Por mucho que uno quiera mantener su hogar impoluto, existen algunas partes más rebeldes en nuestra casa. Sin importar si has aspirado, fregado y quitado el polvo de todos tus muebles, una de las partes más problemáticas son las paredes.
Seguro que en más de una ocasión has terminado de limpiar, pero no te convence. Es más, te sigue dando la sensación de que falta algo o de que tu hogar no se ve del todo brillante. En el caso de que haya cualquier mancha o sombra oscura en la pared, todo el trabajo parecerá haber sido en balde.
Pintar es la primera opción que se nos viene a la mente cuando vemos la pared en ese estado. No obstante, es una tarea que puede no resultar muy económica y además da una gran cantidad de trabajo. Para ahorrártelo, debes conocer el truco que te ayudará.
Truco para dejar tus paredes blancas sin pintura
Si buscas ahorrar, pero a la vez obtener un resultado profesional, estás de suerte. Con este truco conseguirás que tu hogar vuelva a lucir unas paredes como recién pintadas (y sin tener que haber invertido una gran cantidad de dinero en ello).
La mejor alternativa a la pintura consiste en llevar a cabo una mezcla de dos ingredientes sencillos, de esos que todo el mundo tiene en casa. Para hacerla, tan solo necesitarás un poco de agua, lejía, así como un paño limpio para frotar la pared.
En el caso de que desees potenciar aún más el resultado, que ya de por sí conseguirá sorprenderte, siempre puedes agregar un par de pinceladas de pintura. Cuando lo tengas todo preparado, ya estás listo para darle una nueva vida a tus paredes.
Así debes aplicar la mezcla en la pared
Para conseguir el mejor resultado, debes saber que la mezcla tendrá una textura líquida. Por ello, lo recomendable es empapar el paño limpio y retirar el exceso de líquido antes de frotar a conciencia la pared.
Al contrario de lo que sucede con otros trucos o soluciones caseras, el resultado se verá de inmediato. La mezcla se quedará adherida a la pared y, además, gracias a su aplicación con el paño, se podrá extender sin ningún tipo de problema.
Como verás, nada más frotar las paredes que necesites restaurar, los efectos de la mezcla los notarás en el mismo momento en el que la apliques. Además, tampoco te tomará mucho tiempo, ya que con unas dos pasadas estará listo.
Después de unos minutos, tu pared volverá a tener ese blanco impoluto como si estuviera recién pintada. De esta forma, te habrás ahorrado pasar por el tortuoso momento de comprar pintura y perder tiempo aplicando nuevas capas a tu pared.
Conoce la otra ventaja de este truco
Hacer que tu hogar vuelva a lucir sus paredes blancas y brillantes ya es una gran ventaja que tiene este efectivo y sencillo método casero. Sin embargo, otro de los beneficios reside en el efecto limpiador que tiene la lejía.
Al contrario de lo que sucede cuando solo añadimos pintura, este producto conseguirá limpiar, blanquear y, además, desinfectar. Todo en una misma pasada y de forma muy económica y fácil. Si buscas desinfectar tu hogar, además de la lejía, el bicarbonato de sodio también es un gran aliado.
Se trata de un dos en uno que, una vez que veas como queda, querrás aplicar en cualquiera de las paredes blancas de tu casa. Parecerá que acabas de pintarla sin ningún esfuerzo.