Ahora que se cumplen casi tres años del comienzo de la pandemia de COVID-19, no hay duda que la llegada de las vacunas en diciembre de 2020 supuso un antes y un después en la evolución de la misma. Pero, ¿cuáles son las vacunas que deberíamos tener en función de nuestra edad?
Se trata, es cierto, de una pregunta muy habitual, que se hacen muchas personas. Y todo se debe principalmente a algo muy concreto: la COVID-19 no afecta igual a jóvenes que a mayores; aunque todo ello no implica que el riesgo sea siempre cero.
¿Por qué las vacunas contra la COVID-19 son tan importantes? ¿Son seguras?
En términos de COVID-19, el verano de 2022 ha ido relativamente bien. Los ciudadanos podían viajar, reunirse, ir a fiestas y festivales, y todo esto sin restricciones. Las mascarillas ahora solo son obligatorias en el sector de la salud y en el transporte público.
Esta gran libertad se la debemos a las medidas tomadas y al éxito de las campañas de vacunación, que evitaron que un gran número de personas contrajeran una forma grave de COVID-19. Esto ha ayudado a evitar la sobrecarga del sistema de salud.
Desde mediados de octubre de 2022, nos hemos enfrentado a un número cada vez mayor de infecciones por COVID-19, así como a un número cada vez mayor de otras enfermedades respiratorias (gripe, RSV,…).
Mientras tanto, la mayoría de los proveedores de atención médica y las personas vulnerables (más de 50, mujeres embarazadas, personas con inmunidad reducida) han recibido una vacuna de refuerzo y están protegidos contra la COVID-19 grave.
Por suerte, muchísimos estudios y los datos existentes en el día a día han demostrado que las vacunas son totalmente seguras. Por ejemplo, en Europa, hasta diciembre de 2022 se habían administrado cerca de 960 millones de dosis. Y la mayoría de los efectos secundarios que surgen después de la vacunación tienden a ser leves y de corta duración.
¿Cuántas vacunas contra la COVID-19 deberíamos tener en función de nuestra edad?
Ya sabemos que se considera pauta completa a la administración de las dos primeras dosis de vacunas contra la COVID-19. Sin embargo, desde hace un tiempo, también se están administrando lo que se conoce como dosis de refuerzo, con la intención de reforzar la inmunidad perdida con el paso de los meses.
Mientras que la pauta completa de vacunación se recomienda a todas las personas, incluyendo niños hasta 5 años de edad, las dosis de refuerzo son especialmente recomendables para grupos de riesgo.
Esto implica mayores de 60 años, personas con el sistema inmunitario débil, personas que han sufrido un trasplante o tienen cáncer. Y también para trabajadores de residencias y personal sanitario.
Sin embargo, en menores de 60 años, la Sociedad Española de Inmunología (SEI) recomiendan que la decisión de optar por dosis de refuerzo es personal, siendo preferible que, al menos, se tengan tres dosis.
La importancia de las vacunas para tratar la COVID-19
Como cualquier otra vacuna, las vacunas contra la COVID-19 permiten a nuestro cuerpo producir anticuerpos que ayudan a combatir un determinado virus (en este caso, el SARS-CoV-2). Cuando estás en contacto con el virus, los anticuerpos te protegen.
La vacuna te protege, pero también protege a las personas que te rodean. De hecho, el coronavirus es particularmente peligroso para las personas mayores de 50 años, las mujeres embarazadas o las personas que padecen ciertas enfermedades o que tienen la inmunidad reducida debido a tratamientos médicos.
Con el tiempo, la protección que ofrece la vacunación disminuye. Es por eso que es igualmente importante la vacunación de refuerzo, ya que confiere nueva y mejor protección durante los meses siguientes.