Cada vez es más habitual recurrir a los productos químicos para llevar a cabo las tareas de limpieza de nuestro hogar. Si bien su uso y comercialización se ha extendido en los últimos años, no deja de ser una opción perjudicial para la salud y el medio ambiente.
Ahora bien, siempre podremos optar por otras alternativas más naturales, como por ejemplo el vinagre. En esta ocasión, vamos a ver las increíbles maravillas que podemos conseguir si lo aplicamos a determinadas estancias de nuestra casa. ¡Te sorprenderá!
La razón por la cual deberías echar vinagre a las puertas de tu casa
Si hay algo que caracteriza al vinagre es, sin lugar a dudas, su olor y sabor. En lo que respecta a su aplicación culinaria, es evidente que se trata de un condimento o añadido muy utilizado en la mayoría de hogares. No obstante, también esconde otros beneficios que nos pueden ser de utilidad, como por ejemplo a la hora de limpiar.
Y es que si hay un tesoro oculto en este producto es, precisamente, su acidez. Este principio activo es ideal para limpiar determinadas zonas, pues es lo suficientemente suave para no dañar telas y superficies y, a la vez, suficientemente fuerte para eliminar manchas.
Concretamente, existe un elemento del hogar que puede quedar de maravilla tras su aplicación, y son las puertas. Pero ojo, porque no hablamos de cualquier puerta: para que haga efecto este truco, deben ser puertas de madera.
Si nos paramos a pensar detenidamente en ellas, nos daremos cuenta de que las puertas son, probablemente, el elemento de nuestra casa que más utilizamos. Por lo tanto, la acumulación de suciedad y bacterias es mucho más propensa.
Ahora bien, esto no implica que debamos descuidarlas, sino todo lo contrario. Gracias al vinagre, ahora podremos limpiarlas y desinfectarlas de una forma mucho más óptima y rápida. Si quieres saber como... ¡Sigue leyendo!
Vinagre y madera: La combinación perfecta
Si bien es cierto que el vinagre puede ser una opción increíble para limpiar nuestros muebles de madera, es importante que ante todo seamos precavidos. En este sentido, lo primero es no aplicar directamente el vinagre sobre la madera.
Parece algo evidente, pero es un error bastante habitual. Por lo tanto, si quieres sacar provecho de este truco y dejar tus puertas impolutas, es necesario que prestes atención. Vamos a ver a continuación la forma de hacerlo correctamente.
Los pasos que deberás seguir...
Primero hay que mezclar una parte de vinagre con tres de agua, y remover dicha mezcla hasta que queden ambos líquidos bien integrados. Una vez realizado este paso, lo idóneo sería echar la mezcla en un bote dosificador.
Acto seguido cogeremos algunos paños: algunos secos y otros los remojaremos en agua, para que queden húmedos. Primero cogeremos el seco para retirar el polvo de la puerta, y después el húmedo para pulverizar la mezcla y extenderla por toda la superficie.
Pero cuidado, porque dependiendo del tipo de madera que tenga nuestra puerta emplearemos un truco u otro. Así pues, deberás seguir una serie de pasos según si estas son puertas barnizadas o sin barnizar.
Para limpiar las barnizadas necesitarás dos paños de microfibra, jabón neutro y una cucharada de vinagre. Con el primer paño tendrás que quitar la suciedad de la superficie, y después tendrás que utilizar el que está húmedo, mojándolo con la mezcla de agua, jabón y vinagre.
Sin embargo, si las puertas que tienes son de madera sin barnizar, deberás preparar la misma mezcla que en el caso anterior pero añadiéndole otro ingrediente: aceite de oliva. En este caso, también deberás tener a mano unos paños de microfibra secos y a mano.
Así pues, para retirar todo el polvo de la puerta primero pasa el paño seco, y después remoja otro en agua tibia y jabón. Recuerda que al no estar barnizada, es probable que la puerta no quede tan brillante. En ese caso no te preocupes: añade un líquido abrillantador ¡Y listo!