Jamón cocido, jamón curado, salchichas, lomo, salami, y todo lo que nos podamos imaginar tras las vitrinas de las charcuterías podría poner en riesgo nuestra salud. En España, los productos charcuteros constituyen una de los alimentos más populares y consumidos. Pero ha sido nuestro país vecino, Francia, el que ha empezado a preocuparse por estos productos.
Francia alerta del consumo de productos de charcutería
La Anses (Agencia Nacional de Seguridad de los Alimentos francesa), lanzaba este martes 12 de julio un dictamen que advierte y aconseja sobre el consumo de charcutería. Concretamente, recomienda consumir menos de 150 gramos a la semana de esta carne, para así evitar consumir nitritos y nitratos.
El Gobierno francés se ha comprometido a poner en práctica estas recomendaciones. De esta manera se prevé una reducción en el consumo de nitritos y nitratos, que se relacionan directamente con el desarrollo de cáncer colorrectal. Además, estos elementos que se incorporan a la charcutería para limitar el desarrollo de bacterias, pueden provocar enfermedades como la salmonelosis, la listeriosis o el botulismo.
Alternativas y riesgos
El reto en aplicar las medidas para reducir estos peligrosos componentes químicos consiste en encontrar una alternativa viable. Y eso se presenta difícil, pues es difícil encontrar algo que pueda controlar el riesgo de contaminación por esas bacterias.
Algunos expertos, por ejemplo, recomiendan la anticipación de la fecha de caducidad de algunos productos como el jamón cocido. Otra medida que se propone es la de realizar un estricto control de la sal y la temperatura durante el tratamiento de los productos charcuteros.
No todas las alternativas que se proponen mejoran el problema que se pretende solucionar. Advierten del peligroso uso de extractos vegetales que algunos fabricantes utilizan para reducir los nitritos. En realidad estos extractos que se utilizan como sustitutos contienen nitratos y nitritos camuflados.
Otras alertas sanitarias que anuncia el Gobierno francés
Otra de las preocupaciones de la Anses es sobre el uso de fertilizantes y vertido de purines en el sector agrícola. Estas prácticas llevan a la contaminación con nitratos de las capas freáticas de donde sale el agua que bebemos.
El Gobierno se ha comprometido a aplicar las recomendaciones de la Anses. De esta manera se pretende "la reducción o la supresión de la utilización de aditivos nitrogenados en todos los productos alimentarios, donde eso es posible sin impacto sanitario y lo más rápidamente posible". Una seria de actuaciones están previstas para ser presentadas al Parlamento en otoño.
El peligro de la charcutería
La misma agencia francesa que ha alertado de todas estos peligros ha dejado constancia de unos datos preocupantes. Por lo menos la mitad de los nitritos ingeridos por la población proceden del consumo de charcutería. A su vez, dos tercios de los nitratos provienen de productos vegetales como la lechuga o la espinaca.
Como se decía al inicio de esta noticia, estudios internacionales han dejado el estrecho vínculo que existe entre el cáncer colorrectal y el consumo de nitritos y nitratos. En Francia, cerca de 18.000 personas mueren al año por este tumor. En España, se diagnostican cada año 38.791 casos nuevos de cáncer de colon.
Francia apuesta por una solución a nivel europeo
Según el organismo científico francés, la población del país no supera las dosis máximas recomendadas por la EFSA. Sin embargo, esas máximas están establecidas de forma separada para los nitritos y los nitratos, y lo que se pretende es establecer un valor toxicológico común que incluya los dos peligrosos elementos.
El Gobierno francés sigue con sus investigaciones respecto al efecto y solución de estos nocivos para la salud. También recuerda el próximo dictamen europeo, previsto a finales de años, para una revisión de la dosis diaria admisible de nitritos.
Por el momento, la normativa comunitaria quiere establecer un máximo de 150 miligramos de nitritos por kilo de charcutería. Eso sí, el sector cárnico en Francia no supera los 120 miligramos, según afirma el gobierno galo.