Contra todo pronóstico, 2023 ha traído una tendencia a la baja del precio de la gasolina y el diésel. Los carburantes tocaron techo en verano pasado con 2,152 euros el litro. Desde finales de 2022 se ha consolidado una tendencia a la baja que podría cambiar muy pronto según las previsiones.
En contra de lo que cabría esperar, la cotización del petróleo ha alcanzado el nivel más bajo en más de un año. Esto ha repercutido en el precio de la gasolina y el diésel en las estaciones de servicio. Llenar el depósito ahora es más barato que hace unos meses, pero podría ser un espejismo.
Las petroleras se preparan para un nuevo aumento de los carburantes a lo largo de este 2023. El sector sigue inmerso en la incertidumbre y aún no es posible predecir con exactitud cuándo se producirá el repunte. Pero el incremento llegará en el peor momento, sin ayudas del Gobierno ni de las compañías.
De 130 a 75 en un año
El 1 de enero de 2023 finalizó la bonificación del Gobierno por litro de carburante. Desde entonces, compañías como Repsol, Cepsa, BP, Shell y Galp han venido ofreciendo descuentos y promociones para abaratar los precios. Pero la gran mayoría finalizan el próximo 31 de marzo.
Los consumidores pasarán a cargar con el 100% del precio de gasolina o gasoil, con el temor a un nuevo aumento de los precios. El precio del petróleo ha caído significativamente desde 2022, y se encuentra en los 75 dólares. En enero del año pasado costaba 85, y en marzo subió hasta los 130.
Un año después nos encontramos en los 73,06 dólares, tras una caída progresiva desde junio de 2022. El precio se estancó por debajo de los 80 dólares en diciembre, y en los últimos días ha vuelto a caer. Un escenario inesperadamente bueno, pero que podría esconder un cambio inminente.
El mazazo que viene
Según los expertos, la caída del petróleo en los últimos días está ligada a la crisis de los bancos. La subida de los tipos de interés, el enfriamiento de la economía y el pánico de los inversores tras las quiebras bancarias, han hecho bajar la demanda de crudo. Esto explica la caída de los precios del petróleo.
Pero los analistas creen que se trata de un fenómeno puntual. Cuando los inversores recuperen la confianza y vuelva a subir la demanda, el precio podría elevarse y esta vez por encima de lo esperado. Es probable, según los expertos, que en los próximos meses se produzca un brusco repunte.
Dos factores, el papel de China en la economía mundial y la estrategia energética rusa, podrían desestabilizar definitivamente el mercado. Aún está por ver cómo afectará el veto europeo al gas ruso del 5 de febrero. Y la nueva política energética del gigante asiático podría dar un vuelvo a la situación.
Futuro incierto
Los analistas creen que el papel de China podría motivar la reactivación de la economía, y volver a fomentar la inversión en petróleo. Además, Rusia está en plena reducción de su producción de petróleo. Esto podría desestabilizar el mercado y fomentar un repentino interés en los carburantes.
El impacto que esto tendrá en el precio del petróleo aún es incierto, pero todos se inclinan por un aumento exponencial. Por si fuera poco, la OPEP mantiene el pulso para evitar la caída del precio del petróleo. Su intención es acercarse de nuevo a la frontera de los 100 dólares, e incluso rebasarla.
Si se produce un aumento del petróleo, como los analistas creen, acabaría repercutiendo en el coste de los consumidores. Además, ahora ya no existen las bonificaciones del Gobierno y en breve finalizarán las de las gasolineras. Todo apunta a que se abrirá un nuevo escenario de precios al alza.