El concepto “tumor” no siempre es sinónimo de cáncer: aunque algunos de ellos pueden desarrollarse y convertirse en tumores cancerígenos, esta especie de bulto o hinchazón no tiene porqué representar una amenaza para la salud o la integridad física de la persona.
Además existen diferentes tipos de tumor con nombres y características diferentes según su forma, su origen o el tejido en el que se forman. En este artículo hablaremos de los diferentes tipos de tumores (benignos, premalignos y malignos), así como de sus principales particularidades, síntomas y subtipos.
¿Qué es un tumor?
Un tumor, conocido también con el término “neoplasia”, es una masa anormal de tejido que puede variar en tamaño y que puede tanto ser sólida como estar llena de algún líquido o sustancia.
Casi cualquier tipo de célula o tejido puede convertirse en un tumor, siendo conocido como tumor o masa si son de tamaño relativamente grande, o nódulos si tienen un tamaño más pequeño.
Los tumores no tienen por qué implicar la aparición y desarrollo de un cáncer. Solamente los tumores premalignos o malignos pueden crecer y convertirse en un cáncer de cualquiera de los tipos existentes.
Los 3 tipos de tumores: benignos, premalignos y malignos
Tal y como se menciona en el punto anterior, existen una gran variedad de tipos diferentes de tumores, cada uno con un nombre propio que lo distingue y que suele estar relacionado con su forma, su origen celular o el tipo de tejido en el que aparecen. Generalmente, los tumores se dividen en tres grupos: benignos, premalignos y malignos.
Aunque cada uno de ellos posee unas características distintivas, no existe una línea completamente divisoria y clara entre los tres grandes grupos de tumores. En ocasiones, el hecho de colocar un tipo de tumor específico en una categoría es una estimación, dado que muchos de ellos se encuentran dentro de un espectro o sufren cambios de manera muy rápida.
Esto significa que algunos tumores diagnosticados inicialmente como benignos pueden llegar a convertirse en premalignos y después en malignos. A continuación explicamos las diferencias entre los tres principales tipos de tumores.
1. Tumores benignos
La mayoría de tumores benignos no son cancerígenos por lo que no tienen porqué resultar un peligro para la salud humana. Habitualmente un tumor benigno mantiene su forma y no se expande, por lo que no suelen reaparecer una vez son eliminados.
No obstante, a pesar de que no tienen que estar asociados a algún tipo de cáncer, algunos tumores benignos pueden ejercer presión sobre ciertos nervios o vasos sanguíneos, provocando dolor u otros síntomas molestos.
Además, según en qué área se encuentren, también pueden acarrear la producción excesiva de ciertas hormonas. Algunos ejemplos de tumores benignos son los adenomas, los fibromas, los hemangiomas y los lipomas.
1.1. Adenomas
Los tipos de tumor conocidos como adenomas son tumores que aparecen en el tejido epitelial glandular, es decir, en la fina membrana que recubre glándulas, órganos y otras estructuras de nuestro organismo.
Aunque los adenomas son tumores benignos que no comienzan como un cáncer, bajo ciertas circunstancias pueden cambiar y volverse cancerígenos, tomando el nombre de adenocarcinomas. Algunos tipos de adenomas son:
Pólipo en el colon
Adenoma paratiroideo
Eosinofílico
Adenoma basófilo
Fibroadenoma
Adenoma hepático
Adenoma del conducto biliar
1.2. Fibromas
Otro tipo de tumor benigno es el fibroma. Tal y como su propio nombre indica, los fibromas crecen en el tejido fibroso o conectivo de cualquier órgano y pueden ser duros o blandos según la proporción de fibras.
Existen diversos tipos de fibromas como el angiofibroma, el dermatofibroma o los fibromas uterinos. Estos últimos son muy comunes entre la población femenina y pueden causar dolor, sangrado, molestias pélvicas e incontinencia urinaria.
Aunque no siempre es así, algunos fibromas pueden acarrear una serie de síntomas problemáticos, por lo que puede ser necesario extirparlos mediante un procedimiento quirúrgico. Finalmente, en raras ocasiones, los fibromas pueden evolucionar y convertirse en tumores cancerígenos conocidos como fibrosarcomas.
1.3. Hemangiomas
El tercer tipo de tumor benigno es el hemangioma, el cual consiste en un masa formada por un exceso de células sanguíneas.
Los hemangiomas pueden ser visibles en la superficie de la piel y suelen aparecer al nacer, desapareciendo gradualmente tras el paso de los meses o años.
1. 4. Lipomas
Finalmente, los lipomas son la forma más habitual de tumor en los tejidos blandos. Son formaciones de células grasas, de pequeño tamaño e indoloros.
Aunque por regla general no son peligrosos, existen desacuerdos en la comunidad científica acerca de la posibilidad de que cambien y se vuelvan cancerosos.
2. Tumores premalignos
Los tumores premalignos son formaciones tumorales que todavía no son cancerosas pero que parecen estar desarrollando las particularidades de los tumores cancerosos, por lo que requieren de una estricta vigilancia y seguimiento médico. A continuación listamos algunos ejemplos de tumores premalignos.
2.1. Queratosis actínica
La queratosis actínica o queratosis solar es un tipo de tumor premaligno que consiste en la formación de parches de piel de textura escamosa y gruesa.
Este tipo de tumor aparece con mayor frecuencia en personas de piel clara, sobre todo aquellas que están demasiado expuestas a la luz del sol.
2.2. Displasia cervical
La displasia cervical es un tipo de formación tumoral premaligna que tiene una mayor incidencia en mujeres de entre 25 y 35 años de edad.
Este tipo de tumor consiste en una mutación de las células sanas que recubren el cuello uterino y puede desembocar en un cáncer de cuello de útero.
2.3. Leucoplasia
La leucoplasia es una afección bucal que consiste en la aparición de unos parches de color blanco en las encías, la lengua, el interior de las mejillas y el fondo de la boca.
Aunque no se ha podido determinar una relación directa, se cree que la leucoplasia está causada por el tabaco, tanto fumado como masticado.
Aunque este tipo de tumor premaligno no tiene porqué ser peligroso, existe la posibilidad de que evolucione en un cáncer de boca.
3. Tumores malignos
El último y más temido de los tipos de tumores es el tumor maligno. Los tumores malignos son formaciones cancerígenas que, a diferencia de los tumores benignos, pueden crecer rápidamente y extenderse por el organismo; este proceso es conocido como metástasis y es conocido por suponer la incurabilidad del cáncer y, por lo tanto, la muerte de la persona.
También existen diferentes tipos de tumor maligno que reciben su nombre de los tipos específicos de células cancerosas que lo forman.
3.1. Carcinoma
Los carcinomas son tipos de tumores malignos más comunes y están formados por células epiteliales.
Los principales tipos de carcinomas son aquellos que afectan al pulmón, la próstata, el páncreas o las mamas.
3.2. Sarcoma
Los sarcomas se forman en las células exteriores de la médula ósea. Son tumores que aparecen en los tejidos conectivos como el cartílago, los huesos, la grasa y los nervios.
3.3. Blastoma
Un tercer tipo de tumor maligno es el blastoma. En este caso la masa tumoral se forma a partir del tejido embrionario y suelen ser más habituales en niños.
Entre los diferentes tipos de blastoma se encuentran el meduloblastoma, el retinoblastoma, el osteoblastoma y el neuroblastoma.
3.4. Tumor de células germinales
Finalmente, los tumores malignos de células germinales son aquellos que germinan a partir de los óvulos y del esperma, por lo que suelen aparecer en zonas como los ovarios y los testículos, aunque este tipo de tumor maligno también puede desarrollarse en algunas áreas del cerebro, el abdomen y el tórax.
Referencias bibliográficas:
Black, A. R. & Cowan, K. H. (2016) Cancer biology and genetics. Goldman-Cecil Medicine, 18(25).