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Atún en un bol blanco

Trucos para elegir un atún de lata más sano

Hay un cóctel de factores que hacen que el atún en conserva no sea tan saludable como piensas, pero te enseñamos a elegir el de mejor calidad

El atún en conserva o lata es una de las comidas que te sacan de más de un apuro. Lo tienes siempre en casa y que nunca tienes remordimientos cuando lo consumes para tu ‘tuper’ del día a día o como acompañante perfecto para tus ensaladas o platos de pasta.

Hablamos del atún de lata, que es, además, una opción que siempre tenemos en mente como sana cuando buscamos una opción rápida para cenar. Pero, ¿de verdad es tan saludable? Quizá te convendría seguir leyendo.

El único atún en lata que deberías tomar, pero no a diario

Si echamos un vistazo en los lineales de las estanterías de los supermercados, podemos encontrar más de 20 tipos diferentes de latas de atún en conserva. Las empresas envasadoras ofrecen una amplia oferta; ya sea por el número de latas o por el líquido que lo recubre. 

Así, podemos encontrar este pescado enlatado en varios tipos de aceite, al natural e incluso con tomate. El gran número de variedades llevan al consumidor a entrar en confusión y preguntarse: ¿cuál es el más sano? 

Bol de atún sobre una mesa de madera con perejil al lado y encima
Es normal dudar y reconocer el atún más saludable | Getty Images

De forma unánime, los nutricionistas recomiendan que el atún enlatado más sano para consumir es al natural. Los conservados en aceite tienen una mayor cantidad de grasa. Sin embargo, el atún al natural está solamente hervido y nada más. 

El atún de aceite de oliva no es tan sano como aparenta 

El atún en aceite prácticamente dobla las calorías del atún al natural, ambos en su presentación en conserva. También es importante estar atento cuando se compra este tipo de conservado, ya que por el simple hecho de contener aceite de oliva no quiere decir que lleve aceite de oliva virgen extra. Este tiene que ir etiquetado específicamente, ya que por lo general suele llevar aceite de oliva refinado, que es de peor calidad. 

Respecto al conservado en aceite de girasol existe una gran contradicción, ya que el atún es rico en ácidos grasos Omega 3 que se encuentran en el pescado de forma natural y el aceite de girasol es rico en Omega; por ello ambas grasas compiten como transportador en la célula. Varios nutricionistas afirman que es absurdo tener una fuente de Omega 3 bañada en Omega 6. 

Profundizando en otros formatos menos convencionales, como es el conservado con tomate, es recomendable leer el listado de ingredientes antes de comprarlos para comprobar que no haya azúcares. 

Primer plano de una lata de atún con aceite
La mejor opción es leer el listado de ingredientes en la etiqueta | Getty Images

1. El atún aporta una gran cantidad de sodio 

Uno de los mayores problemas que tiene el atún en lata es que tiene una gran cantidad de sal, y un elevado consumo de esta sustancia puede provocar hipertensión y alteraciones en el riñón. En este sentido, hay que restringir su consumo elevado sobre todo en personas hipertensas. Asimismo, existen latas de este pescado bajas en sal. 

Si lo queremos con menos sodio, hay un truco. Una solución para eliminar el exceso es enjuagar el pescado antes de comerlo, una práctica que, sin embargo, muy poca gente practica por los posibles cambios que se pueden dar en la textura del producto.

2. El riesgo del mercurio 

El problema que tienen los pescados grandes es el mercurio. No solo el atún, otros pescados como el tiburón y el cazón pueden tener una elevada concentración de mercurio por su composición. Aunque el mejor formato del enlatado del atún sea al natural, es mejor comerlo fresco.

El atún claro tiene menos mercurio. El atún blanco (normalmente etiquetado como bonito del norte) procede de pescados de mayor tamaño y con más tendencia a tener mayores cantidades de mercurio.

Mejor tomar atún claro que es más bajo en este metal pesado, que tiene efectos peligrosos sobre el desarrollo neurológico —especial cuidado deben tener niños y embarazadas— y puede provocar alteraciones en visión o audición.

El mercurio se puede encontrar tanto en lata como al comprar la pieza en una pescadería. Y el principal riesgo es que nuestro cuerpo no elimina este metal de nuestro organismo. Por ello, no se recomienda para su consumo diario, la frecuencia debería ser como máximo entre dos y tres veces por semana. 

3. Si tiene la certificación MSC, mejor que mejor 

Hay muy poca información sobre el proceso de pesca del atún. Habitualmente, y según denuncia Greenpeace, se pesca mediante cercos de varios kilómetros que capturan ejemplares de manera indiscriminada.

Caen en esas redes atunes, pero también tortugas de mar, delfines y todo lo que pillen por delante, convirtiéndolo en un método poco sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Si el atún está etiquetado como MSC, podemos confiar en que está producido de manera sostenible.