El verano es una de las épocas en las que más salimos. Esto se traduce en comer fuera de casa y apostar por recetas sencillas y frescas para no pasar demasiado tiempo en la cocina. Sin embargo, algunas elecciones pueden pasar factura.
Comer fuera de nuestro hogar puede suponer un auténtico quebradero de cabeza cuando no se cumplen todas las medidas de higiene y seguridad. La consecuencia principal es que pueden darse distintos tipos de incómodas intoxicaciones alimentarias.
Estas afecciones sufren un auge durante los meses de calor, por lo que tener en cuenta cuáles son las principales y cómo evitarlas es una prioridad. Así lo indican desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición o SEEN.
¿Qué es una intoxicación alimentaria?
Una intoxicación alimentaria aparece cuando se toman alimentos contaminados, normalmente por organismos infecciosos como bacterias, virus y parásitos, o sus toxinas. Por ello, también se le conoce como "enfermedad transmitida por los alimentos".
El verano es la época donde este tipo de intoxicaciones proliferan debido a las altas temperaturas del entorno. El calor consigue que los microorganismos se puedan multiplicar a gran velocidad.
La época estival, además, está relacionada con un mayor número de comidas fuera de casa. Esto hace que, si hay un alimento contaminado, se expanda un brote que afecte a más familiares o amigos.
Otra causa común es el hecho de que, al no comer en casa, nos solemos llevar la comida preparada. Sin embargo, no siempre la transportamos como es debido por el mal uso de tuppers o de la refrigeración.
Existe una gran cantidad de tipos de intoxicaciones alimentarias y cada una de ellas va asociada a síntomas y causas diversos. No obstante, los expertos han elaborado una lista de las más frecuentes que hay que tener en cuenta.
Las intoxicaciones más comunes
A continuación, una lista que recoge las intoxicaciones alimentarias más comunes, sobre todo, en verano:
- Salmonelosis
- Hepatitis A
- Botulismo
- Gastroenteritis
- Triquinelosis
- Anisakiasis
El peligro de sufrir una intoxicación alimentaria
A pesar de que podamos pensar que una intoxicación alimentaria no tiene mayor importancia, lo cierto es que hay que estar pendientes de ellas. La razón es que pueden terminar dañando nuestra salud debido a las complicaciones que se pueden desarrollar.
Los síntomas más conocidos de las más populares son los cuadros gastrointestinales, entre ellos: cólicos abdominales, diarrea, dolor de cabeza, vómitos y debilidad. Dependiendo de qué tipo de intoxicación estés padeciendo, puedes presentar síntomas en órganos como los pulmones, el cerebro y tejidos, como la placenta.
Las personas más vulnerables ante estas afecciones son las mujeres embarazadas, los niños pequeños y las personas mayores, así como los pacientes inmunodeprimidos. Por lo tanto, son justamente ellos quienes tienen que extremar precauciones a la hora de consumir alimentos, tanto fuera como dentro de casa.
¿Cómo evitar las intoxicaciones alimentarias?
Si te preguntas cómo las puedes evitar, lo mejor es no consumir alimentos que no hayan sido manipulados de forma higiénica. Por ejemplo, no se debe consumir carne o pescado que no haya estado refrigerado o congelado, tampoco leche cruda que no haya pasado por un tratamiento anterior.
Además, es de vital importancia cocinar adecuadamente los alimentos de origen animal, además de consumirlos nada más cocinarlos. De esta forma, no se podrán desarrollar microorganismos peligrosos.
Otra cosa a tener en cuenta es que se debe prestar atención a las medidas que se toman en lo que concierne a la preparación de los alimentos. Es decir, un correcto lavado de manos, limpieza óptima de superficies y utensilios, etc.
También hay que respetar siempre la cadena de frío y mantener la comida cocinada en la nevera. Así, será más fácil evitar las intoxicaciones alimentarias durante el verano.