Comprar en el supermercado es, para muchas personas, todo un desafío. Y es que, desde el momento en el que pisamos los establecimientos, entramos en competición con otros consumidores. De la misma forma que nosotros, los demás clientes también quieren llevarse lo mejor a su casa, algo que no siempre es fácil.
Afortunadamente, existen algunos trucos para escoger los mejores productos. Hoy, vamos a hablar de los dos trucos que utilizan los grandes cocineros para escoger la mejor carne del supermercado. Se trata de dos trucos fáciles, y que te van a servir incluso en cualquier establecimiento.
La carne que escogen los grandes cocineros en el supermercado
Para gozar de buena salud, no podemos limitarnos únicamente al simple hecho de comer. Debemos escoger productos de calidad, para que nuestra dieta sea sana y contenga todos los nutrientes que necesita nuestro cuerpo para funcionar correctamente.
Es evidente que los alimentos de origen animal tienen mucha demanda en nuestra sociedad. En este sentido, la Federación Española de la Nutrición pone énfasis y dice que la carne tiene un alto valor nutritivo. En definitiva, se trata de un producto que tiene un papel muy importante en nuestra alimentación.
Hay muchas variedades de carnes, y entre ellas encontramos las que se llaman carnes blancas. Estas son especialmente queridas, pues tienen un valor muy bajo de grasa. Pero eso no es todo, ya que este tipo de carne también contiene grandes cuantidades de proteínas.
Las carnes blancas tienen fama de ser fáciles de digerir y aportar lípidos instaurados. Es una carne que también contiene vitaminas del grupo B12 y algunos minerales como es el cobre, el zinc y el hierro.
Es por ello que se emplea principalmente en dietas blandas o hasta en la alimentación infantil. Lo mejor de todo es que es muy fácil de distinguir, ya que a diferencia de la roja esta presenta un color mucho menos rojizo. Se trata, pues, de una carne fácil de identificar y apreciada incluso por los grandes chefs.
¿Cómo puedo saber que estoy comprando carne de calidad?
Más allá de las carnes blancas, hay otra variedad que es muy beneficiosa para nuestro organismo. En este caso, estamos hablando de las carnes magras.
Dentro de la carne de ternera o hasta en la de cerdo podemos encontrar partes magras. Ya sea en el lomo, el solomillo o el jamón. Aunque las partes de costillas o las chuletas siempre serán mucho más ricas en grasas.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) las carnes magras son aquellas que por naturaleza contienen menos grasas. Su origen puede ser variado, pero su principal característica es la ausencia de tendones, venas, cartílagos y tejidos grasos.
Si estamos en el supermercado y queremos confirmar que una carne es magra, hay otro truco. Lo que debemos hacer es preguntar el porcentaje exacto de grasas que contiene el producto. Según los cocineros expertos, se considera que una carne es magra cuando tiene menos de unos 10 gramos de grasa por cada 100 gramos que tiene de peso.
En gran parte la carnemagra procede de las fibras musculares de los animales. De ahí que sus propiedades en proteínas sean extraordinariamente ricas. Además, esto supone muchas ventajas para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Los expertos de la FEC siempre recomiendan en estos casos mirar detenidamente el etiquetado de las carnes que compramos en el supermercado. De esta manera, será muy sencillo verificar la información del alimento y nos podremos asegurar que realmente es lo que queremos comer.