Una vez que pase la Navidad llegará el momento de dar las malas noticias. Las empresas españolas auguran un comienzo de año demasiado duro. Eso implicará que se tengan que tomar medidas muy desagradables que afectarán a muchas personas.
Entre otras cosas esperan una "pérdida significativa de empleo", además de "cortes de producción". Se trata de una de las conclusiones de la Encuesta Económica Global publicada por Eurochambres, entidad vinculada a las cámaras de comercio europeas.
Esgrimen que "la crisis y los acontecimientos asociados a los mercados energéticos han puesto a las empresas bajo una gran presión". Posiblemente se vean en la obligación de adoptar decisiones drásticas para superar este bache.
Alarma por parte de las empresas sobre lo que ocurrirá después de las Fiestas Navideñas
En dicho informe desvelan que el principal desafío al que se enfrentarán las compañías serán los altos costes de la energía. De no conseguir contenerlo, esto acarreará importantes consecuencias sobre la economía europea.
Indican que existe "un riesgo real" de que algunas empresas decidan trasladar su producción fuera del continente. Eso desencadenaría "una pérdida de competitividad" en el ámbito industrial. Además, "perjudicaría los objetivos de una autonomía estratégica" de los países.
Además de los costes energéticos, las empresas se preparan para otros retos en 2023. En segundo lugar destacan los problemas que se encuentran los que se "embarcan" en proyectos vinculados con las transiciones verde y digital.
A ello le sigue la preocupación por el incremento de los costes laborales y las dificultades para conseguir financiación. También advierten de las paralizaciones en las cadenas de suministro y las posibles restricciones por el covid.
Mucha negatividad ante un 2023 incierto
El presidente del Eurochambres, Luc Frieden, señala en la introducción que le gustaría "presentar unas perspectivas optimistas para el año que viene". Sin embargo, los resultados desvelan un "contexto complicado e incierto". Sobre todo provocado por "la pandemia, el impacto de la guerra de Ucrania y el incremento de los precios energéticos".
Por mucho que lo intenta, no consigue extraer nada positivo para el próximo curso. Las empresas creen que sus exportaciones caerán "con fuerza". Incluso advierten que será una rebaja "más pronunciada" que la producida durante la pandemia con las limitaciones.
En cuanto al empleo, las compañías que participaron en este informe auguran una contracción en 2023. Esgrimen que las medidas adoptadas durante los dos últimos años para mantener los puestos "no son sostenibles". Sobre todo porque las empresas asumirán "el impacto de la recesión económica y las presiones inflacionarias de los salarios".
Se prevé una caída importante de la inversión
En dicho estudio que llevan a cabo las cámaras de comercio europeas también son pesimistas en cuanto a la ejecución de inversiones. Según ellos, la economía se ha visto muy lastrada por el "triple golpe". En referencia a la pandemia, el conflicto de Ucrania y la crisis de la energía.
Detectan una menor capacidad de compra, y no solo en el continente. Consideran que la pérdida de confianza obliga a las compañías a ser menos atrevidos a la hora de hacer inversiones. Además, hay una "demanda exterior más débil y hay problemas de liquidez por el aumento de los costes de los préstamos".
En vista de todo esto, lo previsible es que las empresas españolas y europeas frenen sus inversiones y prioricen el ahorro. Esto supone, sin lugar a dudas, "una señal alarmante" para la recuperación de la economía.
Serán muy pocas las compañías que decidan arriesgarse en una época marcada por la incertidumbre. Prefieren ser cautas en ese sentido y no moverán ficha hasta que estén seguros de que la situación mejore.
Existe una "caída drástica" de la confianza para el próximo ejercicio. Por lo tanto, el escenario que dibujan para 2023 resulta "extremadamente complicado para los emprendedores".