señal de la presencia de sangre en la orina, ya sea por una piedra en el riñón, una infección o tumores de la vía urinaria o de la vejiga. Pero también se puede deber a haber consumido remolacha o arándanos.
Como vemos, fijarnos en el color de nuestra orina es fundamental a la hora de descubrir si nuestra salud se encuentra bien o no. Y, sobre todo, como medida útil de prevención.
¿Cómo se forma la orina?
Hay dos partes en el riñón que hacen posible su producción: el glomérulo y los túbulos. La sangre llega al riñón y pasa por el glomérulo, un filtro que la clasifica reabsorbiendo lo que el organismo necesita y eliminando el resto. La orina luego llega a los túbulos donde podrá fluir.
En un día, filtramos unos 180 litros de sangre por los riñones, pero solo evacuamos de 1 a 2 litros de líquido. Es decir, el 99% de lo que filtra el riñón se reabsorbe en los túbulos y la composición final de la orina dependen de las necesidades de cada individuo en calcio, sal, fósforo, potasio.