Playa, campings, ríos, campo y mucha calle. Son las zonas preferidas para pasar el verano, pero también el escenario ideal para muchos insectos que esperan el momento más oportuno para picarnos.
Desde picazón hasta dolores intensos o reacciones alérgicas, las picaduras más comunes de estos insectos resultan molestas para todos. Es por eso que a continuación se explica cómo identificar y tratar algunas de las heridas más comunes provocadas por insectos.
1. La más común: la picadura de mosquito
Empezamos esta lista con uno de los protagonistas del verano: los molestos mosquitos. Aparecen principalmente en zonas donde hay acumulaciones de agua o humedad y su picadura deja una picazón que puede durar días. Sin embargo, esta picadura es fácil de distinguir de la del resto de insectos.
Los signos más identificativos son la aparición de pequeñas protuberancias redondas de color rojizo en la zona de la picadura del mosquito. También es común que estos bultos se endurezcan y tomen un color más marrón, incluso llegando a aparecer pequeñas ampollas. La picadura del mosquito genera una reacción local casi inmediata. Esto provoca una picazón constante en la zona que puede durar horas o incluso días.
2. Mosquito tigre: más fuerte que todos los demás
Desde que llegó del sudeste asiático, el mosquito tigre ha colonizado toda la península, y atemoriza con una reacción que puede durar hasta cuatro días. Caracterizado por su color cebreado (negro con franjas blancas), este insecto inocula un virus junto con su picadura que provoca una reacción más fuerte que cualquier otro mosquito.
Su picadura tiene un diámetro de entre 5 y 10 milímetros, a lo que se le suma una hinchazón y enrojecimiento en la zona afectada. Su picor es más intenso que el de otros mosquitos más comunes, y puede llegar a durar entre dos y cuatro días. En el 60% de los casos de picadura de mosquito tigre aparecen síntomas de fiebre, dolor articular o dolor de cabeza.
3. Abeja y avispa: una picadura muy dolorosa
Con el calor y el aumento de horas que las personas pasamos en la calle las picaduras de abeja y avispas se disparan en esta época del año. Si bien el aspecto de la picadura de estos insectos no se aleja demasiado al de un mosquito, el dolor que puede llegar a causar una abeja o avispa es bastante mayor.
En el caso de la abeja, esta deja su aguijón clavado en la picadura, por lo que es importante retirar esta pequeña aguja lo antes posible para así evitar que la herida se pueda infectar.
En lo que confiere a la picadura de avispa, esta no deja ningún aguijón, pero los síntomas son los mismos. Un intenso dolor que, sin embargo, no dura más allá de dos días. Aunque existen pomadas para ello, lavar correctamente y aplicar hielo es suficiente para aliviar las molestias.
A pesar de ello, son muchas las personas que sufren alergia tras la picadura de estos insectos, pudiendo llegar a provocar severas reacciones. Inflamación en otras zonas del cuerpo, dificultad para respirar o mareos pueden ser síntomas de una reacción del sistema inmunitario contra el veneno de estos insectos. En estos casos se debe acudir inmediatamente al médico.
4. El tábano: más peligroso de lo que se pensaba
Si bien puede confundirse con una mosca de grandes dimensiones, el tábano puede llegar a causar una herida más dolorosa que la de una avispa. Las hembras de esta familia de dípteros muchas veces no obtienen el suficiente alimento del polen, por lo que recurren a sustraer sangre. Tras su mordedura, similar a la de la avispa, aparece en la piel un bulto que se inflama considerablemente.
Esta herida causa un intenso dolor en la zona de la mordedura que puede durar varios días. Aunque se cura por sí sola, lo mejor es lavar la herida con agua y jabón, que a su vez alivia el picor y el dolor. En algunos casos, este peligroso insecto puede llegar a provocar urticaria o incluso una grave reacción alérgica que puede conducir, en los peores casos, a una anafilaxis.
5. Pulgas y chinches, los más comunes en las zonas rurales
Continuando con insectos ‘chupasangre’, nos encontramos con el protagonista de las zonas rurales: la pulga. Este hematófogo, provoca una herida diferente a la de otros insectos. Se presenta en forma de múltiples picaduras enrojecidas y abultadas que aparecen de forma agrupada en una zona del cuerpo. Aunque las mordeduras son más pequeñas que la de otros insectos, provocan un gran picor a causa de urticaria.
Muy similares a las anteriores, las chinches provocan manchas inflamadas en la piel que producen una intensa picazón. Las heridas presentan un centro más oscuro que la de las pulgas y se suelen ubicar en cara, cuello, brazos y manos. A pesar de la molesta picazón que provocan, normalmente la reacción no se agrava.
6. Hormigas: ampollas y pus
Aunque se toman por inofensivas, las hormigas están dispuestas a morder a quien ponga en peligro a su comunidad. A pesar de lo que se pueda uno imaginar, la mordedura de estos insectos puede llegar a provocar la aparición de pus y ampollas en la piel. La herida se suele presentar como una roncha roja con un centro blanco y elevado que se convierte en ampolla a los pocos días.
Algunas especies, como la hormiga roja, inoculan una sustancia venenosa cuando muerden, causando problemas mayores. Este veneno puede llegar a causar reacciones alérgicas graves, urticaria o dificultad para respirar y tragar. Sin embargo, la mayoría de las hormigas que podamos encontrar en España son inofensivas para nuestra salud.
7. La mordedura de araña
Aunque las que suelen rondar por las casas suelen ser inofensiva, saber reconocer la mordedura de una araña puede salvarnos de algún apuro. Al igual que otros muchos insectos, estos arácnidos no suelen picar si no es porque se sienten amenazados. Sin embargo, la picadura de algunas arañas puede provocar enrojecimiento, hinchazón y dolor.
La mordedura de este insecto suele presentarse en forma de protuberancia roja y con dos puntos en el centro. Lo más común es que la pequeña lesión no provoque más que un dolor leve. A pesar de ello, según donde viajemos, algunas arañas venenosas pueden llegar a causar calambres musculares, náuseas, mayor dolor o fiebre.