En Cataluña lo comen miel, en Asturias como quesadilla y en Italia con mascarpone, y en todos casos se suele añadir una base de galleta crujiente y una corona de frutos rojos. Como ya habrás intuido, hablamos de un clásico de la repostería, la tarta de queso, y existe una gran variedad de formas de prepararla.
Aunque puede parecer algo complejo, la receta es muy sencilla si sigues los pasos que te vamos a indicar a continuación, así como algunos consejos para no cometer errores.
La tarta de queso es un pastel muy antiguo que comían en la Grecia clásica como queso sin madurar acompañado con miel, y que los romanos perfeccionaron añadiendo huevos. Estas recetas son sugerentes ideas para acertar con tu tarta de queso.
La mayoría de la tartas de queso en España tienen en común la base del producto principal: queso Philadelphia. Un clásico muy fácil de hacer y sin necesidad de ponerla al horno.
Esta es una receta original del restaurante Cañadío, ubicado en Madrid y en Santander. Su secreto consiste en conseguir que el queso quede muy cremoso. ¿Quieres saber cómo?
Esta es otra idea original para hacer tu tarta de queso, ya que además de añadir la novedad de la base de pan de molde sigue una receta muy sencilla que se hace en media hora.
El restaurante donostiarra La Viña ha popularizado una receta que hace de su tarta de queso una de las favoritas en toda España. Ahora puedes hacerla en tu casa de forma sencilla.
Muchos se preguntan cuál es el secreto de la mejor tarta de queso de España, y la respuesta está en no cometer los errores más frecuentes a la hora de preparar este postre. Con estas instrucciones no fallarás. ¡Muy atento!
Como ya has visto, hacer una tarta de queso es muy sencillo y no requiere muchos conocimientos, pero es posible que una vez hecha no estés satisfecho con el resultado. Uno de los errores más comunes es fallar en la elección del queso.
En realidad, no hay un queso específico de la tarta de queso, pues este postre ha ido evolucionando gracias a la gran variedad de recetas que incorporan, cada una de ellas, diferentes quesos. La cuestión está en qué resultado quieres obtener.
Si quieres una tradición mediterránea puedes optar por el queso fresco, el mató catalán o la ricotta y el mascarpone italiano. El brie francés le da una textura mantecosa, y el cheddar un gusto más fuerte y personal, como el cottage que se usa en Alemania.
En el norte de España se utiliza también el queso de oveja y el queso de vaca. El queso Philadelphia sigue siendo uno de los favoritos para esta receta.
Ya has visto también que la base de galleta no es imprescindible y, de hecho, ni estaba en la receta tradicional más antigua. Con la moda del cheesecake, sin embargo, forma parte ya de casi todas las recetas y meter la pata con la base de galleta significa arruinar la tarta.
Algunos trucos para que quede la base bien hecha es triturar bien la galleta para que no queden grumos, y añadir la mantequilla fundida a temperatura ambiente poco a poco. Para una tarta estándar, las proporciones ideales son 125 gramos de galletas por 75 de mantequilla.
Las batidoras eléctricas introducen mucho aire en la mezcla e impiden que quede crujiente, y por eso es preferible utilizar varillas manuales.
Algunas veces aciertas en las cantidades y el sabor de los ingredientes es óptimo, pero estéticamente es un desastre. Para que te quede una tarta bonita, recuerda mezclar los ingredientes con varillas manuales: si utilizas batidora eléctrica introduce mucho aire y la tarta sube, para después desplomarse.
Con mucha paciencia y batiendo constantemente, integrarás de forma menos agresiva los ingredientes consiguiendo el aspecto plano que debe tener la tarta de queso.
La recomendación es cocer a 170º durante 30 minutos si la tarta va sin base, y si hemos hecho la base de galletas entonces 40 minutos a 150º. Como siempre, los tiempos de cocción son muy relativos, pero el truco está en pinchar la tarta con un palillo: si sale seco, está hecha.